Conozca la hazaña de ‘El Quijote’ de Venezuela – RT
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Cuando los piratas ingleses llegaron a Caracas, la multitud huyó despavorida y solo un hombre, sobre su caballo, se enfrentó sin ejército a los invasores.
La historia de Alonso Andrea de Ledesma, anciano flaco, con una lanza oxidada en la mano derecha, montado sobre su viejo caballo, que salió solo y sin ejército a combatir al enemigo, ocurrió en Caracas diez años antes de que Miguel de Cervantes escribiera su obra más conocida ‘Don Quijote de la Mancha’, en 1605.
El 29 de mayo de 1595, unos 500 piratas llegaron a la capital comandados por el corsario inglés Amyas Preston, luego de saquear lo poco que encontraron a su paso por La Guaira (puerta de entrada marítima a Venezuela, a solo 30 Km de Caracas), relata el escritor venezolano Aquiles Nazoa en su libro ‘Caracas física y espiritual’.
Un día antes, la población había visto seis buques con hombres armados. En esos barcos se encontraba Preston, quien venía de Cumaná (primera ciudad fundada en el continente) donde pagaron rescate para evitar la invasión, lo que le hacía suponer que en la capital, Santiago de León de Caracas, ocurriría lo mismo, recoge el investigador Walter Dupouy en su biografía novelada ‘La hazaña de Alonso de Andrea De Ledesma‘.
Mientras tanto, un ejército de 800 hombres, la mayoría indígenas, se preparaba para evitar la entrada de los piratas por el llamado Camino de los Españoles (sendero ubicado en la montaña El Ávila y que une el valle de Caracas con el mar) y donde aún se ven las murallas construidas en la Colonia para la defensa.
Preston tomó la ciudad por sorpresa debido a que un español de nombre Villapando, bajo pena de muerte, guio a los piratas por un camino alternativo hecho por los indígenas. «Al llegar a la cumbre, Preston […] hizo colgar de un sauco al infame Villapando», relata Dupouy.
En la ciudad, que apenas se recuperaba de una «plaga de gusanos que abatió su economía», según Nazoa, hubo alarma general y rápidamente los habitantes huyeron con sus pertenencias. Muebles, baúles, joyas, animales y esclavos eran sacados de las casas para el traslado.
‘El Quijote’ de Venezuela
Alonso Andrea de Ledesma había llegado con el conquistador Diego de Losada, quien tras vencer la intensa resistencia indígena fundó Caracas en 1567. Ese 29 de mayo estaba solo, con su lanza oxidada, frente a los ojos incrédulos de los piratas.
Sin pensarlo mucho, se lanzó contra sus enemigos, que lo asesinaron de un disparo de arcabuz. «Preston había dado órdenes de que no lo mataran, era evidente que la hazaña de Ledesma era casi un suicidio», explica a RT el escritor e historiador Luis Britto García.
Tras su muerte «fue traído a la ciudad en procesión por los invasores y enterrado con grandes muestras de honor y respeto», recoge Nazoa.
Los otros ‘Quijotes’
No es descabellado pensar que el escritor Miguel de Cervantes se haya inspirado también de este hecho histórico «de incipiente patriotismo» para escribir una de las novelas más traducidas en el mundo, considera Britto, Premio Nacional de Literatura.
«Cervantes quería venir a Indias (actual continente americano), estaba interesado en lo que ocurría en América» por lo que es posible que hubiera conocido sobre la historia de Ledesma. «Es un hecho demostrado que, poco después de la muerte de Ledesma, cuando con toda probabilidad llegó a Sevilla la crónica del hecho narrada por Gaspar de Silva, Cervantes estaba en la ciudad», refiere el investigador venezolano Eduardo Casanova según Noticias 24.
Britto recuerda la historia verdadera de Suero de Quiñones, ocurrida en 1434, quien por el amor de una mujer impidió con su lanza, junto a otros nueve hombres, el paso por el puente del Hospital de Órbigo (ubicado en la provincia de León, en España) a cualquiera que lo retara. Al final logró la hazaña, el amor de la mujer y solo hubo una muerte.
«El apellido Quiñones tiene mucha semejanza con Quijote», agrega. Incluso Cervantes lo menciona en su novela, uno de los libros más vendidos del mundo. «Lo importante es que existieron esos episodios del espíritu originados por una quimera antes de ‘El Quijote’. En el caso de Ledesma es una historia honrosa y bella que terminó trágicamente», concluye Britto.
Nathali Gómez
