Las remesas de los inmigrantes iberoamericanos alcanzan niveles precrisis
Un 69% de los inmigrantes que residen en España envían remesas a su familia, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo
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Los inmigrantes reflejan a la perfección los vaivenes económicos que ha vivido España en la última década. Representaron primero la creación de empleo masiva y el «boom» inmobiliario para más tarde convertirse en uno de los colectivos más golpeados por la crisis económica. Muchos decidieron regresar a sus países de origen. Los que se quedaron no solo tuvieron que asegurar su bienestar económico, sino que miles de ellos se encargaron de garantizar la seguridad financiera de sus familiares. Aunque estos se encontraran a miles de kilómetros de distancia.
Las remesas también han vivido su particular recesión. El estudio Remesas e Inclusión financiera: Análisis de una encuesta de migrantes de América Latina y el Caribe en España, liderado por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestra que el crecimiento de este tipo de transferencias se mantuvo estable hasta 2008. En ese año comenzó un desplome provocado por factores como la pérdida de empleo de un alto porcentaje de la población inmigrante residente en España.
Hoy todavía se mantienen estas dificultades. Según el Fomin, un 60% de los inmigrantes cuentan con empleos poco cualificados, un 25% cobra menos de 600 euros al mes y un 22% se encuentra en paro. Y sin embargo, las remesas volvieron a crecer en 2015.
La encuesta muestra que el 69% de los inmigrantes iberoamericanos envía remesas a su país. La media en 2015 fueron 1.000 euros anuales -una cantidad superior respecto a años anteriores- repartidos en 5 o 6 envíos de unos 180 euros cada uno y con incrementos en fechas especiales como Navidad o el Día de la Madre. Esta operación está poco bancarizada, ya que solo el 12% de los envíos se producen a través de una entidad. Por la sencillez y su agilidad, un 84% de los migrantes que envían dinero a sus familias prefieren hacerlo a través de una compañía especializada.
En cuanto al perfil del inmigrante que más opciones tiene de enviar dinero a su país, este se establece entre los 30 y 45 años. Tiene pareja y empleo en España y acumula más de diez años residiendo en el país. Además, aunque este tipo de operaciones no se suelen realizar a través de un banco, gran parte de los que realizan envíos a sus familias poseen una cuenta bancaria
Peruanos y colombianos son los más ahorradores. Entre las distintas nacionalidades analizadas, son los que realizan envíos más elevados a sus familiares. En el extremo opuesto se sitúan los dominicanos y los bolivianos.
Nuevos hábitos
El tiempo pasa y los hábitos cambian. La reagrupación de gran parte de estas familias ha provocado que en la actualidad este tipo de transferencias no se dirijan a hijos o hermanos, sino a los progenitores. Según sostiene Fermín Vivanco, responsable de inversiones del BID, «más de la mitad de las remesas enviadas desde España a Iberoamérica se dirigen a personas mayores, debido a que este colectivo es menos propenso al ahorro».
La salida de inmigrantes de España iniciada durante la crisis se ha frenado: la ayuda familiar continúa y las remesas comienzan a repuntar de nuevo. Una operación donde las empresas especializadas le han ganado la partida a la banca y que hoy es realizada por más de dos millones de personas en España.
Origen: Las remesas de los inmigrantes iberoamericanos alcanzan niveles precrisis