La obsesión de Nikola Tesla: el secreto oculto tras los números 3, 6 y 9 | Ancient Origins España y Latinoamérica
Nikola Tesla hizo innumerables experimentos misteriosos, pero él en sí mismo era ya todo un misterio Las mentes de casi todos los genios suelen caracterizarse por
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Nikola Tesla hizo innumerables experimentos misteriosos, pero él en sí mismo era ya todo un misterio Las mentes de casi todos los genios suelen caracterizarse por una cierta obsesión y Nikola Tesla no podía ser menos. De hecho, Tesla rodeaba los edificios tres veces antes de entrar en ellos, limpiaba sus platos con 18 servilletas y vivía en habitaciones de hotel numeradas con cifras divisibles por 3. Tanto es así, que realizaba cálculos sobre elementos existentes en su día a día, solo para cerciorarse de si el resultado era divisible por 3, basando sus decisiones y elecciones en dichos resultados. Todo lo que lo rodeaba lo concebía en conjuntos de 3. Algunos afirman que sufría TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo) y otros aseguran que era muy supersticioso. Sin embargo, la verdad es mucho más profunda y compleja.
“Si supieras la magnificencia de los números tres, seis y nueve, obtendrías la llave del universo”, sostenía Nikola Tesla y es que mantenía su obsesión especialmente con el 3, el 6 y el 9. Quizá sea cierto que sufría un caso extremo de TOC y que era supersticioso, pero eligió esos números por una razón. Tesla aseguraba que esas cifras eran extremadamente importantes y nadie lo escuchaba. Incluso calculó puntos nodales alrededor del planeta vinculados a estos números. Pero, ¿por qué el 3, el 6 y el 9? ¿Qué intentó hacer comprender al mundo Nikola Tesla? Puede que lo que expongamos a continuación le parezca muy extraño.
Primero debemos entender que no hemos creado las Matemáticas, sino que las descubrimos. Las Matemáticas son el lenguaje y la ley universal. No importa en qué parte del universo estés: 1 + 2 siempre será igual a 3. ¡Todo en el universo obedece esta ley! Existen patrones que aparecen de modo natural en el universo, patrones que hemos descubierto comunes a nuestra vida, las galaxias, las formaciones estelares, la evolución y casi todos los sistemas naturales. Uno de estos patrones es el conocido como número áureo o divina proporción.
Existen patrones que aparecen de modo natural en el universo. (Fotocomposición: Código Oculto)
Otro sistema realmente importante, que la naturaleza parece obedecer, conocido como «Las Potencias del Sistema Binario», es aquel en el que el patrón comienza desde uno y continúa duplicando los números. Las células y embriones se desarrollan siguiendo este patrón, para muchos sagrado: 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, …Algunos llaman a estos patrones «El Plan de Dios». Las Matemáticas, por tanto, vendrían a ser como una huella digital divina, dejando a un lado toda religión.
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Así, en las Matemáticas Vorticiales aparece un patrón que se repite: 1, 2, 4, 8, 7, 5 y así sucesivamente: 1, 2, 4, 8, 7, 5, 1, 2, 4, 8, 7, 5, 1, 2, 4, … Como se puede observar, 3, 6 y 9 no figuran en este patrón. El científico Marko Rodin cree que estos números representan un vector de la tercera a la cuarta dimensión que él llama «campo de flujo». Se supone que este campo es una energía dimensional superior que influye en el circuito energético de los otros seis puntos. Por su parte, Randy Powell, alumno de Marko Rodin, afirma que ésta es la clave secreta para obtener energía libre, algo que sabemos que Tesla investigó durante toda su vida.
Comencemos a partir del 1: duplicándolo obtenemos 2; a su vez, 2 duplicado es 4; 4 duplicado es 8; 8 duplicado es 16, que significa 1 + 6, que es igual a 7; 16 duplicado es 32 resultando en 3 + 2 que es igual a 5 (puedes duplicar el 7 si quieres a lo que obtendrías 14 resultando en 5); 32 duplicado es 64 (5 duplicado es 10) dando como resultado un total de 1. Si continuamos, seguiremos siempre el mismo patrón: 1, 2, 4, 8, 7, 5, 1, 2, … Pero es que si comenzamos a partir del 1 a la inversa, seguiremos obteniendo el mismo patrón, sólo que al revés: la mitad de uno es 0,5 (0 + 5) igual a 5. La mitad de 5 es 2,5 (2 + 5) igual a 7, y así sucesivamente. Como puede constatarse no aparecen jamás ni el 3, ni el 6, ni el 9. Es como si estuvieran más allá de este patrón, libres de él.
Sin embargo, surge algo extraño si los duplicamos. 3 duplicado es 6; 6 duplicado es 12 que daría lugar a 3. En este patrón no hay mención del 9. Es como si 9 estuviera más allá, completamente libre de ambos patrones. Pero si doblamos el 9 observaremos que siempre resultará 9: 18, 36, 72, 144, 288, 576… Lo que se conoce como Símbolo de Iluminación.
Si viajamos hasta la Gran Pirámide de Guiza, veremos que no sólo hay tres grandes pirámides, sino que las tres están ubicadas de una forma muy concreta, reflejando las posiciones de las estrellas del Cinturón de Orión. También observaremos otro grupo de tres pirámides, más pequeñas. Así, podemos encontrar innumerables evidencias de que la naturaleza utiliza simetría triple y sexta, incluyendo la forma de azulejo hexagonal de la celda de la abeja común. Nuestros ancestros emularon dichas formas en la construcción de su arquitectura sagrada.
Las tres grandes pirámides: pirámide de Micerinos, pirámide de Kefrén y pirámide de Keops. En primer término están las denominadas pirámides de las reinas. (Ricardo Liberato/CC BY-SA 2.0)
¿Es posible que haya algo especial en el misterioso número tres? ¿Es posible que Tesla descubriera este profundo secreto y usara este conocimiento hasta alcanzar los límites de la ciencia y la tecnología?
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Digamos que hay 2 opuestos. Llámelos luz y oscuridad, si lo prefiere. Son como los polos norte y sur de un imán. Un lado es 1, 2, y 4; el otro lado es 8, 7 y 5. Igual que sucede con la electricidad, todo en el universo es una corriente entre estas dos polaridades, como un péndulo oscilante, y si imaginamos su movimiento es algo así como el símbolo del infinito: 1, 2, 4, 8, 7, 5, 1, 2,…
El 3, el 6 y el 9, los tres números que obsesionaban a Tesla. (Imagen: Código Oculto)
Sin embargo, estos dos lados se rigen por 3 y 6: 3 gobierna a 1, 2 y 4 mientras que 6 gobierna a 8, 7 y 5. Pero es que si estudiamos este patrón de cerca la cuestión se vuelve aún más abrumadora: 1 y 2 es igual a 3; 2 y 4 es igual a 6; 4 y 8 es 12 que es igual a 3; 8 y 7 es 15, que es igual a 6; 7 y 5 es 12, que es igual a 3; 5 y 1 es igual a 6; 1 y 2 es igual a 3… El mismo patrón en una escala más alta es en realidad 3, 6, 3, 6, 3, 6,… Pero incluso estos dos lados, 3 y 6, se rigen por el 9, que muestra algo espectacular.
Observando de cerca el patrón de 3 y 6, nos damos cuenta de que 3 y 6 son iguales a 9, 6 y 3 es igual a 9, todos los números juntos son iguales a 9, excluyendo a 3 y 6. Así que 9 significa la unidad de ambas polaridades. ¡9 es el Universo mismo! ¡La vibración, la energía y la frecuencia! ¡3, 6 y 9!
“Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”, aseguraba Nikola Tesla, y lo cierto es que existe una verdad filosófica muy profunda en sus palabras. Imagínense lo que podríamos lograr si aplicáramos el denominado “conocimiento sagrado” en la ciencia cotidiana.
Imagen de portada: Retrato de Tesla con los números 3, 6 y 9 (Código Oculto)
Autor: Código Oculto
Este artículo fue publicado con anterioridad en Código Oculto y ha sido publicado de nuevo en Ancient Origins en Español con permiso.