28 marzo, 2024

Las MASACRES de REPUBLICANOS en Huesca, perpetradas por criminales franquistas en 1936. RecueRda RepúBlica, documento memoria

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Las MASACRES de REPUBLICANOS en Huesca, perpetradas por criminales franquistas en 1936.

El 19 de Julio de 1936, los golpistas arrancaron con una escala de asesinatos que dejó a la población aterrorizada e incapaz de actuar. Falangistas, guardias, militares extendieron un plan de exterminio y represión brutal por la ciudad. Desde los púlpitos los curas caldeaban, comenzó la caza de Republicanos.

Julio, Agosto, continuaba el goteo de asesinatos en Huesca, caían sindicalistas, obreros de Almudévar, algún maestro como Alfredo Atarés. Pero el 6 se atrevieron ya con gente significada como Ramón Acín, y el 11 con el médico afiliado al PSOE Pablo Montañés, inspector provincial de Sanidad. Los falangistas detuvieron a Mariano Santamaría uno de los industriales más prósperos de Huesca, presidente de la Cámara de comercio y teniente de alcalde por Izquierda Republicana. El día 13 fue transportado junto al exalcalde Manuel Sender y al alcalde Mariano Carderera, maniatados de 2 en 2 con alambres, ya que atraparon a un 4º reo, Miguel Sauras Serveto, barrendero cenetista de Benasque. En el cuartel de la estación fueron fusilados por falangistas. Mariano Santamaría, malherido, recuperó el sentido, emprendió el camino de Huesca desorientado, lo volvieron a detener, y lo volvieron a fusilar.

El día 15 de agosto las sacas iban entreveradas de anarquistas, el secretario del gobierno civil y el director del diario Pueblo, 10 en total. Se llevaron a Pedro Cajal, biesquense responsable del Partido Comunista y el 18 cayó la primera mujer, Victoria Pardo, el ex secretario del PSOE oscense Ángel Gavín Pradilla, abogados o profesores acusados de masones. En la prisión se amontonaban Republicanos detenidos para ser ejecutados sin razón legal, matarlos sin dejar huella, muchos eran ciudadanos responsables de tareas del gobierno provincial y local, funcionarios, había 6 mujeres, una al menos embarazada. Los presos eran obligados a hacer fosas y osarios en el cementerio de Las Mártires, y luego a excavar trincheras en la ribera del Isuela y actual Paseo de Ramón y Cajal, todo habilitado para la gran tragedia que se estaba preparando.

La jornada más dramática, aciaga y triste de la historia de Huesca fue el 23 de agosto de 1936. No menos de 95 de Republicanos fueron fusilados en la tapia oeste del cementerio de la carretera de Zaragoza. Ese día la aviación republicana bombardeó la ciudad, provocando 2 muertos y 7 heridos. Algunos ultraderechistas implicados en la represión desde sus inicios, los hermanos Ena Mallada, el funcionario Salvador Cañiz, el concejal Agustín Soler Chías, el abogado del Estado Cirilo Martín Retortillo, pidieron a Luis Soláns Lavedán, gobernador militar de la plaza represalias sobre los Republicanos detenidos. Soláns accedió de inmediato.

El juez de la Audiencia Juan Llidó Pitarch, de 39 años, carecía de significación partidista y no le valió de nada. Llidó, castellonense destinado a Huesca en 1933, con su esposa y 2 hijos, fue detenido por no simpatizar con las derechas. Las denuncias y delaciones llenaron las cárceles de presos políticos en las primeras semanas de terror caliente. Al carnicero anarquista Miguel Jalle Vivas, lo denunciaron para quitar del mercado a un competidor. El comerciante José Blanch Pujadó fue detenido por haber prosperado demasiado según otros empresarios. El vendedor Ramiro el Monje denunció a la frutera Eugenia Funes Tornes, que ingresó en prisión el 21 de agosto acusada de no se sabe qué.

Políticos locales, concejales, miembros de la Diputación, de la Cámara de Comercio, se les persiguió con saña. El farmacéutico Jesús Gascón de Gotor, celebró la llegada de la República como “presidente de la Cámara de Comercio Republicana” y no se lo perdonaron; Adrián Bonet Ulled, comerciante y concejal republicano con el alcalde Mariano Carderera también pagó con su vida la dedicación a su ciudad. El abogado y masón Antonio del Pueyo Navarro, que había presidido la Diputación Provincial, quedó detenido. Lorenzo Bescós Santalucía, hombre de negocios, promotor de la Editorial Popular que puso en circulación el diario republicano “El Pueblo”, concejal de Izquierda Republicana, fue detenido a mediados de agosto y torturado con demencial ferocidad.

Emilio Coiduras quizá no lo habían apaleado en la prisión lo suficiente y por eso intentó la fuga imposible. No pudo ni siquiera pensar en tal posibilidad el médico militar jubilado y convencido azañista Alfonso Gaspar y Soler, valenciano de 50 años, afincado en Huesca desde 1918, que había combatido con el capitán Francisco Franco en África, en la batalla de El Biutz, lugar próximo a Ceuta, donde el futuro caudillo resultó gravemente herido y salvado, precisamente, por el cirujano Gaspar. Cuando lo detuvieron, su esposa, Rosalía Auría pidió clemencia al antiguo compañero, pero éste la disuadió, Franco había demostrado su falta absoluta de compasión y no le hubiera salvado. Apaleado brutalmente, con cada golpe le recordaban los mítines en los que intervino, las consultas que dispensaba sin gastos a la gente humilde, su prestigio social, la militancia política, las dañinas amistades izquierdistas. Incluso después de muerto fue pateado al pie de la tapia donde cayó. Su consulta y su casa, como la de otros muchos detenidos, fueron saqueadas y muebles, libros, joyas y objetos de todo tipo, repartidos como botín de guerra por los señoritos de la Falange local.

Mataron a mujeres como Concha Monrás, viuda de Ramón Acín, las hermanas Barrabés Asún, Victoria y Rafaela, de 20 y 21 años respectivamente, apresadas al no encontrar en casa a sus hermanos, a los que perseguía la policía del nuevo régimen; A la activista María Sacramento Bernués Estallo, de 43 años, que ya había sido arrestada con anterioridad y en cuyo expediente carcelario se anota “no muestra ningún arrepentimiento”; A Francisca Mallén Pardo, detenida el 18 de agosto por ser novia del anarquista José Espuis Buisán, también fusilado el mismo día.

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Saca Huesca 2 word pressLa comandancia entregó a 95 Republicanos presos a grupos de oscenses, que los maniataron en camiones. No se especificó ningún cargo de delito sobre ellos, no fueron juzgados por tribunal alguno, simplemente 95 ó 96 personas fueron linchadas por auténticos carniceros, con la complicidad de los militares y la Iglesia local. Algunas damas de la buena sociedad increpaban con saña a las mujeres que iban camino de la muerte, desde sus balcones señoriales. Los camiones con presos salieron de la cárcel a media mañana y solo a última hora de la tarde cesó el cortejo de muerte. Cuerdas o alambres servían para sujetar por las muñecas, de dos en dos, a los reos que descargaban de los camiones a culatazos y patadas. Los enterradores no daban abasto en medio de aquella orgía de sangre. La matanza tuvo lugar en Las Mártires, en las afueras de Huesca.

Entre los hombres que volvían de la matanza, uno alto y corpulento con “mono” de trabajo manchado de sangre, se ufanaba muy excitado a gritos de haber matado a varias personas “sin malgastar balas”, con una especie de gran cuchillo que portaba, utilizando artes y técnicas propias de su oficio de matarife. Los muros quedaron literalmente acribillados a balazos. Al pie de la pared, la tierra, amasada con sangre, tenía un color parduzco. La cal aparecía salpicada de cabellos y de sesos humanos. Dentro del cementerio, unas inacabables fosas comunes daban testimonio de lo implacable de la represión fascista. A unos 200 metros del camposanto, semioculto en un cañaveral, el cadáver de un obrero que al sentirse alcanzado por las balas había echado a correr para desangrarse bajo las estrellas con las manos atadas. El empleado de banca Emilio Coiduras Ascaso logró zafarse de las ataduras y corrió por el cementerio tratando de salvar la vida. “Emilia, Emilia –gritaba impotente nombrando a su mujer-, por favor, perdóname…”, fue abatido por los implacables perseguidores.

Muchos de los asesinados en Huesca en esas fechas, sobre todo en la saca del 23 de Agosto, aparecen en el siguiente listado, el número exacto oscila entre 96-100:

– Algunos procedentes de Almudévar que vinieron a Huesca a defender la legalidad del Gobierno republicano fueron: Máximo Atarés TolosanaJosé Azorín FerrizMacario Gil AlastrueyJosé Laliena LasierraFrancisco Martínez DenaDesiderio Maurel PuyolAlberto Pueyo PeleatoFaustino Pueyo PeleatoJosé Sansan ViuPedro Sanz CipriánPedro Sanz PeralJosé Sarasa JuanInocencio Tolosana AlayetoSeveriano Alvárez Saavedra y Francisco Ciprés López.

– Luis Aineto Bimbela Sacristán, miembro de CNT.
– José Allué Martínez, natural de Coscullano de 36 años y casado. Era jornalero, cenetista, de su calle fueron fusiladas 4 personas, los hermanos anarquistas Bonet Oberé y Facundo Chías, guardia municipal fusilado en diciembre.
– José Arnal Mur de Angüés, 26 años, miembro de la CNT detenido el 24 de julio, soltero y labrador. En Angüés fueron detenidas y asesinadas un gran número de personas tomadas como rehenes por la Guardia Civil del puesto.
– Ramón Arriaga Arnal, de Huesca, contable en Tormos, 35 años, casado, culto. Intentó huir a Ayerbe donde lo cogió la Guardia Civil.
– Clemente Asún Bergés, republicano de los de toda la vida, de Izquierda Republicana.
– Antonio Bajén Blanch de Monzón, albañil. Casado con un hijo, tenía 30 años cuando fue linchado.
– Rafaela y Victoria Barrabés Asún, hermanas de 21 y 20 años respectivamente, de las Juventudes Libertarias, hicieron frente a los militares el 19 de julio. Sus 3 hermanos, José, Faustino y Juan Manuel también eran cenetistas.
– Eduardo Batalla González, oscense de Izquierda Republicana, abogado empleado en la Diputación, casado y asesinado con 38 años por masón.
– María Sacramento Bernués Estallo, casada con Julián Grimal, ambos de la CNT. El 8 de agosto fueron a su casa preguntando a por su marido que pudo evadirse; atraparon a Sacramento, que con 43 años, 3 hijos pequeños, embarazada, fue cargada en el camión para ser linchada.
– Lorenzo Bescós Santalucía. Militaba en Izquierda Republicana, concejal y gestor en la Diputación. Acusado de masón, al igual que su hermano Roque.
– José Blanch Pujadó. Natural de La Llaneça (Barcelona), 30 años, casado con hijos, regentaba el comercio La Reina de las Medias. Del camión al linchamiento.
– Adrián Boned Ulled de Huesca, comerciante de 38 años y soltero. Militante de Izquierda Republicana o del PSOE, antiguo concejal.
– José María Borao Belenguer, 21 años, empleado de banca, socialista, detenido el 19 de julio por oponer resistencia a los golpistas. La federación altoaragonesa del PSOE jamás ha tenido ningún reconocimiento para este y otros socialistas linchados por defender la legalidad.
– Gabriel Buendía Barea, jornalero de Andújar, 26 años. Había ingresado en la cárcel 2 días antes, probablemente por estar afiliado a algún sindicato de izquierdas.
– José Cajal Jalle, panadero de Larrés. Debía de ser de CNT. Detenido con Saturnino Villacampa.
– Alejandro Calvo Campo, de Huesca, casado, 3 hijos, alumno de Ramón Acín, lo lincharon con 39 años.
– Modesto Casasín Mavilla, albañil de Angüés, 46 años, casado, de CNT.
– Francisco Castán del Val, cenetista de Gurrea. Vino a Huesca desde su pueblo para defender el Gobierno legítimo.
– Mariano Catalina Mata, 27 años, herrero, detenido por enfrentarse al golpe el 19 de julio.
– Emilio Coiduras Ascaso de Ayerbe, 27 años. Vocal del PSOE, presidente del Comité de Banca.
– Desiderio Conte Guiral, jornalero nacido en Liesa de 32 años.
– Carlos Elías Hernández, pintor madrileño casado.
– Martín Escar Belenguer, cenetista, ejecutado el día 22 o 23, con 23 años.
– Francisco Escario Allué, alguacil de Lascasas, natural de Fañanás. Tenía 32 años y 4 hijos.
– José Espuis Buisán. Carpintero, cenetista oscense de 28 años.
– Valeriano Estaún Ramón. Maestro.
– Eduardo Estrada Acedos, madrileño, casado, con 2 hijos. 42 años.
– Antonio Ferrer Escartín, 36 años, con mujer y 3 hijos, trabajaba en la zapatería La Verdad, actual pastelería Ortíz.
– Antonio Forcada Visús, de Loarre. Empleado de banca, secretario de la Agrupación Local del PSOE de Huesca. Tenía 30 años.
– Eugenia Funes Tornes, regentaba una frutería, detenida y ejecutada por orden de un industrial falangista, Tenía 34 años y un hijo.
– Jesús Gascón de Gotor. Zaragozano, farmacéutico, de Izquierda Republicana colaboraba en el Diario Pueblo. Asesinado el 23 de julio, tenía 39 años.
– Alonso Gaspar Soler, de Izquierda Republicana y acusado de masón. Era comandante médico retirado.
– Ángel Gavín Pradel. Natural de Alcubierre, 45 años, del PSOE. Abogado laboralista. Acusado de masón. Casado con un hijo.
– José María Gracia Bretos, de Bentué de Rasal, ejercía el magisterio e Huesca. Casado con 2 hijos y 46 años.
– José María Gracia Cabellud, de Siétamo, 17 años. Sus hermanos Ángeles, Emilia y Benito fueron también detenidos.
– Gregorio Gracia Lanuza de Igriés, carnicero, casado, 55 años.
– Cándido Iguacel Campo, de Jaca, barbero. Tenía 20 años, apresado el 20 de julio por oponerse al golpe militar.
– Manuel Jal Viñola, de Huesca, albañil de 36 años.
– Carlos Jos Fontana, panadero en Ayerbe, 29 años, mujer y 2 hijos.
– Manuel Lalana Vicente, de La Granja de Almudévar, tenía mujer, 2 hijos y 29 años.
– Jesús Lamela Bolea, mecánico de 21 años.
– Santiago Lanao Sanvicente, pintor.
– Mariano Laplaceta Carrera, de Almudévar, carretero. Lo mataron con 25 años y a su hermana Rosario una semana después, con apenas 19.
– Máximo Larripa Bardají de Valfarta. Con otros obreros del pantano de Tormos fue a Huesca a defender la legalidad por lo que fue detenido y ejecutado con 22 años.
– Gaspar Larroche Salillas, pintor de 24 años.
– Manuel Lasierra, vino desde Alcalá de Gurrea para oponerse a los militares.
– Jesús Latorre Clavería.
– Alejandro Luzán Biarge, cartero de Grañén, casado con un hijo y 32 años.
– Juan Llidó Pitarch de Artana (Castellón). Juez de instrucción en Huesca. Muchas de sus sentencias contra obreros anarquistas llevan su firma. Al final todos fue fusilado junto a muchos de ellos. Los fascistas sabían que no tenía ninguna militancia.
– Francisca Mallén Pardo nacida en Loarre, arrestada por auxilio a la rebelión. Tenía 23 años, su hermana Isidra de 18 años había sido detenida una semana antes.
– Guillermo Marzal Gómez, hospiciano, hojalatero, sindicalista, acusados de auxiliar a la aviación republicana.
– Augusto Miñón Alonso de Bentretea (Burgos), soltero, 37 años, vendedor. Estaría vinculado a algún grupo de acción anarquista.
– Pío Monclús Lafarga de 40 años, cenetista, bracero.
– Concha Monrás Casas, casada con Ramón Acín. Los falangistas la torturaron obligando a Ramón a entregarse, siendo inmediatamente fusilado.
– Santiago Muñoz Nogués, de Ansó, tipógrafo, de la CNT.
– Francisco Obis Lisa, de Estadilla. Muerto con 33 años acusado de tenencia de armas.
– Pablo Ordás Tafalla. Tenía 25 años, vivía con su hermana casada y con 2 hijos. Jornalero detenido por defender la legalidad en la calle.
– Jesús Otal Viela, de Bolea, tenía 22 años, era panadero, de la CNT,
– Jesús Pallarés Ferrer, casado, 29 años, detenido por oponerse al golpe militar.
– José Pascual Labarta. Jornalero de Alcalá de Gurrea, cenetista activo.
– Adolfo Pastor Santamaría. Ingeniero de Caminos de Alcoy. Tenía 36 años casado.
– Antonio del Pueyo Navarro, de Unión Republicana, con mujer e hijo, abogado, 37 años, masón, presidente de la Diputación con el gobierno de Portela Valladares.
– Francisco Puig Capdevila, de Zaragoza. Con mujer y 2 hijos, oficial de hacienda. Tesorero del PSOE y secretario de las Juventudes Socialistas.
– Carlos Raimúndez Marco, de Ayerbe. Ferroviario de 29 años.
– Francisco Ramón Doz, de Huerto, jornalero, cenetista, viudo sin hijos, 58 años.
– Andrés Rivas Ferrer. Sastre oscense de 48 años.
– Saturnino Rodellar García, de Grañén, detenido por una columna militar de Huesca. Labrador de 28 años.
– Isaac Royo Alfonso, ingeniero turolense de 33 años, podría haber hecho frente a la rebelión.
– José Ruiz Galán natural de Aldeanueva de Ebro, Inspector de Primera Enseñanza, 32 años, casado, miembro del Triángulo Joaquín Costa con el sobrenombre de Libertad.
– Antonio Sanagustín Sanagustín, hospiciano de la Puebla de Castro, obrero de 39 años.
– Jerónimo Sánchez Cama. De Estada, funcionario de Correos, del PSOE. Tenía mujer y un hijo. 33 años.
– Jerónimo Sanz Arbona, de Vir de Bigorre, Francia, peón, casado con hijos, 26 años.
– Jesús Sarraseca Fau, cenetista de Gurrea.Tenía 20 años.
– Manuel Soneiro Casasnovas. Maestro de Hecho. Soltero de 24 años.
– José María Teller Torres (Escartín). Cenetista de Ayerbe.
– Fidel Torres Escartín. Hermano del conocido anarquista Rafael, sufrió prisión y continuas torturas.
– Ramón Val Bernal. Miembro del Comité de Grañén, 24 años, labrador.
– Baltasar Villacampa Oliván, de Nocito, vivía con su mujer y sus 2 hijos. Agente de seguros, tenía 33 años.
– Lázaro Viñau Aranda. Jornalero cenetista de Gurrea, tenía 40 años.
– Saturnino Virto Anguiano, industrial de San Pedro Manrique (Soria). Tenía 41 años.

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Aquél día una losa de dolor y de olvido interesado cubrió la memoria oscense, nadie iba a recordar pues todos éramos cómplices. Pero ya no, ha llegado el momento en que los hechos deben trascender en una ciudad donde nos han vendido que nada ocurrió, que todos fueron buenos y que cuantos colaboraron y callaron deben presidir con sus nombres las calles donde vivimos. El 23 de agosto de 2016 se ha inaugurado en Huesca un memorial para las 548 personas fusiladas entre agosto de 1936 y enero de 1945. La obra, realizada por el artista Óscar Lamora, se sitúa en una pared del cementerio oscense donde fueron fusilados los primeros 95 republicanos. En el acto han participado numerosos familiares de las víctimas.

Origen: Las MASACRES de REPUBLICANOS en Huesca, perpetradas por criminales franquistas en 1936. Parte 1, Arrancan los ASESINATOS | RecueRda RepúBlica, documento memoria

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