¿Existieron realmente los poderosos y legendarios Cíclopes? | Ancient Origins España y Latinoamérica
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Estas misteriosas criaturas, poseedoras de un solo ojo, fueron reverenciadas en las mitologías griega y romana, y continúan encontrándose entre los seres más interesantes de los que hablan las más antiguas leyendas mediterráneas. Miembros de la raza de los gigantes, sus orígenes se perdían en los tiempos más remotos de la historia del mundo.
Aunque desconocemos el nombre de la mayoría de los Cíclopes, las fuentes antiguas sí que describen a un cíclope llamado Polifemo, quien vivía en una isla que correspondería a la actual Sicilia: una isla habitada por cíclopes y otras criaturas. La palabra “cíclope” significa “ojo circular”. Su génesis parece ser más complicado que los mitos que los describen. De hecho, la búsqueda de cualquier origen real de los Cíclopes, así como de las posibles pruebas de su existencia en libros antiguos, resulta ser uno de los mayores retos relacionados con la mitología.
Polifemo, Johann Tischbein. (1802) (Public Domain) Polifemo es uno de los pocos cíclopes cuyo nombre conocemos.
Antiguos relatos sobre los Cíclopes
No existen evidencias convincentes que apoyen la existencia de los míticos cíclopes. Sin embargo, los relatos de algunos famosos escritores de la antigüedad dieron pie a una leyenda que fue creciendo en las mentes de generaciones y generaciones de personas, habitantes de la región mediterránea. La imaginación de aquellos autores impregnó sus obras literarias, convirtiéndolas en algunos de los relatos más famosos del mundo y de la historia.
Las dos descripciones de cíclopes más destacadas fueron obra de Hesíodo y Homero. De hecho, la fuerza de sus escritos influyó en otros textos posteriores. Hesíodo escribió su ‘Teogonía’ entre los siglos VIII y VII antes de Cristo. En palabras del antiguo autor griego:
[De Urano, el Cielo] Dio a luz [Gaia (Gea), la Tierra] a los Cíclopes de soberbio espíritu, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que regalaron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Éstos en lo demás eran semejantes a los dioses, pero en medio de su frente había un solo ojo. Y fueron llamados Cíclopes, ya que efectivamente un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos. Y de nuevo, otros tres hijos [los Hecatónquiros] nacieron de Gaia (la Tierra) y Urano (el Cielo)…
Continúa Hesíodo en su Teogonía:
De cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles [Hecatónquiros y Cíclopes] fueron odiados por su propio padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea (la Tierra) sin dejarles salir a la luz, y se gozaba cínicamente con su malvada acción.
‘El Cíclope’, óleo de Odilon Redon, 1914. (Public Domain) Hesíodo escribió de los Cíclopes que eran odiados por su propio padre Urano, quien los mantenía ocultos por esta razón.
Evidencias de un cíclope en la obra de Homero
En uno de los capítulos de ‘La Odisea’ de Homero, el legendario Odiseo (Ulises) se encuentra con el cíclope llamado Polifemo. Resulta significativo que Homero no escribiese explícitamente que Polifemo tenía un solo ojo. Sin embargo, algunos especialistas en textos homéricos sugieren que este hecho está implícito en el propio texto. Según ellos, se menciona esta circunstancia cuando Homero escribe “su ojo” en lugar de “sus ojos”.
Odiseo y su tripulación ciegan al más famoso de los cíclopes, Polifemo. Detalle de un ánfora proto-ática datada en torno al año 650 a. C. Museo Arqueológico de Eleusis. (Napoleon Vier/CC BY-SA 3.0)
Otros autores también escribieron sobre los cíclopes. Por ejemplo, el autor griego Calímaco mencionó a los Cíclopes como los creadores de las fortificaciones de Micenas y Tirinto. Alrededor del año 275 a. C., un poeta siciliano llamado Teócrito también escribió dos poemas relacionados con la historia de Polifemo y su deseo por una ninfa del mar, de nombre Galatea. El poeta describe el plan ideado por el cíclope para poder poseerla.
El famoso escritor griego Eurípides escribió la obra titulada ‘Cíclope’ en el año 408 antes de Cristo. La trama transcurre en Sicilia, en una zona muy cercana al famoso volcán Etna. Virgilio, poeta épico romano tan famoso como Homero en la literatura griega, escribió el célebre libro clásico ‘La Eneida’, donde narra cómo, después de escapar de Troya, Eneas desembarca en la isla de un cíclope. El poema épico de Virgilio es muy similar a ‘La Odisea’, y su historia del encuentro de Eneas con el cíclope es prácticamente la misma que la de Polifemo.
‘Odiseo en la cueva de Polifemo’, óleo de Jacob Jordaens. (Public Domain)
El origen de los Cíclopes
Los orígenes de los misteriosos Cíclopes son fascinantes. Según el paleontólogo Othenio Abel, las raíces de los Cíclopes se encuentran en los cráneos prehistóricos de los elefantes enanos. Estos animales vivían antiguamente en islas como Sicilia, Malta, Creta y Chipre. Según su investigación, realizada en 1914, las grandes cavidades nasales de estos cráneos habrían hecho pensar a las gentes de la época que pertenecían a las míticas criaturas de un solo ojo. Durante siglos fue imposible averiguar el origen real de tales cráneos, por lo que el mito de los Cíclopes fue creciendo.
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Elefante enano con grandes cavidades nasales. Museo Arqueológico Regional Paolo Orsi, Siracusa, Italia. (Giovanni Dall’Orto)
Walter Burkert, experto alemán en antiguos cultos y mitología, expuso otra teoría que sugería que las sociedades arcaicas reflejaban como un espejo auténticas asociaciones a las que se rendía culto, como los gremios de herreros. En opinión de Burkert, la idea de la existencia de poderosas criaturas con un solo ojo provenía de la tradición de los herreros de cubrir con un parche uno de sus ojos. Además, también observó que los cíclopes de ‘La Odisea’ son descritos de forma algo diferente a como aparecen en el libro de Hesíodo. Los descritos en la “Teogonía” no guardarían relación con el culto a los herreros, aunque Burkert creía que habría una explicación para esta anomalía: sugirió que era muy probable que Polifemo fuera considerado inicialmente un demonio local, siendo Homero quien habría hecho de Polifemo un cíclope. Por último, algunos investigadores creen que los Cíclopes eran, simplemente, seres humanos deformes.
Los Cíclopes, constructores legendarios
Durante siglos, la gente creyó que los Cíclopes habían sido los constructores de las monumentales murallas de ancestrales ciudades, así como de otros impresionantes edificios. Alentaron, así, su fama de colosales arquitectos. Por ejemplo, resulta imposible separar la historia de las murallas de Micenas de las viejas leyendas sobre cíclopes.
La aseveración de que la historia de los Cíclopes está basada en alguna criatura que existió en el pasado, a pesar de tener ciertos indicios de verosimilitud (recordemos el caso de los elefantes enanos), se considera actualmente que carece de fundamento. Sin embargo, los Cíclopes continúan siendo una parte fascinante del antiguo folclore tradicional. Lamentablemente, a diferencia de muchos otros personajes de las leyendas mitológicas, su aspecto deforme hace que resulte difícil utilizarlos como personajes protagonistas de nuestros modernos relatos escritos.
Imagen de Portada: ‘Odiseo y Polifemo’, óleo de Arnold Böcklin (1896). Polifemo es uno de los pocos Cíclopes cuyo nombre conocemos. (Public Domain)
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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