El fantasma de Johannes Bochler, un piloto nazi muerto en la isla de Cabrera.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!En la isla de Cabrera (Baleares) se cuenta como el fantasma de Johannes Bochler, un piloto alemán muerto en 1944, atormenta a los militares de la zona.
«Durante la Segunda Guerra Mundial, las pérdidas de pilotos fueron asombrosas. En algunos bombardeos, el 80% de los aviones no regresó» comentaba el escritor y motivador Simon Sinek al referirse a la mayor conflicto bélico de la Historia.
Muchos son los casos de pilotos de combate que han sido abatidos tras ser alcanzados por el enemigo y no poder retomar el control de la nave la cual tenían a sus mandos. Los momentos de angustia y de impotencia que preceden a la crónica de una muerte anunciada que supone el impacto del aparato con el suelo, han dado lugar a múltiples relatos de índole inexplicable y paranormal, donde supuestamente se rememora eternamente un suceso marcado por la tragedia, en este caso el fallecimiento de un piloto de combate a causa de los estragos de una guerra. Y un claro ejemplo de estas historias donde las reverberaciones de la fatalidad aún resuenan, se puede encontrar en España, concretamente en la isla de la Cabrera (islas Baleares).
En la isla de la Cabrera, monumento natural a nivel nacional y punto estratégico militar desde siempre, una tumba conservada en unas malas condiciones con la cruz de su sepultura partida por la mitad y donde ya no existe ningún resto alguno, hacen recordar en un tenebroso cementerio donde se enterraban a algunos cautivos franceses del siglo XIX a un alemán llamado Johannes Bochler.
El supuesto fantasma de Joannes Bochler.
Johannes Bochler ( o Johannes Böckler, en alemán) fue un joven piloto de combate nazi que nació el 26 de mayo de 1923, que se topó con la muerte cuando apenas tenía 21 años.
Su fallecimiento ocurrió el 1 de abril de 1944, cuando cubría el recorrido entre el sur de Francia y Argelia con un Dornier en el penúltimo año de la Segunda Guerra Mundial junto a tres tripulantes más: Peter Brühl, Hans Kieffer y un piloto más del que nada más se supo. En las aguas próximas a la isla de Cabrera, al sur de la isla de Mallorca, el Dornier en el que viajaban se precipitó al mar sin motivo aparente. Los alemanes saltaron del aparato antes de que éste se precipitara al agua.
El único que logró sobrevivir al siniestro fue Hans Kieffer, que a través del uso de bengalas pudo ser rescatado y alertó de lo ocurrido. Peter Brühl fue encontrado muerto en una playa del sur de Mallorca, mientras que el militar desconoció nunca pudo ser encontrado, de ahí el desconocimiento de su nombre.
El cadáver de Johannes Bochler apareció en la isla de Cabrera, donde le dieron entierro en un tétrico cementerio de presos franceses del siglo XIX junto a un campesino llamado «En Lluent». Es en este momento cuando comienzan los primeros testimonios sobre una extraña presencia que incomoda a todo aquel que frecuenta la zona donde está situado el cementerio, principalmente los militares que allí estaban destinados.
El periodista y escritor Carlos Garrido, autor de «Cabrera mágica» habla en esta obra sobre sus investigaciones respecto a la figura de Johannes Bochler. En sus entrevistas a los testigos que han vivido una extraña sensación en la cual sentían la presencia de alguien que no podían observar físicamente, Carlos Garrido reunió una serie de experiencias cuyo enlace es el piloto alemán que encontró la muerte en aquella isla balear.
El periodista y escritor, basándose en la multitud de casos que ha recopilado, denomina al supuesto fantasma de Johannes Bochler como «El Lapa», término que acuñaron en un principio los militares, ya que sentían cómo la presencia del piloto fallecido en abril de 1944 se pegaba a su cuerpo, provocando dificultades de respiración y de movimiento en los testigos que han relatado su experiencia. Según contaban, el espíritu de Bochler quería sentirse «pegado» a su profesión de militar en una tierra lejana a su lugar de nacimiento, acosando de esta manera a los que eran de su condición.
El caso que sale a la luz gracias a la investigación de Carlos Garrido corre rápidamente como la pólvora, llegando a oídos de la Comisión de Conservación de Tumbas Militares Alemanas. La comisión, al corriente de la existencia de un alemán enterrado en la isla de Cabrera, decide iniciar los trámites de recuperación del cuerpo para trasladar sus restos a un cementerio alemán, junto a otros militares originarios de Alemania caídos durante la contienda. Por ello, los restos de Johannes Bochler fueron trasladados a Cuacos de Yuste (Cáceres) donde existe un cementerio de militares alemanes caídos en territorio español durante la I Guerra Mundial, Guerra Civil Española y II Guerra Mundial.
A pesar la exhumación de sus restos, muchos son los testigos que cuentan que aún puede sentirse la presencia de Johannes Bochler en las cercanías del cementerio, como si no se hubiera ido. Algunos argumentan que, en realidad, la comisión alemana encargada de su traslado desenterró los restos del ya citado «En Lluent» en vez de los de Bochler, por lo que «El Lapas» se seguiría adhiriendo a aquellos que considera de su condición y profesión militar, como si nunca su avión se hubiera precipitado a las bellas aguas que bañan la isla de Cabrera.