Cómo un niño del siglo XVII podría reescribir la historia de una de las mayores plagas de la humanidad
De manera fortuita y enfrascados en otra investigación, un grupo de genetistas podría acabar reescribiendo la historia de una de las mayores plagas de la historia de la humanidad. Todo comenzó a través de un paquete en cuyo contenido había una pequeña pieza de piel humana de hace 350 años.
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De manera fortuita y enfrascados en otra investigación, un grupo de genetistas podría acabar reescribiendo la historia de una de las mayores plagas de la historia de la humanidad. Todo comenzó a través de un paquete en cuyo contenido había una pequeña pieza de piel humana de hace 350 años.
La viruela es una enfermedad infecciosa grave, además es contagiosa y jamás hubo un tratamiento especial que la detuviera más allá de los métodos preventivos (inoculación y vacunación). Según la OMS hoy ya no debemos preocuparnos. Tanto la viruela como la peste bovina son las dos únicas enfermedades que hemos erradicado totalmente de nuestras vidas.
Esto no fue siempre así. Hasta ahora, los libros de historia hablaban de la viruela como la enfermedad que surgió en las poblaciones en torno al 10.000 a.C. Durante varios siglos y en sucesivas epidemias su devastación fue palpable en la humanidad. Se trataba de una enfermedad tan letal que muchas culturas esperaban a que los niños la tuvieran (y la pasaran) para otorgarles un nombre.
La viruela fue especialmente devastadora en la Europa del siglo XVII, se extendía en forma de epidemia arrasando a millones de personas, en parte y según los historiadores, porque la tasa de población creció de manera desmesurada haciendo más sencillo la propagación del contagio.
Aunque durante los últimos 100 años se cree que han existido ocasionalmente epidemias de viruela, hacia mediados del siglo XX estaba prácticamente erradicada (por completo a partir de 1979). Los científicos han argumentado desde entonces que la viruela estuvo con nosotros por lo menos 10 mil años.
Y así seguiríamos contándolo en los libros de historia si no fuera por ese encuentro fortuito de unos investigadores tras la llegada del paquete.
Una nueva historia y un gran interrogante
Ese paquete llegó el año pasado a manos de Ana Duggan, genetista de la Universidad de McMaster, quién a su vez colaboraba con científicos de Lituania que estudiaban los cadáveres desecados encontrados en una cripta de una iglesia de la capital lituana Vilna.
De los más de 500 cadáveres enterrados allí, la mayoría se habían descompuesto, pero cerca de 200 fueron preservados debido a las condiciones frescas y secas de la propia cripta. Precisamente en aquel paquete que le llegó a la genetista había una pieza de piel diferente. La muestra venía de la pierna de un niño enterrado entre 1643 y 1665.
En realidad, la investigadora y sus colegas estaban analizando el ADN en la muestra de piel para estudiar sobre la historia del niño. Mientras probaban la evidencia de Papovirus polioma (serotipos del virus del papiloma humano) tomaron muestras del ADN del virus. ¿Qué ocurrió? Que en su lugar encontraron el virus variólico, el causante de la viruela.
¿Esto qué significa? El hallazgo cambiaría por completo la historia conocida de la viruela, pero hay más. Como decíamos anteriormente, se cree que el virus ha estado con nosotros desde hace más 10 mil años. Los investigadores han encontrado muestras en la cara de momias egipcias con 3 mil años de antigüedad, e incluso los textos históricos describen epidemias de una enfermedad similar a la viruela en la China del siglo IV y en la Roma del siglo II.
Sin embargo, el ADN del virus de la viruela del siglo XVII detectado por Duggan es el rastro definitivo más antiguo que hemos tenido en nuestro poder. Por eso los investigadores dieron un segundo paso: después de juntar el genoma del virus en su muestra, lo compararon con los genomas publicados de 42 cepas de viruela recogidas en el siglo XX.
¿Por qué? A medida que un virus se replica y copia su ADN, los errores se introducen en el genoma a un ritmo más regular. Cuanto más nueva sea la cepa del virus, más mutaciones alojará. Por tanto, al examinar las mutaciones del ADN en todas las cepas de virus de la viruela, y asumiendo una tasa de mutación estable, Duggan trabajó hacia atrás en el tiempo para crear un árbol genealógico de la enfermedad y calcular así la edad de la cepa que dio lugar al resto (incluida la muestra del niño del s. XVII).
El análisis final, publicado en Current Biology, concluye que la viruela, tal y como la conocemos, surgió a finales del siglo XVI o principios de 1600, es decir, miles de años después de lo que los investigadores (y los libros de historia) creían hasta ahora.
El histórico descubrimiento nos deja con una pregunta de lo más perturbadora. Si el virus de la viruela no causó ningún brote mortal hasta hace unos 500 años, ¿qué fue lo que causó todas aquellas plagas atribuidas a la enfermedad?
Parece que hemos cerrado un capítulo para abrir un nuevo y apasionante interrogante en la historia de la humanidad. [Current Biology vía Smithsonian]