La teoría de la conspiración más loca sobre Hitler: ¿una máquina antigravedad?
La Die Glocke fue un proyecto enmarcado dentro de la Wunderwaffe, las ‘armas maravillosas’ del Tercer Reich, aunque nunca se han encontrado pruebas sólidas de su existencia
De entre todas las conspiraciones que se conocen y que tienen como sujeto principal a los nazis, sin duda una de las más llamativas es la que habla de una campana anti-gravedad. La Die Glocke («La campana», en alemán) fue supuestamente una máquina de guerra oculta que los alemanes construyeron con el objetivo de ganar la Segunda Guerra Mundial a las tropas aliadas en el contexto de la Wunderwaffe, la campaña propagandística del Tercer Reich que recogía todas las superarmas que el ejército nazi estaba dispuesto a usar contra sus enemigos, como submarinos, acorazados o portaaviones.
Este arma, cuya existencia y popularidad está afincada en el mundo de la conspiración, saltó a la palestra en el año 2000 a partir de la publicación de ‘Prawda o Wunderwaffe’ («La verdad sobre las Wunderwaffe», en español) un libro de Igor Witkowski, un periodista polaco, en el que supuestamente recogía la existencia de un interrogatorio al oficial de las SS Jakob Sporrenberg a las que accedió a través de un contacto con el servicio secreto de Polonia que tuvo acceso a un sinfín de documentos clasificados entre los que se encontraba esta arma secreta.
Cuando se activaba, detonaba una especie de reacción química que cristalizaba los tejidos celulares animales, gelificando la sangre
Aunque la teoría de Witkowski nunca ha sido demostrada con pruebas sólidas, la Die Glocke tuvo muchos seguidores después de la publicación de otro libro, esta vez de un autor británico, Nick Cook, quien en ‘The Hunt for Zero Point’ daba buena cuenta de estos proyectos locos dentro del registro de la no-ficción y hablaba de la Operación Paperclip («Sujetapapeles»), en la que los servicios de inteligencia estadounidenses extrajeron información y conocimiento sobre todas las pruebas armamentísticas de los científicos nazis para llevárselas a su país y por miedo a que los soviéticos las encontraran. De hecho, encontraron un famoso boceto diseñado por el científico alemán Wernher von Braun en el que aparecía un cohete que luego sirvió de inspiración para el programa Apolo que décadas más tarde empezaría a desarrollar la NASA.
¿Un OVNI nazi?
La Die Glocke era una de estas armas de la Wunderwaffe que Cook describe como un «artilugio brillante y giratorio» que posiblemente disponía de «algún efecto antigravitacional» e incluso era una «máquina del tiempo» que era parte de un programa antigravedad de las SS» para el platillo volante «Repulsine» que estaban diseñando, según cuentan desde ‘Popular Mechanics’. La información puede resultar un poco confusa. ¿Qué tiene que ver una campana que podía elevarse en el cielo con el poder de alterar y viajar a través del tiempo?
La Campana tendría un diámetro aproximado de 2,7 metros y una altura entre los tres y cuatro metros y medio. Según Witkowski, el artilugio contenía dos rotores coaxiales que se llenaban de «una sustancia parecida al mercurio, de color violeta» al que llamaban ‘Xerum 525′ y era «almacenado en un termo alto y delgado, de un metro de alto y encapsulado en plomo». Cuando se activaba, detonaba una especie de reacción química que cristalizaba los tejidos celulares animales, gelificando la sangre, en un radio de acción de hasta 200 metros.
De acuerdo a algunos medios, el arma fue encargada por el propio Hitler a su general de las SS llamado Hans Kammler, el ingeniero científico que también estaba detrás del desarrollo de misiles, aviones reactores y construcciones subterráneas. El Führer quería un artefacto que fuera capaz de viajar en el tiempo a partir de una gran aceleración y que pudiera levitar. Supuestamente, encargó su construcción a Kammler en la base oculta Der Riese, que en realidad sí que existe y se encuentra en las Montañas Búho, en los Sudetes, muy próxima a la frontera con la República Checa. A partir de 1943, el ejército nazi comenzó a edificar estas instalaciones subterráneas obligando a sus prisioneros de los campos de concentración a cavar túneles o levantar líneas ferroviarias bajo tierra.
Al probarse la Die Glocke, según Witkowski, cinco de los siete miembros de investigación dirigidos por el físico Walther Gerlach, murieron sin que se esclareciera la causa de la muerte. Luego, las teorías de la conspiración apuntan a que los servicios de inteligencia de Estados Unidos secuestraron el arma y se la llevaron a sus instalaciones militares para estudiar la anti-gravedad y con ello preparar el asalto a los cielos que acabó desembocando en el aterrizaje lunar de Neil Armstrong y compañía, aunque también hay otra versión que argumenta que se llevaron el Die Glocke a Sudamérica, a donde al parecer y según las teorías de la conspiración, se exiliaron muchísimos altos cargos nazis. No hay que olvidar que una de las principales corrientes de la historia más especulativa es que Hitler no murió (al no encontrarse su cadáver) y fue deportado a Argentina o Colombia.
La Segunda Guerra Mundial podría ser perfectamente el acontecimiento más comentado, reseñado, analizado y estudiado de toda nuestra historia reciente. Y de todas las historias y fábulas que se han hecho sobre el Tercer Reich, la de la campana antrigravitatoria de Hitler es sin duda una de las más fascinantes en cuanto a lo que pudo ser y no fue, lo que pudiera haber sido y lo que realmente nunca sucedió.
Origen: La teoría de la conspiración más loca sobre Hitler: ¿una máquina antigravedad?