Lo llamaban Murphy: el tipo que detuvo a los nazis disparando sobre un tanque en llamas
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Herido en una pierna, sacó fuerzas de flaqueza y se subió encima del tanque en llamas que apuntaba a seis blindados y un batallón entero de soldados enemigos. Desde allí y durante una hora, él solo fue capaz de mantener a raya a los alemanes descargando toda la munición que llevaba encima. Ni Mad Jack, ni Chuck Norris ni el mismísimo Peter Freuchen. El hombre más duro del planeta se llamaba Audie Murphy.
Estamos ante otra de esas figuras bélicas al estilo de Jack Churchill. Casi un mito para los fanáticos de estas historias, en este caso un americano que pasa por ser uno de los hombres más condecorado de cuantas guerras han existido. Sin duda el momento narrado en la entrada fue una de las acciones más recordadas pero como esa existieron muchas más.
El joven Murphy
Audie Leon Murphy nació en una familia extremadamente pobre el 20 de junio de 1925 en Kingston, Texas. Fue el séptimo de los doce hijos de Emmett Berry Murphy y su esposa Josie Bell Killian, ambos de ascendencia irlandesa. Desde joven fue un chico solitario con cambios de humor y un temperamento explosivo.
Su padre abandonó a la familia al poco tiempo de nacer Audie. Unos primeros años de vida duros que más tarde se reflejaron en Murphy. El joven abandona el colegio y se pone a trabajar recogiendo algodón por un dólar al día para ayudar a mantener a su familia. Una época donde entra en contacto por primera vez con las armas. Murphy se queda prendado, especialmente del poder del rifle, del que con el tiempo se hace un experto en su manejo. Gracias a ello pasa a cazar como medio de vida para alimentar a su familia.
En 1941 su madre fallece por una neumonía y Audie comienza a trabajar en un taller de reparación de radios, trabajo que comparte con otro en un taller. La pérdida de Josie será una loza que arrastrará toda la vida. Como el mismo declaró años después:
Murió cuando yo tenía tan solo dieciséis años. Ella tenía el cabello más hermoso que he visto nunca. Le alcanzaba casi hasta el suelo. Rara vez hablaba; y siempre parecía estar buscando algo. Nunca supe el qué. No discutíamos sobre nuestros sentimientos. Pero cuando ella falleció, algo en mí se fue con ella. Algo que tengo la sensación que he estado buscando desde entonces.
Murphy siempre había querido ser un soldado, así que el mismo año de la muerte de su madre y tras el ataque japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941, trata de alistarse. Tanto el Ejército como el cuerpo de la Marina lo rechazan por ser menor de edad y por su corta estatura (1,66 metros) y peso (45 kg).
El chico no se da por vencido y 7 meses más tarde vuelve a intentarlo. Lo hace cuando apenas ha cumplido los 17 años y tras haberse entrenado duro ganando algo de peso y con la ayuda de su hermana, quien le falsifica su partida de nacimiento.
Murphy en el Ejército
Así es como logra entrar en el Ejército de Estados Unidos el 30 de junio de 1942. Tras una breve formación básica en Camp Wolters es enviado a Fort Meade como parte de una formación avanzada de infantería. Los que convivieron con el joven Murphy en esa época ya daban fe de que era un joven con talento para el rifle, tanto fue así que obtuvo la más alta de las calificaciones.
Un año después, el 20 de febrero de 1943, nuestro hombre es enviado a Casablanca en Marruecos. Allí, como parte del 15 regimiento de Infantería del General Lucian Truscott participó como mensajero en Argelia para finalmente ser ascendido a Cabo primero el 15 de julio. De África del Norte lo pasan a Sicilia.
Meses más tarde tendría el primer encuentro serio en una batalla. Tiene lugar en Salerno, durante una partida de exploración a lo largo del río Volturno. Murphy y otros dos soldados fueron emboscados por el fuego alemán matando a uno de los compañeros. Audie y el otro soldado respondieron matando a cinco soldados alemanes con granadas de mano y ametralladoras. Semanas después, una emboscada en las cercanías de Mignano Monte Lungo acaba con la captura de cuatro alemanes y la muerte de otros tres. Murphy es ascendido a sargento el 13 de diciembre de ese mismo año.
Al año siguiente, el 22 de enero de 1944, nuestro hombre se incorpora en el desembarco de Anzio. Allí los aliados, quienes intentaban avanzar hacia Roma, se vieron atrapados por el continuo bombardeo de la artillería alemana. Tras cuatro meses de batalla los aliados rompen el muro alemán el 23 de mayo, comienzan a avanzar hacia Roma y Murphy obtiene la primera de las muchas condecoraciones, la Estrella de Bronce.
El 15 de agosto de 1944 nuestro hombre se encuentra en el sur de Francia, en el desembarco en las cercanías de St. Tropez, donde iba a tener lugar el acontecimiento más trágico en la historia bélica de Murphy. Junto a él se encontraba su mejor amigo y compañero de trinchera, Lattie Lipton.
La Resistencia francesa llevaba días divisando el peligro y así se lo hacen saber a los aliados. Un gran cañón en las cercanías de Ramatuelle imposibilitaba el avance, concretamente estaba situado en una colina a cinco kilómetros de la costa. Allí es precisamente donde envían a Murphy y su batallón con el fin de acabar con dicho cañón.
Los hombres se acercaron sigilosamente hasta llegar a unos matorrales que finalizan justo en el comienzo de la colina. Al llegar allí se encuentran con el ataque de los alemanes. Murphy y el resto se tiran al suelo y comienzan a subir el terreno a duras penas. Nuestro hombre fija un objetivo claro: una ametralladora en lo alto de la colina que obstaculiza cualquier avance. Le dice al resto de hombres que esperen y sube decidido.
La suerte le acompaña, por el flanco derecho llega ayuda de otra compañía aliada, Murphy aprovecha el fuego dividido para continuar su ascenso. Se para, estudia al enemigo y se prepara para el ataque. De repente escucha una voz familiar, se vuelve y ve a Lipton, quién ha aprovechado el fuego cruzado para acompañar a su amigo. Murphy le pide que vuelva y de marcha atrás pero ya es imposible llegados a ese punto.
Ambos hombres comienzan a disparar sobre el objetivo y pasados unos minutos y ya sin munición observan como el objetivo, el punto desde que el estaban siendo atacados, ha quedado completamente en silencio. Desde donde se encuentran es imposible saber si hay o no enemigos con vida, así que se acercan con cuidado mientras continúan el ascenso.
Al llegar al punto del objetivo se encuentran con dos soldados alemanes aún con vida, matan a ambos. Murphy le pide a Lipton precaución pero este levanta la cabeza y es alcanzado por una bala que viene desde el punto más alto de la colina. Lipton muere de forma instantánea.
Lo que pasó a partir de aquí lo hemos visto en muchísimas películas de guerra, en este caso y según se narra en los libros de la historia bélica, fue real. Murphy, al ver a su mejor amigo como fallecía por una bala enemiga, comienza a lanzar una serie de granadas de mano hacia las posiciones enemigas en la cima mientras inicia otra vez la ascensión de la colina. Nuestro hombre avanza enrabietado, corriendo, disparando sin cesar una MG-42 que había tomado de los alemanes.
Murphy mata y destruye todo lo que hay a su paso, una carrera que le lleva en poco tiempo a llegar a esa cima y dar el aviso al resto de aliados. Había ganado la batalla pero por el camino había perdido a su mejor amigo. Desde ese día, el hombre siempre dijo que la guerra se hizo algo personal para él. Ese día también conseguía la Cruz al Servicio Distinguido por:
Su extraordinario heroísmo, que tuvo como resultado la captura de una colina enemiga fuertemente defendida y la aniquilación o rendición de su guarnición.
La Medalla de Honor
Durante la bolsa de Colmar en la ciudad francesa de Alsacia, una zona ocupada por las tropas alemanas, Murphy se reúne con su pelotón para enfrentarse al enemigo en la localidad de Holtzwihr. Los alemanes ganan en número de soldados y artillería, los están obligando a retroceder. Murphy toma la decisión de retirar a todos sus soldados, una retirada de los aliados mientras el intentaría cubrirlos.
Mientras los alemanes se acercaban, Murphy ve como el fuego enemigo ha alcanzado a un tanque que se encuentra en llamas. Ocurre que el tanque tenía intacta una ametralladora del calibre 50 adjunta y una gran cantidad de munición desde la que podía intentar contener al enemigo.
No lo duda ni un instante y corre hacia el tanque. La escena, tal y como se ha explicado, explica como Murphy está subido al chasis, expuesto de pie en la cima de una bomba en potencia, un vehículo pesado que puede explotar en cualquier momento, mientras el tipo intenta contener a seis tanques enemigos y varias oleadas de soldados alemanes con el fuego de una ametralladora del calibre 50.
Y lo increíble es que en la hora siguiente fue capaz de contener y mantener a raya al enemigo. Murphy se retiró del campo de batalla una vez supo que no le quedaba munición. En su huida es alcanzado por el impacto de una bala en la pierna pero finalmente logra escapar y llegar hasta el cuartel de los aliados exhausto y agotado. Como contaría años después en el libro To Hell and Back:
Me deslicé, salí del tanque y, sin mirar atrás, herido, corrí por la carretera a través del bosque. Si los alemanes querían dispararme, allá ellos. Estaba demasiado débil para tener miedo y demasiado cansado para prestarles atención.
Todo un personaje de leyenda. De acuerdo con el informe oficial y tras recibir la Medalla de Honor, solamente en esa batalla Murphy mató o hirió gravemente a más de 50 soldados enemigos.
Murphy después de la guerra
Sobre Murphy existen infinidad de libros que cuentan las mil y una batallas bélicas que libró este hombre récord en la Segunda Guerra Mundial. Cuando acabó el conflicto tenía todos los premios existentes del Ejército de los Estados Unidos hasta ese momento. Fueron 27 meses de acciones en combate donde se le acreditaron más de 300 misiones.
Cuando Murphy regresó de la guerra en 1945 sufría de trastorno por estrés postraumático, lo que le causaba depresión e insomnio. También y debido a su leyenda, apareció en la revista Life, se instaló en Hollywood e incluso se hizo amigo del actor James Cagney. En Hollywood vivió el resto de su vida.
Pero ni siquiera el fin de la guerra acabó con su popularidad. En 1949 lanza su autobiografía y se convierte en un éxito de ventas. Ese mismo año Cagney lo acaba introduciendo en el mundo del cine, lo que unido a su popularidad como héroe de guerra lo acaban convirtiendo en un actor y estrella de Hollywood. El hombre actúa en 44 películas (protagonista en 33 de ellas), siendo la más conocida To Hell and Back, la adaptación del libro autobiográfico del propio Murphy y la película más taquillera de Universal durante casi 20 años.
La vena artística que había iniciado no acaba aquí. Nuestro hombre se viene arriba y tiene su propia incursión en la poesía o incluso como compositor de canciones. Luego pasa a vivir de la cría de caballo, ya que gracias a sus ganancias en el cine se compra un rancho en Texas. Allí, ahora sí, pasa a vivir una vida familiar y muy tranquila.
Fue un época donde se dio cuenta de que se había convertido en un adicto a ciertas pastillas con las que durante años intentó combatir el insomnio del trastorno de estrés postraumático tras la guerra. Si Murphy fue capaz de detener a mas de cinco tanques alemanes con una sola metralleta, unas pastillas no iban a acabar con él. ¿Qué hizo? Se encerró en un cuarto durante una semana para tratar de mantenerse alejado de las pastillas y de los síntomas de abstinencia.
Al final superó la adicción y rompió el tabú que existía en la época a la hora de hablar públicamente de los trastornos mentales que muchos soldados sufren cuando vuelven de la guerra. Su voluntad y exposición de los hechos abrieron las discusiones acerca de la necesidad de atención psicológica para los veteranos a su regreso a Estados Unidos.
El 28 de mayo de 1971 y mientras volaba en un avión privado en un viaje de negocios, Murphy fallecía en un accidente debido a las malas condiciones meteorológicas. El tipo más duro, el soldado invencible de la Segunda Guerra Mundial, fallecía con tan solo 45 años de edad.