Así alcanzaron los nazis el poder
En las elecciones de 1932 los nazis, con un tercio de todos los votos, son el partido más votado de Alemania: Adolf Hitler es nombrado canciller por el presidente Hindenburg
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En 1933 el Partido Nazi alcanza el poder. De ser una minoritaria «banda de desarrapados y pistoleros», cuyos integrantes cabían todos en una cervecería y limitaban su actuación a Baviera, se ha convertido en uno de los fenómenos de masas más importantes que se haya conocido. ¿Cómo fue posible?
Tras el final de la Gran Guerra, son muchos los grupúsculos de extrema derecha activos en Alemania. Aun diferentes, todos comparten unas característi-cas comunes: el rechazo frontal al Tratado de Versallesy las condiciones de paz y la oposición radical a la democracia que encarna la República de Weimar, a la que quieren derrocar y sustituir por un régimen de corte autoritario.
El Partido Obrero Alemán Nacional Socialista (NSDAP, en sus siglas, o Partido Nazi), fundado por Anton Drexler en enero de 1919, es uno más de ellos. Ni el más numeroso, ni el más fuerte, ni el más importante. Muy por delante en el ranking se encuentran dos organizaciones bien diferenciadas: los Stahlhelm o Cascos de Acero y el Partido Nacionalista del Pueblo Alemán o DNVP.
El «Stahlhelm» y el DNPV
Fundado por Franz Seldte como una «organización social» y apolítica, el Stahlhelm se constituye como una entidad formada por veteranos de la Gran Guerra y ultranacionalistas, financiada por industriales y terratenientes alemanes, cuyo fin principal es la asistencia económica a los excombatientes.
La realidad era harto diferente; el Stahlhelm se articula como una milicia paramilitar cuyo objetivo último es el derrocamiento de la República, aunque, paradójicamente, sirvió de reserva y apoyo al ejército de la misma: el Reichswher.
Alimentado por los integrantes de los disueltos «Freikorps», el Stahlhelm fue durante la década de los años veinte el más poderoso de los grupos de la extrema derecha germanos y el preferido por Mussolini, que lo veía como su aliado natural en Alemania.
Sin embargo, con la llegada de Hitler al poder en 1933, el Stahlhelm es paulatinamente integrado —no sin oposición— en la estructura del Partido Nazi y para 1934 había desaparecido como entidad independiente.
Por su parte, el DNVP era el principal partido de la derecha nacionalista alemana, que había obtenido un gran respaldo popular durante los primeros procesos electorales de la República y, aunque integrado en el sistema, nunca aceptó realmente la legitimidad democrática. Su postura se fue radicalizando al tiempo que perdía apoyos populares.
Tanto su alianza ocasional con los nazis en el parlamento alemán como su radicalización tuvieron como consecuencia su gradual desaparición, siendo sus militantes y su masa electoral absorbida por el partido de Hitler, que, con un discurso intransigente, dinámico y «atractivo», cautivaba cada vez a más sectores, no sólo del electorado de la ultraderecha, sino de todas las capas de la sociedad.
El ascenso nazi
El giro de una gran parte de la derecha germana hacia posturas autoritarias y extremistas favorece el ascenso nacionalsocialista. El crecimiento del Partido Nazi bajo el liderazgo de Adolf Hitler desde 1921, es continuo.
Cautivador en su oratoria y puesta en escena, su retórica ultranacionalista, revisionista y antisemita le ganan el respaldo de una base social cada vez más amplia y heterogénea: militantes de otros partidos de ultraderecha, pero también empresarios, obreros, campesinos y clases medias.
El uso moderno de la propaganda y la violencia política son sus otras dos armas. Además, tras la fracasada experiencia del «Putsch» de Múnich, los dirigentes nazis están convencidos de la necesidad de desbordar la República desde dentro, participando y utilizando a su favor las instituciones republicanas. La aceptación momentánea de las reglas democráticas le dará además al partido el plus de respetabilidad del que hasta entonces carecía.
El resentimiento por la ocupación francesa del Ruhr y las sucesivas crisis económicas de 1923 y 1929 incrementan aún más la base electoral de Hitler: En las elecciones de 1932 los nazis, con un tercio de todos los votos, son el partido más votado de Alemania. Con tal apoyo popular y el sustento de otras fuerzas del centro y la derecha, que piensan pueden «domesticarlo» una vez que cate las «mieles del poder», Hitler es nombrado canciller por el presidente Hindenburg en enero de 1933.