Atrocidades de los nazis en Rusia para no olvidar
Una brigada de voluntarios que buscaba enterramientos de la Segunda Guerra Mundial cerca del pueblo de Zhestiánaya Gorka (en el óblast de Nóvgorod) se llevó una gran
Una brigada de voluntarios que buscaba enterramientos de la Segunda Guerra Mundial cerca del pueblo de Zhestiánaya Gorka (en el óblast de Nóvgorod) se llevó una gran sorpresa en mayo del 2019. Encontró restos humanos, pero no eran soldados ni estaban sobre un campo de batalla. Habían descubierto una fosa común de civiles asesinados por comandos de exterminio nazis: 42 personas, incluidos tres niños y una mujer embarazada.
En los últimos años descubrimientos como este y la desclasificación de archivos históricos del FSB (heredero del KGB), o los ministerios de Interior y Defensa, han aumentado las investigaciones sobre los crímenes de guerra cometidos por las tropas nazis contra la población civil durante la ocupación de la URSS. No importa que hayan pasado más de 75 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Rusia no quiere que se pierdan en el olvido.
Las investigaciones incluyen la matanza de 214 niños de un orfanato y de 27.000 judíos en el sur de Rusia
Para ello, ha agrupado todas las investigaciones en un único expediente, que incluye entre otros las masacres de Zhestiánaya Gorka, donde según los archivos perecieron más de 2.600 personas; o el asesinato a sangre fría de 214 niños en un orfanato de Yeisk, en el mar de Azov. El procedimiento común para todas estas investigaciones llevará por nombre “Caso sobre el genocidio de los pueblos de la URSS durante la Gran Guerra Patria”, como se conoce aquí la Segunda Guerra Mundial, anunció la semana pasada Alexánder Bastrikin, presidente del Comité de Instrucción, que se ocupa de los grandes crímenes.
Bastrikin recordó que los crímenes contra civiles antes o durante una guerra no tienen plazo de prescripción y se consideran crímenes de lesa humanidad, según el estatuto del Tribunal Internacional de Núremberg. La reciente desclasificación de archivos, que incluye investigaciones llevadas a cabo tras la guerra y testimonios hasta ahora secretos, permitirá escarbar en los detalles de estas atrocidades.
Ese es el origen de uno de los casos más avanzados y conocidos: la matanza en 1942 de 214 niños en un orfanato de Yeisk, en el actual krai de Krasnodar, al sur de Rusia.
El Comité de Instrucción abrió una investigación criminal sobre estos hechos en el 2019, tras estudiar los archivos del FSB.
Según la investigación, los responsables de la matanza fueron miembros del Ek10a, un Einsatzkommando o grupo de exterminio de nazi enviados a las zonas ocupadas. El Ek10a actuó con gran saña en el sur de Rusia. Algunos de sus integrantes ya fueron castigados, pero otros huyeron. Uno de los sospechosos de formar parte del grupo es Helmut Oberlander, que tiene 97 años y vive en Canadá. Alemán nacido en Ucrania, durante la masacre de Yeisk tenía 17 años y trabajaba como traductor.
Oberlander forma parte de la lista de criminales del Centro Simon Wisenthal. Las autoridades canadienses iniciaron causa contra él en 1994 y, tras años de investigación y juicios, en el 2017 le retiraron la ciudadanía que le habían concedido en 1960. Moscú espera que sea deportado.
Él nunca ha negado que formara parte del batallón, pero asegura que fue reclutado a la fuerza siendo adolescente y que nunca tomó parte en las atrocidades.
En el nuevo expediente sobre “genocidios contra los pueblos de la URSS” se incluyen, además, otras masacres cometidas durante la guerra en las regiones de Oriol, Pskov, Volgogrado, Stávropol o Crimea.
En abril del 2020 el Comité abrió un nuevo caso por genocidio en la región de Rostov del Don, donde las tropas nazis habrían fusilado a unas 30.000 personas en 1942 y 1943.
Este caso incluye la investigación del mayor exterminio de judíos en lo que hoy es Rusia, ocurrido el 11 y el 12 de agosto de 1942 en una zona próxima a la aldea de Zmiévskaya. Los investigadores sospechan que Oberlander también estaría implicado en estos hechos.
Las autoridades rusas saben que debido al tiempo transcurrido será muy difícil llevar ante los tribunales a todos los responsables. Pero eso no significa que no se tengan que sacar a la luz. Aunque hayan fallecido, “sus nombres y crímenes deben hacerse públicos”, dijo Bastrikin.
“El mundo entero debería saber que la guerra se libró también contra la población civil: niños, mujeres y ancianos”, decía en el digital Gazeta.ru el general Mijaíll Moiséyev, que preside la Unión Rusa de Veteranos. Según el diputado Alexéi Chepa, hay que dar a conocer los hechos en detalle para evitar que se repitan.