Esta cámara sellada guarda los secretos de nuestra civilización. Sólo puede ser abierta en el año 8113
Bajo los cimientos de una universidad en el estado de Georgia se mantiene una cámara sellada herméticamente. En el año 8113 quien quiera que la abra (si el planeta sigue existiendo) se encontrará varias de las claves de la civilización actual. Allí también duermen las voces de Hitler, Mussolini y Stalin.
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Bajo los cimientos de una universidad en el estado de Georgia se mantiene una cámara sellada herméticamente. En el año 8113 quien quiera que la abra (si el planeta sigue existiendo) se encontrará varias de las claves de la civilización actual. Allí también duermen las voces de Hitler, Mussolini y Stalin.
Cápsulas del tiempo han existido muchas, pero esta es “la” cápsula por varias razones. La misma expresión se usa desde principios del siglo XX, pero la idea es tan antigua como los primeros asentamientos humanos en Mesopotamia. Incluso existen vestigios arqueológicos tan bien conservados que podríamos catalogarlos como auténticas cápsulas del tiempo, pero en el sentido metafórico. Un ejemplo de ello son las ruinas de la antigua ciudad de Pompeya.
De hecho, el comienzo de esta historia guarda grandes paralelismos con la antigüedad. Para ser exactos, con ese proyecto histórico que supuso las pirámides de Egipto y la consiguiente apertura de la tumba de Tutankamón a principios del siglo XX. Ese fue el punto de partida y la inspiración para crear lo que se ha llamado en el tiempo como la Cripta de la Civilización.
Una cámara de récord
En el sótano del hall Phoebe Hearst de la Universidad de Oglethorpe (Georgia) hay una puerta que da acceso a la bóveda de acero inoxidable que fue soldada hace más de 60 años. Detrás de la puerta se encuentra una sala de unos 6 x 3 metros impermeabilizada que contiene una colección de artefactos, libros y grabaciones de vídeo y audio; en su momento sinónimos de modernidad colocados allí por una serie de hombres y mujeres entre 1937 y 1940.
Si el objetivo se consigue y tiene éxito, entonces el contenido de la bóveda permanecerá inalterado sin ser visto durante los siguientes 6 mil años. Este proyecto ambicioso que comenzó en los albores de la Segunda Guerra Mundial representa “el primer esfuerzo exitoso de guardar un registro de la actualidad para los habitantes del futuro o algún visitante de la Tierra”, tal y como lo ha acabado definiendo el libro Guinness de los récords en 1990.
Por tanto la cripta de la civilización, aunque en su momento ni siquiera había sido acuñado el término, es la primera cápsula moderna del tiempo. Un concepto que surgió del cerebro del profesor Thornwell Jacobs sobre 1936, momento en el que fue director de la Universidad.
Dicen que mientras enseñaba e investigaba sobre la historia antigua se sorprendió por la escasez de información sobre las civilizaciones del pasado. En ese momento comenzó a concebir una idea que evitara el mismo problema a aquellos habitantes del futuro que quisieran estudiar nuestra civilización. Jacobs pensó que su cripta debía contener un registro completo de la humanidad hasta ese momento, obviamente junto a un gran número de trabajos sobre el conocimiento acumulado por el hombre a través de los siglos. Casi nada.
El profesor le pidió ayuda a su colega Thomas Kimmwood y juntos se pusieron manos a la obra en la ardua y monumental tarea de registrar un “top list” de lo mejor de la humanidad. Además pensaron que la mejor manera de salvaguardar la mayor parte del trabajo era a través del microfilm, trabajo encomendado para Thomas, inventor y padre del primer microfilm de cámara.
Cuando los medios se hicieron eco de la historia y la publicaron en los periódicos la mayoría del público tuvo una reacción extraña. Por un lado podían entender el carácter inspirador y romántico de la idea, pero por el otro asustaba y preocupaba a partes iguales. La idea y el alcance que podría tener era algo totalmente diferente a cualquier cosa que se hubiera intentado hasta entonces.
Con el tiempo la historia de la cripta de Jacobs fue apareciendo en más radios y medios. Jacobs leía las publicaciones emocionado, el hombre se veía como el protagonista de una época y su cripta era algo así como el deber arqueológico de una generación.
Y de repente llegó el momento de pensar en el día en que debía abrirse. ¿Qué hizo Jacobs? El hombre se puso a pensar los años que habían pasado desde que se estableció el calendario egipcio (4241 a.C.), a partir de ahí proyectó el mismo número de años desde la fecha del nacimiento de su idea. ¿Por qué? Suponemos que porque como todo hombre de su época, creía que se encontraba en los albores del inicio del futuro tecnológico. Sea como fuere la apertura de la cripta se marcó en el 8113, el IX milenio.
Preparación de un cripta con vistas al futuro muy lejano
Ahora quedaba lo más difícil, seleccionar ese top list de la humanidad. La preparación comenzó sobre 1937 y el sitio elegido fue una sala de sótano que había sido una piscina en el pasado, lo que ofrecía una pista: estaba preparada y diseñada para ser impermeable a la humedad.
La habitación era muy pequeña, de roca sólida de granito a poco más de dos metros bajo la superficie. La cámara también se había preparado con un revestimiento a base de hormigón en su piso y las paredes estaban cubiertas de porcelana incrustada.
Durante tres años Kimmwood y un equipo de estudiantes se dedicaron a grabar y almacenar más de 640 mil páginas de documentos en microfilmes, incluyendo textos religiosos como la Biblia o el Corán junto a obras literarias como la Ilíada y el Infierno de Dante.
No sólo eso, en el interior de los microfilms también se compilaron fotografías, películas y grabaciones de voz de líderes políticos y personajes históricos como Hitler, Mussolini, Stalin o el presidente Roosevelt…. junto a las voces de otros personajes como Popeye y otra serie de dibujos (las caras de los hombres del futuro en este punto serían impagables). También se añadieron artefactos de la vida cotidiana de aquella época tales como una televisión (de las primeras), máquina de coser, teléfono, cuadros, semillas de plantas o relojes mecánicos. Por último y en previsión de que la gente del futuro tuviera algún tipo de problema con el material, añadieron una lupas y proyectores eléctricos.
Finalmente acudieron a expertos para informarse sobre la mejor manera para preservar el microfilm y el resto de cosas durante tanto tiempo. La solución tomada fue encerrar los elementos sensibles en recipientes de acero inoxidable sellados con revestimiento de vidrio. Y antes de que fueran sellados se retiró todo el aire de los mismos y se reemplazó con nitrógeno para evitar la oxidación del contenido. Como precaución adicional los duplicados del microfilm se hicieron en una película de metal.
A comienzos de 1940 la cripta ya estaba lista y el 25 de mayo la puerta de la misma se selló en presencia del alcalde de la ciudad, el gobernador del estado y el director de Correos en Estados Unidos. Un evento que tuvo gran audiencia y que fue transmitido por la radio como si se tratara de una gran ceremonia. Ese día, al llegar la tarde, la puerta de acero inoxidable se cerró y se soldó, dando al interior de la bóveda el último rayo de luz hasta el año 8113. Encima de la entrada sellada se encontraba una placa que decía:
Esta cripta contiene monumentos de la civilización que existió en los Estados Unidos y el mundo en general durante la primera mitad del siglo XX. En recipientes de acero inoxidable, en los que el aire ha sido reemplazado por gases inertes, se encuentran enciclopedias, historias, trabajos científicos, ediciones especiales de periódicos, viajes, charlas de viajes, carretes de cine, registros fonográficos y materiales similares de los cuales se puede tener una idea del estado y la naturaleza de la civilización que existía entre 1900 y 1950. Hasta el año 8113 rogamos a todas las personas que esta puerta y el contenido de la cripta en su interior puedan permanecer inviolados.
Dada la ubicación subterránea impermeable de la cripta y el terreno circundante del granito, los científicos creen probable que la bóveda alcance el año 8113 intacta. Y aunque actualmente se desconoce el estado actual del contenido, debemos pensar que siguen estando relativamente bien conservados.
Claro que lo peor no son los 65 años que lleva sellada. Lo peor son los más de 6 mil años que le falta por recorrer.