El mariscal Zhúkov y el Ejército Rojo
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Gueorgui Zhúkov, héroe de la Unión Soviética, se salvó de las purgas de Stalin y escaló a lo más alto del Ejército Rojo. Estos fueron sus principales éxitos.
Moscú, 24 de junio de 1945. Sobre un caballo blanco y con el pecho cubierto de medallas, el mariscal del Ejército Rojo Gueorgui Konstantínovich Zhúkov pasa revista a las tropas que desfilarán por la plaza Roja para celebrar la victoria sobre la Alemania de Hitler. Sin embargo, pronto sería relegado a un oscuro distrito militar, y ni siquiera mencionado en el aniversario de la victoria que tanto había contribuido a lograr. Tras un obligado paréntesis, volvería a la vida pública como ministro de Defensa, pero por poco tiempo. Defenestrado otra vez, retornaría, ahora definitivamente, a la vida privada.
En honor a la verdad, Zhúkov nunca se mostró muy hábil en la esfera política. Era un buen militar. Uno de los mejores con que contó la URSS en la Segunda Guerra Mundial, aunque quizá no el mejor, como se tiende a repetir. En sus discutidas memorias parece que se atribuyó algún mérito que no le correspondía, y pasó de puntillas por alguna derrota que sí llevaba su firma. Sea como fuere, una especie de halo protector le acompañó siempre, y, al contrario que muchos de sus compañeros, caídos violentamente, acabaría sus días en la cama de un hospital de Moscú el 18 de junio de 1974.
Estas fueron las principales hazañas militares y también su principal fracaso en su carrera hasta lo más alto del Ejército Rojo: