El Compromiso de Caspe: La elección que cambió la historia de Aragón
El Compromiso de Caspe: La elección que cambió la historia de Aragón
En 1412, la Corona de Aragón enfrentó uno de los momentos más inciertos de su historia. Sin un rey que la gobernara, la crisis de sucesión llevó a la región al borde del caos. Sin embargo, nueve compromisarios lograron resolver el conflicto con diplomacia y visión de Estado.
Este pacto histórico, conocido como el Compromiso de Caspe, marcó el inicio de la dinastía Trastámara en Aragón. Pero también dejó lecciones de política y consenso que siguen vigentes hoy.
Un reino sin heredero: El inicio de la crisis
Todo comenzó con la muerte de Martín I el Humano, rey de Aragón, en 1410. Su fallecimiento dejó sin sucesor a un reino que abarcaba Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca, Córcega y Sicilia. Martín no tenía descendencia legítima, y las leyes de la época impedían que las mujeres reinasen.
La falta de normas claras para este caso agravó el problema. Durante dos años, el vacío de poder desató violencia, conspiraciones y guerras civiles. Aragón y Cataluña, los territorios más influyentes, buscaban soluciones, pero las diferencias internas complicaron todo.
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Los principales candidatos al trono
Varios aspirantes reclamaron el trono. Entre ellos, destacaban:
- Jaime de Urgel, pariente cercano del fallecido Martín I.
- Fernando de Antequera, regente de Castilla y miembro de la familia Trastámara.
- Luis de Anjou, hijo del rey de Nápoles y nieto de Juan I de Aragón.
Jaime de Urgel, aunque cercano en linaje, perdió apoyo por sus acciones imprudentes. Su ocupación violenta de Zaragoza en 1410 y la muerte del arzobispo Fernández de Heredia lo alejaron de muchos nobles.
Por otro lado, Fernando de Antequera tenía el respaldo de importantes figuras como San Vicente Ferrer. Además, su experiencia como regente en Castilla y sus éxitos militares, como la conquista de Antequera, fortalecieron su candidatura.
El papel del Compromiso de Caspe
Ante la creciente tensión, las Cortes de Aragón propusieron una solución: elegir un tribunal de nueve compromisarios. Este grupo, compuesto por tres representantes de Aragón, tres de Cataluña y tres de Valencia, decidiría al nuevo rey.
Los compromisarios trabajaron durante meses en la villa de Caspe, aislados de presiones externas. Escucharon a todos los candidatos y analizaron sus derechos y méritos. Finalmente, el 28 de junio de 1412, declararon a Fernando de Antequera como el legítimo sucesor al trono.
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Un acuerdo que marcó un antes y un después
El Compromiso de Caspe fue un triunfo de la diplomacia en tiempos de crisis. Aunque no estuvo exento de críticas, logró estabilizar la Corona de Aragón.
Fernando I gobernó con éxito y fortaleció la unión entre Aragón y Castilla. Esta alianza sería clave para la posterior unión de ambos reinos bajo los Reyes Católicos.
El impacto histórico del Compromiso de Caspe
El pacto de Caspe fue más que una solución a una crisis de sucesión. Representó una lección de consenso político y respeto por las instituciones.
Este evento demostró que incluso las situaciones más complejas pueden resolverse con diálogo y visión de futuro. Las decisiones tomadas en 1412 sentaron las bases para una de las dinastías más influyentes de la historia de España.
Conclusión: Un ejemplo de política y consenso
El Compromiso de Caspe es un capítulo fascinante de la historia de Aragón. Sus protagonistas supieron anteponer la paz y la estabilidad a los intereses personales.
Hoy, esta lección sigue vigente. En tiempos de crisis, el diálogo y la cooperación pueden ser la clave para resolver los problemas más complejos.
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