La prueba de ADN que puede resolver un misterio imperial de más de 150 años – BBC Mundo
Un emperador, una humilde cocinera y un futuro presidente son parte de un viejo misterio que un análisis genético quiere develar. Y, si se confirman ciertas sospechas, el mismo podría obligar a reescribir la historia del imperio de los Habsburgos y de buena parte de Europa Central.
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Y busca, con sus resultados, dar una respuesta definitiva a una intriga que ha fascinado a los curiosos y desvelado a los historiadores por más de un siglo: ¿era Masaryk, adalid de los derechos de los eslavos y padre del Estado checoslovaco, el hijo ilegítimo del emperador austrohúngaro Francisco José I?
Emprendí un viaje para entender la historia detrás de la historia.
«Entonces… aquí estamos», dice Marek Vareka, historiador del Museo Masaryk en Hodonín, una pequeña localidad en el extremo suroccidental de la República Checa.
El auto en el que vamos se detiene junto al Castillo de Holíč, que está justo en la frontera del lado de Eslovaquia. Frente a nosotros, una estructura barroca de tres pisos, imponente pero venida a menos, rodeada de un foso de hierba.
«En el pasado, los Habsburgo fueron dueños de predios tanto en Hodonín como en Holíč, así que se quedaban aquí con frecuencia», me explica Vareka.
Hoy, los dos pueblos están separados por el trazado de la frontera internacional. Hodonín es checo, Holíč es eslovaco.
En 1849, el borde no estaba establecido pero era interno: Hodonín quedaba en tierras de la corona imperial de Moravia, mientras que Holíč integraba el reino de Hungría. Aunque todo era parte de «el imperio» para los Habsburgos.
«Sabemos que Francisco José vino por Hodonín y Holíč en diciembre de 1849, cuando iba camino a inspeccionar las tropas imperiales que acabarían con la rebelión húngara en el verano», relata el historiador.
Cierro los ojos y trato de imaginarme a Francisco José, no al káiser de la primera Guerra Mundial sino al joven soberano de 19 años, impecable en su uniforme militar rojiblanco, erguido sobre un caballo imperial que trota por los jardines del castillo.
Estuvo aquí en diciembre. Es probable que también haya estado aquí en verano.
¿Y es posible que le hayan provisto compañía femenina para pasar las horas?
«Claro, eso era de lo más normal», dice Vareka y me explica que el personal del castillo se encargaba de seleccionar mujeres limpias y sanas de las poblaciones cercanas que atendiesen al emperador.
¿Y puede haber sido una de esas mujeres, Theresia Kropaczek, una cocinera en los predios de los Habsburgos en Hodonín?
¿La misma Theresia Kropaczek que se casó con su compañero de trabajo Josef Masaryk en agosto de 1849, pero dio a luz a Tomáš sólo siete meses más tarde?
¿Puede haber sido Tomáš Masaryk el hijo ilegítimo del emperador?
Francamente, la evidencia que se conoce es completamente circunstancial. Vareka insiste en que no hay registros de que haya existido un encuentro entre Theresia Kropaczek y Francisco José, mucho menos de que hayan compartido una cama.
Se trata de puras hipótesis, señala el historiador. Pero eso no ha logrado moderar las especulaciones.
Para empezar, Theresia, que hablaba alemán, era diez años mayor que su esposo, un cochero eslovaco analfabeto. También era de una clase social superior.
A lo largo de su infancia, Tomáš – que en los papeles no era sino un niño de orígenes humildes de Moravia- parece haber tenido una secreta «mano protectora» posada sobre sí.
«Hay muchas cosas que no cierran», confirma el documentalista checo David Vondracek.
«Incluso de niño logró moverse en círculos aristocráticos. Luego fue tutor de algunas de las familias más ricas de Austria».
¿Quién fue Tomáš Masaryk?
- 1850 Año de nacimiento. Hijo de una cocinera y un cochero eslovaco 10 años menor que su mujer
- 1882 Se convirtió en profesor de Filosofía en Viena
- 1900 Fundó el Partido Progresista checo
- 1918-35 Presidente de Checoslovaquia, el primero en el cargo en la historia del país – se lo conoció como «el presidente libertador»
Vondracek considera extraordinario, por ejemplo, que Masaryk haya sido expulsado de una academia en Brno por una pelea con el director, pero luego haya sido admitido en las instituciones educativas más prestigiosas de Viena, entre ellas la universidad.
«Y uno de sus mayores benefactores fue el jefe de la policía vienesa, Anton von Le Monnier, quien era confidente de Francisco José«, agrega, mientras confiesa su fascinación personal con la historia.
Ahora, quiere resolver el misterio usando análisis de ADN.
Para ello, ha obtenido una maleta con ropas que alguna vez pertenecieron a Tomáš Masaryk.
El material genético residual en las ropas está siendo comparado con la información genética de su hijo Jan (1886-1948), para establecer si las prendas son efectivamente suyas.
Si lo son, ese ADN será comparado con el delos descendientes vivos de Josef Masaryk, el hombre que siempre se dijo era padre de Tomáš.
Si no hay coincidencia, será luego contrastado con el ADN de los Habsburgos, sea de descendientes de la familia imperial o de artefactos que existan en los museos checos, tales como un pañuelo manchado de sangre que perteneció al archiduque Francisco Fernando, cuyo asesinato en Sarajevo, en junio de 1914, fue la chispa que encendió la Primera Guerra Mundial.
Y si realmente se encuentra una coincidencia allí… será hora de empezar a reescribir los libros de historia.
La televisión checa hará públicos los resultados en unos meses. Y algunos están tan pendientes de ello como si se tratara del episodio de una telenovela que bate récords de audiencia.
«Personalmente, como historiadora, no me hubiera dedicado a estudiar este asunto«, dice Irena Chovancikova, directora del Museo Masaryk.
«Masaryk siempre se refería a Josef como su padre y la relación padre-hijo entre ellos era claramente visible», me dice, mientras nos sentamos en el esplendoroso edificio municipal de Praga, el escenario para la declaración de la independencia checoslovaca en octubre de 1918.
«Parece propio de un tabloide aproximarnos a este tema así y de ratos el debate se ha vuelto sencillamente desagradable«, apunta la directora, que ha accedido a que las ropas sean analizadas por la ciencia para poner punto final a las especulaciones.
¿Desagradable? Quizás. Pero no todos están de acuerdo.
Y, lo que es más importante, las novedades que entreguen las pruebas científicas podrían poner de cabeza la historia del último siglo de Europa Central y más allá.
Origen: La prueba de ADN que puede resolver un misterio imperial de más de 150 años – BBC Mundo