El mito de la virginidad de María: la polémica historia secreta de la Madre de Dios | Ancient Origins España y Latinoamérica
La Virgen María es uno de los símbolos clave del cristianismo, una mujer cuyo culto cambió el mundo.
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La Virgen María es uno de los símbolos clave del cristianismo, una mujer cuyo culto cambió el mundo. Sin embargo, quizás sea también el personaje bíblico peor comprendido de todos. Según algunos investigadores, la famosa historia de la mujer que jamás tuvo contacto sexual con un hombre y aun así dio a luz surgió a causa de un error cometido al traducir un antiguo texto.
La Virgen María es bien conocida gracias a la Biblia, aunque no existen demasiadas piezas arqueológicas claramente relacionadas con su vida. A lo largo de los siglos, la historia de aquella mujer cuyo nombre real era Miriam cambió el mundo. Su mayor hito, el que la hizo famosa, fue el de dar a luz a un niño llamado Josué que acabó siendo conocido como Jesús. Como Madre de Dios, en la religión cristiana está considerada un símbolo de pureza y humildad.
‘La Virgen y el Niño con el profeta Balaam’ (Public Domain) Este fresco de finales del siglo II d. C. es la imagen más antigua conocida de María y el Niñó Jesús no relacionada con el episodio de la adoración de los Magos.
Diferentes versiones de la leyenda de María
El famoso relato bíblico cuenta que Miriam (María) era una joven, quizás soltera, a quien se apareció un ángel que le comunicó el mensaje de que daría a luz al Hijo de Dios. Sin embargo, el relato que encontramos en el Toledot Yeshu, un antiguo libro judío, nos presenta una versión muy diferente de esta historia.
Los desconocidos autores judíos del Toledot Yeshu afirman que Miriam estaba casada con un hombre llamado Juan, pero conoció a un soldado romano de nombre Tiberio Pantera. Se enamoró de él y traicionó a Juan con el guerrero romano. Cuando Juan descubrió a los amantes ella ya estaba embarazada, y Juan decidió divorciarse de ella.
Tiberio tomó el nombre de José y creó una familia con Miriam y el pequeño Josué (Jesús). El niño se haría famoso por realizar todo tipo de milagros, que habría aprendido de los antiguos maestros. Cuenta la leyenda que algunos de sus poderes eran caminar sobre las aguas y convertir agua en vino, entre otros. Pero la escandalosa historia del triángulo amoroso de María podría explicar por qué alguien sintió que era mejor referirse a ella como “la virgen”.
‘El sueño de José’ (1645), óleo producido por el taller de Rembrandt. (Public Domain)
Traducciones que revelan la verdad
El mayor malentendido en el relato de la Virgen María proviene de un error de traducción. Es habitual que las traducciones de los antiguos textos bíblicos estén basadas en otras traducciones anteriores, por lo que el significado que ocultan las palabras originales a menudo es decodificado por especialistas en un lenguaje en concreto. Por otro lado, se realizaron muchas traducciones de esta historia basadas en diccionarios creados por especialistas en latín, un dato clave para comprender el misterio en el que está envuelta en este caso la palabra “virgen”.
La palabra “virgen” procede del latín “virgo”, que significa “doncella” o mujer sexualmente inexperta. En esta palabra están basados los relatos sobre María en los que se la considera una mujer que jamás mantuvo una relación sexual con un hombre.
Sin embargo, históricamente el término “virgen” significaba “por sí misma”, y se refería a las mujeres que no necesitaban un hombre. Sin embargo, esto no implicaba necesariamente que no lo tuvieran. Esta interpretación representa de hecho a una mujer independiente, libre de ataduras económicas, mentalmente fuerte, y no demasiado dependiente de su amante o pareja.
Ilustración de una xilografía del signo del zodíaco Virgo utilizada por Alexander y Samuel Weissenhorn de Ingolstadt. (POP/CC BY 2.0)
En épocas más antiguas se creía en ocasiones que las mujeres establecían un fuerte vínculo con su primer hombre, o incluso que podían volverse adictas mentalmente a su primera pareja sexual. De este modo, para evitar este problema, las antiguas sociedades de la región mediterránea (y otras zonas del Próximo Oriente y Persia) decidieron adoptar una costumbre que se convirtió en parte de sus ceremonias religiosas.
En el pasado era habitual que las mujeres de esta región del mundo acudieran a los templos de Ishtar o Afrodita, por ejemplo, a mantener relaciones sexuales con el sacerdote. Nunca podían volver a verse, pero este acto, que parecía aprobado por la diosa del templo, evitaba a las mujeres sentir un apego excesivo por su amante. La visita al templo era habitualmente una sugerencia de la propia familia de la mujer, y no estaba considerada una traición ni un algo escandaloso.
Detalle de una pieza cerámica de la antigua Mesopotamia conocida como “Vaso de Ishtar”, de terracota decorada y procedente de Larsa, principios del II milenio a. C. (Public Domain)
Sin embargo, algunos investigadores han sugerido asimismo que la palabra “virgen” quizás designara en ciertas culturas antiguas a mujeres independientes en diferentes campos. Es posible que María fuese también autónoma en otros ámbitos, aunque ni la Biblia ni otros textos nos permiten aclarar este punto.
Un símbolo con múltiples significados
María se convirtió en un símbolo con múltiples significados, incluido el de la famosa Arca de la Alianza. Como explican los especialistas de la web Catholic Bible 101:
El Arca de la Alianza del Antiguo Testamento contenía tres elementos: la Palabra de Dios, bajo la forma de tablillas de piedra (Los 10 Mandamientos), maná (“pan”) del Cielo, y la vara de Aarón, que reverdeció y volvió a la vida (Hebreos 9,4). Del mismo modo, el útero de la Santísima Virgen María albergó a Jesucristo: la Palabra de Dios viva (Juan 1,1), el pan de vida (Juan 6,48) y el monarca con una vara de hierro que también cobró vida (Apocalipsis 12,5). En la Anunciación de María, Gabriel le dijo que el poder del Altísimo la “cubriría con su sombra” (Lucas 1,35). La expresión “cubrir con su sombra” resulta significativa, ya que también fue utilizada para referirse al querubín que “cubrió con su sombra” el propiciatorio del Arca de la Alianza (Hebreos 9,5). El Arca estaba revestida de oro puro (Éxodo 37) y era absolutamente sagrada, lo que guarda paralelismo con la enseñanza católica de que María es también pura y sagrada. De hecho el Arca de la Alianza era tan sagrada que ninguna persona normal podía ni siquiera tocarla. De hecho Uzzá extendió la mano para sujetarla y fue fulminado instantáneamente (2 Samuel 6,7).
Moisés y Josué se inclinan ante el Arca de la Alianza en el Tabernáculo (1896-1902), aguada de James Tissot. (Public Domain)
Estas afirmaciones confirman la idea de que María era considerada como el sagrado recipiente simbólico que trajo a Jesús a la vida. Pero también se convirtió en el principio de una interesante historia. Podría no tener nada que ver con el hecho de que fuese una amante inexperta sexualmente. María podría haber sido llamada virgen por su carisma, energía e iniciativa al apoyar a su hijo. Los antiguos pueblos del Próximo Oriente no veían la virginidad por aquel entonces de la misma forma que, por ejemplo, los romanos.
Virgen María del Altar de Gante, conocido también como “Adoración del Cordero Místico”, óleo sobre tabla de Jan van Eyck. (Public Domain)
¿Es María realmente santa?
Con el paso de los siglos, algunos sacerdotes y obispos se han preguntado si los cristianos realmente deberían adorar a María, madre de Jesús. Quizás estaban al tanto del error cometido en las traducciones de los primeros textos cristianos, pero sentían que no podían hacer nada para subsanarlo.
Sin embargo, este hecho no cambia el lugar que ocupa María en la historia. Algunos especialistas sostienen que los relatos bíblicos no deben leerse como si fueran crónicas históricas de hechos auténticos, sino más bien como leyendas simbólicas. Esta idea da pie a más debate aún entre creyentes e investigadores. Pero a pesar de todo, a medida que pasa el tiempo y los nuevos descubrimientos nos revelan más información sobre ella, la vida de María se convierte en un tema cada vez más fascinante.
Virgen María. (Waiting For The Word/CC BY 2.0)
Imagen de portada: “Anunciación” (1489-1490), temple sobre madera de Sandro Botticelli. (Public Domain)
Auor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.