El misterioso cadáver «momificado» de un bebé asesinado que conmocionó a Córdoba en 1928

Durante las obras en el techo de la iglesia de San Nicolás, en un lugar prácticamente innacesible, apareció un recién nacido con el cráneo golpeado y manchas de sangre. Nunca se descurbrió al autor del crimen

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«¿Quién colocó el cadáver del recién nacido en la bóveda de la iglesia de San Nicolás?», se preguntaba el « Heraldo de Madrid» en su edición del 5 de diciembre de 1928. El periódico estuvo varios días informando de este «suceso misterioso de Córdoba» que jamás llegó a resolverse y que conmocionó a los vecinos durante aquellos días de invierno: «No se habla de otra cosa en esta ciudad que el macabro descubrimiento efectuado por un albañil en las obras que se realizan en la parroquia de San Nicolás de la Villa para restaurar un hermoso y antiquísimo artesonado», adelantaba el mismo diario una semana antes.

El obrero en cuestión se llamaba Rafael Lucena. Se encontraba trabajando junto a otros albañiles para descubrir un rico artesonado de la nave central que había aparecido en el alto techo de la parroquia. Un lugar prácticamente inaccesible sin andamios que fue precisamente restaurado hace diez años. Aquel sábado 24 de noviembre de 1928, sin embargo, la sorpresa ante semejante hallazgo fue enorme: «En una cornisa de la bóveda uno de los empleados encontró el cadáver momificado de una criatura recién nacida, envuelta en un trozo de tela en el que aún se apreciaban manchas de sangre», podía leerse también en « El Mundo Gráfico», donde se incluían fotografías del bebé, su cráneo, el tejado y los médicos que se encargarían de examinar al muerto.

Algunos peritos determinaron que que el cadáver del bebé podía llevar allí oculto unos 12 años, mientras que otros aseguraban que no más de cuatro. Todo eran incógnitas en el siniestro hallazgo. Pero todas las versiones dadas por lo responsables del caso coincidían en que la muerte del recién nacido se había debido a causas violentas. «La columna vertebral del niño está retorcida en forma de ese y en el cráneo se aprecian varias fracturas. Los restos de la criatura se han enviado al Laboratorio de Medicina legal y las ropas con las que estaba envuelta, con algunas manchas de sangre, prueban que efectivamente se trata de un crimen», añadía el diario madrileño.

Infanticidios en España

Aunque en España nunca se ha establecido con precisión el alcance real de los infanticidios a lo largo de la historia, muchos son los autores que piensan que se practicaba con relativa frecuencia. Defienden, incluso, que que influían en gran medida en la alta mortalidad infantil del Antiguo Régimen, sobre todo, en momentos de crisis. Otros investigadores apuntan que al entrar en la Edad Contemporánea estos crímenes fueron descendiendo al ser sustituidos por el aborto. En muchos casos era un remedio contra situaciones desesperadas.

Y aunque no se consiguió un descenso significativo en el número de infanticidios hasta bien entrado el siglo XIX, en los mismos días en que se produjo el hallazgo del cadáver del recién nacido en aquellas circunstancias extrañas, aún se podían leer en la prensa no poco casos. En diciembre de 1928, en concreto, dos sucesos violentos contra bebés también en Córdoba. El primero, el día 28: «En la Colonia de Bellas Vistas se ha encontrado el cadáver de un niño recién nacido con una cuerda al cuello». Y el segundo, una semana antes: «Se practican diligencias para descubrir a los autores de la muerte de un niño recién nacido, hallado sobre unas hierbas en el barrio de Marrubial. Lo encontraron varios pequeñuelos, atraídos por los ladridos de un perro. Este presenta señales de violencia en el cordón umbilical, que se halla sin ligar».

En el caso del bebé de San Nicolás —iglesia construida en 1236 por elRey Fernando III en pleno centro de la ciudad, después de reconquistarla por sorpresa— la primera noticia fue publicada, bajo el epígrafe de «suceso extraño», el 24 de noviembre en el «Heraldo de Madrid». El titular decía: « El cadáver de un niño en un saliente del artesonado de una iglesia». En las noticias que dio este periódico se fueron dando otros detalles, como que el cuerpo sin vida del bebé estaba envuelto en una arpillera «y atado con ligaduras del mismo tejido». Que al tocarlo, «se deshizo la momia y quedó solamente el esqueleto». Que cuando las autoridades se presentaron en el templo, tuvieron que utilizar una larga escalera para llegar al «peligroso» lugar donde había sido colocado el cadáver. «Sitio tan difícil indica claramente que el cuerpo del niño tuvo que ser colocado allí con mucho cuidado, en una operación que tuvo que ser realizada un hombre experto en caminar por esos peligrosos rincones».

A pesar de los avances, los resultados de las investigaciones no dieron apenas datos concluyentes acerca de aquel extraño hallazgo: «Hasta ahora no se ha podido hallar ningún indicio de quiénes son los autores de este crimen. Se indicaba que tal vez entre los obreros (electricistas, albañiles etcétera) que han subido a los tejados de la iglesia pudiera buscarse al criminal, pero después de varias comprobaciones esta hipótesis parece descartada. Es indudable que quien colocó el cadáver allí tenía que conocer bien los rincones de la iglesia». Jamás se llegó a conocer la identidad de este. El misterio nunca fue resuelto y cayó en el olvido.

Origen: El misterioso cadáver «momificado» de un bebé asesinado que conmocionó a Córdoba en 1928