Las 5 ROSAS del MOLINAR, FUSILADAS por los franquistas en la cruz de Porreres de Mallorca en la noche de reyes de 1937
En Palma de Mallorca, durante la República, varias mujeres lideraron el Grupo Femenino del Radio de Palma del PCE, constituido en 1931, Aurora Picornell Femenías, la joven palentina Belarnina González de 25 años, y las “Roges des Molinar”, Catalina Flaquer Pascual y sus hijas Antonia y María Pascual Flaquer. Fueron las principales impulsoras del comunismo en la barriada del Molinar y luchadoras osadas como explica David Ginard en su libro, “Aurora Picornell (1912-1937). De la historia al símbolo“.
Catalina tenía 60 años, era cestera en el Molinar, miembro del PCE, tenía 3 hijas y un hijo. Conocida como Caterina Torreta, estaba muy comprometida con el movimiento de liberación de la mujer y su participación en todos los aspectos de la vida social, política y económica. Colaboró activamente con sus hijas Antonia y María en la organización de la primera celebración en Mallorca (1934) del Día Internacional de la Mujer.
Antonia tenía 28 años, soltera, tenía de compañero a Lluís Montero, también militante del Partido Comunista, fusilado. Ella bordaba en la Casa Singer. Era de mucho empuje, el año 34 fue encarcelada en la Revolución de Octubre. En los primeros días del golpe del 36 desapareció. Su hermana María tenía 23 años estaba casada con José Julián, también asesinado. Tenían una hija pequeña, Natalia. Trabajaba en una tienda de confección. Como toda su familia, era nacida en Capdepera pero se había criado en el Molinar. Cuando estalló la revuelta militar se escondió en una fábrica de curtido de pieles. De Belarmina se sabe menos, en cualquier caso, es seguro que todas fueron víctimas de una estrategia encaminada a descabezar el movimiento obrero.
El levantamiento militar del 36 cuajó plenamente en Mallorca convirtiendo la isla en un inmenso charco de sangre. Catalina fue arrestada y encerrada en la prisión provincial, torturada sin resultados para que confesase el paradero de sus hijas Antonia y María. Estas fueron localizadas, detenidas y encerradas con su madre en la prisión de mujeres de Palma de Mallorca. Desde agosto del 1936, las carreteras y los cementerios de la isla se cubrían de cadáveres de militantes del Frente Popular. La liberación repentina de presos no sometidos a expediente judicial, las sacas, servían para asesinarlos de inmediato por escuadras falangistas.
El gobernador civil Mateo Torres Bestard firmó la excarcelación. Un grupo de pistoleros falangistas aguardaba la salida de la prisión de las 5 mujeres. En la noche del 5 de enero de 1937 Aurora, Catalina, Antonia, María y Belarmina fueron conducidas al cementerio de Porreres (Mallorca). El pelotón las colocó de espaldas a la tapia, prepararon los fusiles y dispararon. Después fueron arrastradas y enterradas en la fosa común. Sus restos mortales no han sido nunca encontrados. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha presentado en la Audiencia Nacional una denuncia para realizar una 2ª fase de exhumaciones de la fosa para encontrarlas, y que la historia, que se niega a olvidarlas, finalmente les haga justicia.
Las monjas del Puig de Sant Miquel se burlaron de las rojas del Molinar y las insultaron antes de su muerte. En la madrugada del día 6, el enterrador se quejaba a un grupo de hombres que aún permanecían por el cementerio: “Cuando matéis alguien, procurad dejarlo bien muerto, porque la más guapa de las chicas todavía jadeaba”. Horas mas tarde un fascista entró a un bar del barrio del Molinar y mostró a los presentes un sujetador manchado de sangre. “Mirad, mirad, son los sostenes de Aurora”.
Esa noche los franquistas asesinaron también a las siguientes personas: Jaume Bauzà Far, Francisco Cabello Jurado, Sebastià Cabrer Barceló, Gabriel Cabrer Calafell, Emilio García-Peñuela, Antonio González Rodríguez, Josep Julià Jaume, Arnau Martorell Terrassa, Joan Mas Fiol, Joan Mercant Rebassa, Joan Monserrat Parets, Miquel Monserrat Parets, Valentín Monzó Bartual, Mateu Pallicer Estades, Domingo Rigo Veny, Antoni Terrassa Canyelles y Sebastià Vicens Palmer.
El asesinato de Aurora, Belarmina y las rojas, al igual que el de los últimos alcaldes republicanos de Palma e Inca, Emili Darder y Antoni Mateu, y los empresarios Alejandro Jaume y Antoni Ques, contenía un mensaje. Así como los de estos era un aviso a la burguesía, los de aquellas lo era al feminismo entendido como factor inseparable de los movimientos obreros.
El pleno del Consell insular ha aprobado por unanimidad que Aurora Picornell, Comunista, feminista y sindicalista sea declarada Hija Predilecta de Mallorca, un referente del activismo político mallorquín de los años 30, que luchó por la emancipación de la mujer y por los derechos de los trabajadores de aquella época.
Un aire frío ha dispersado la flor del almendro. Aquella flor de romero no se la lleva el viento. Tomás Garcés