El chocolate de Moctezuma: El afrodisíaco que conquistó Europa
El chocolate de Moctezuma: El afrodisíaco que conquistó Europa
En 1519, Hernán Cortés llegó a Tenochtitlán, la capital del Imperio azteca. Allí fue recibido con un banquete impresionante. Entre los manjares servidos destacó una bebida oscura y espesa que fascinó a los conquistadores.
El emperador Moctezuma, según el cronista Bernal Díaz del Castillo, tomaba hasta 50 tazas al día. Lo hacía, sobre todo, antes de visitar a su harén. Este relato dio origen a la leyenda del chocolate como afrodisíaco, un mito que acompañaría a este alimento durante siglos.
El descubrimiento del cacao
El cacao llegó a los europeos gracias a los viajes al Nuevo Mundo. Cristóbal Colón fue el primero en verlo en 1502, durante su cuarto viaje. Cerca de Honduras, encontró una piragua maya cargada de almendras de cacao.
Sin embargo, Colón no le prestó atención. Estaba más interesado en encontrar Cipango (Japón). No fue hasta 1519, cuando Hernán Cortés entró en contacto con el cacao, que los europeos comprendieron su valor.
Los aztecas usaban el cacao de dos formas principales:
- Como bebida energética para recuperar fuerzas.
- Como moneda de cambio en su economía.
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Cacao: La moneda del Nuevo Mundo
En la sociedad azteca, las almendras de cacao eran tan valiosas como el oro. Gonzalo Fernández de Oviedo, el primer cronista de Indias, documentó que se utilizaban para pagar bienes y servicios. Por ejemplo, el costo de una prostituta era de 8 a 9 almendras de cacao.
Este uso como moneda continuó durante siglos, incluso después de la llegada de los españoles. Era tan importante que se crearon sistemas para evitar fraudes. Algunos indígenas falsificaban almendras rellenándolas con barro para engañar a los comerciantes.
El chocolate como afrodisíaco
La fama del cacao como afrodisíaco nació en el siglo XVI. Según Bernal Díaz del Castillo, Moctezuma lo consumía antes de visitar a sus concubinas. Este relato convirtió al cacao en un símbolo de lujo y deseo en Europa.
A los europeos no les gustaba el sabor amargo del cacao en su forma original. Pero todo cambió cuando, en 1530, alguien tuvo la idea de añadirle azúcar. A partir de entonces, el chocolate ganó popularidad y se asoció con la nobleza y la alta sociedad.
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De América a Europa: La revolución del cacao
El cacao no solo fue un placer para el paladar. También se consideró un alimento terapéutico. Felipe II envió científicos al Nuevo Mundo para estudiar sus propiedades. Los informes concluyeron que era reconstituyente y euforizante.
En Europa, el cacao se incorporó rápidamente a las farmacias. Se recetaba para mejorar la salud y recuperar energías. En 1750, la Marina Real Inglesa incluyó una ración diaria de chocolate para sus marineros.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de los EE.UU. diseñó un chocolate especial para los soldados. Este debía resistir altas temperaturas y proporcionar energía en combate.
Un legado que perdura
El cacao, que comenzó como una bebida ritual en Mesoamérica, conquistó al mundo. Su uso como moneda, alimento y afrodisíaco marcó la historia de la gastronomía y la economía.
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Autor Xavier Cadalso