Maquis: la cruel vida en los montes de los bandoleros que querían aplastar a Franco
Lo de echarse al monte ha sido siempre una práctica muy castiza. Lo hicieron en el siglo XIX bandoleros como Curro Jiménez o Francisquete; leyendas de la historia peninsular cuyos nombres han quedado grabados a fuego en la mente de la sociedad. Sin embargo, el buscar cobijo y seguridad en lo más profundo de los bosques no fue solo cosa de hace dos siglos. Entre 1936 y los años cincuenta el testigo de aquellos lo recogieron los combatientes que alzaron sus armas en contra del ejército sublevado primero, y del gobierno franquista después. Veteranos de la Segunda Guerra Mundial unos, simples campesinos otros, todos ellos formaron el maquis: una suerte de guerrilla que ansiaba acabar con Francisco Franco y que llegó a poner en marcha una invasión de España (a la postre fallida) a través del Valle de Arán en octubre de 1944.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Héroes para unos, villanos para otros, el maquis se convirtió en la pesadilla de sus enemigos y creó la ilusión, durante más de una década, de que era posible acabar con Franco. Ya lo dijo el oficial del ejército republicano Enrique Líster: «Con la visita de los guerrilleros, muchos pueblos vivían unas horas o unos días de libertad; veían ondear en la torre de la iglesia o del ayuntamiento la bandera republicana que les daba confianza en que el franquismo no sería eterno». Aunque tan real como su existencia es que la historia ha pasado de puntillas sobre sus vidas. Y es por eso por lo que el director español Rubén Buren, biznieto de Melchor Rodríguez (el mítico alcalde anarquista que evitó la muerte de 11.000 reos en el Madrid republicano) ha dado a luz a un largometraje ( «Maquis») que, según explica en declaraciones a ABC, era necesario para poner luz sobre una parte determinante de nuestro pasado.
«Maquis», afirma el también premiado doctor en Investigación en Medios de Comunicación y autor de novelas históricas como «Os salvaré la vida», se zambulle de bruces en las vicisitudes de los guerrilleros que combatían en los montes. Lo llamativo -más, si cabe- es que lo hace mediante un elenco exclusivamente femenino a través del cual se pretende mostrar al espectador cómo era la vida de las mujeres tras la Guerra Civil, en pleno año 1949. A su vez, el largometraje, que se estrena el próximo viernes 28 de agosto en Filmin, no pretende dar una visión parcial del conflicto, sino demostrar lo difícil que era la vida para las hunas y las hotras, como diría Unamuno. El objetivo, como bien señala Buren a este diario, es «construir diálogo para que no haya dos Españas, solo una que quiera escuchar a la otra y destruir juntos las falsas verdades».
1-¿Cómo definiría el concepto «maquis»?; ¿cuándo comenzaron a tomar los montes?
A partir de 1936 muchos huyeron de la represión brutal dictada por el bando sublevado. En unos tiempos en que el perdón no estaba contemplado, y falangistas y ejército franquista fusilaban sin impunidad, los huidos no tuvieron más remedio que lanzarse al monte para salvar la vida. El concepto Maquis, en vez de guerrilleros, lo trajeron de su lucha contra los nazis en Francia, ya que muchos terminaron luchando por unos aliados que preferían apoyar y mantener a Franco más que una República que corría el peligro de ser absorbida por el comunismo.
2-¿Cómo de dura fue la vida en el monte antes y después de la guerra?
Sin médicos, con humedad, con mil enfermedades, malviviendo en covachas, en improvisadas tiendas de lona o en el suelo. Hubo guerrilleros que estuvieron 15 y 20 años malviviendo en los montes. Durante la guerra se limitaron a la supervivencia, pero luego, con la frustrada invasión en el Valle de Arán y la creencia de que los aliados tenían un plan para entrar en la península desde el 44, se organizaron y fueron un verdadero problema para Franco. No hay más que imaginar cómo puede ser la vida sin quitarte la ropa, durmiendo con el subfusil colgado, esperando la muerte cada día, moviéndote de noche y enfrentándote a todo un ejército o a cientos de guardias civiles.
3-¿Cuáles fueron las operaciones más impactantes de los maquis?
Las operaciones fueron de guerrilla, es decir, pequeñas acciones de desgaste y retirada. Trenes, puentes, líneas de alta tensión, propaganda, incluso robo de bancos. También hubo algún secuestro a cambio de dinero y ajusticiamientos de falangistas o torturadores, cuya justificación a veces era comprobada y otras relativa. También hubo desmanes, pues dentro de los maquis se englobaron además algunas partidas que no tenían identidad política y actuaban por su cuenta, pero esos no los debemos alinear junto al movimiento guerrillero, que tenía unas estrictas normas dictadas desde la escuela de Toulouse.
4-¿Qué fue la invasión del Valle de Arán?
El Valle de Arán fue un plan suicida de invasión para crear un pequeño estado dentro de España que sirviera de cabeza de puente. La incursión fue un desastre porque Franco había desplegado un verdadero ejército y tuvieron que darse la vuelta. Muchos decidieron no volver a Francia y organizar un cuerpo guerrillero. Así se montó la AGLA, la Asociación Guerrillera de Levante y Aragón, cuya cúpula cayó en el 49.
5-Se habla de guerrilleros que habían combatido con la Resistencia en la IIGM, pero también de hombres y mujeres que dejaban sus pueblos para enfrentarse a Franco. ¿Hasta qué punto estaba profesionalizado el maquis?
Fue a partir del 44 cuando el maquis español se organizó y tuvo un contingente que abarcó cientos de personas luchando en diferentes frentes, desde Andalucía hasta Galicia. Los que lucharon en Francia pensaron que en España iban a encontrar el mismo apoyo popular, y no fue así. Franco había levantado un muro de terror y todos tenían miedo; y eso, sumado al desastre del final de la guerra con la desunión de los bandos de la izquierda. No tenían alternativa: o luchar o ser fusilados, torturados en las cárceles o recibir un tiro en la nuca en alguna cuneta. Durante el franquismo el hecho fue ocultado por los medios, aunque algunas figuras se filtraron al extranjero, como Quico Sabaté o Juanín y Bedoya. Hubo partidas, como en Galicia, de hasta cien personas en el monte. Tenían sus leyes, su justicia, sus escuelas, sus redes de enlaces y una compleja red de apoyo del llano. Así que sí, se puede decir que su única ocupación era la de ser guerrillero.
6-¿Qué influencia tuvo el PCE, Stalin y el comunismo en general en el nacimiento y la desaparición del maquis?
Hubo también guerrillas anarquistas y socialistas, pero el único apoyo fáctico exterior a partir del 39 fue comunista y, como pasó en la guerra, las partidas guerrilleras se fueron insertando en el entramado ideológico del Partido. Por entonces Stalin parecía el nuevo Jesucristo y nadie quería saber de su política del terror. “El Partido nunca se equivoca”, llegan a decir algunos documentos, “las personas sí”. Carrillo sabía que Stalin ya no miraba a España y que, desde el 45, no pretendía seguir apoyando a la guerrilla. Pero nadie avisó a los guerrilleros. De hecho, los dejaron a su suerte varios años y tuvieron que tomar la decisión de seguir o intentar huir a la frontera. Muchos consiguieron salir, muchos murieron, otros se entregaron y fueron delatores… Fue un final muy triste. La mayoría era gente sin mucha preparación intelectual y les costó entender que, en Europa, se temía más al comunismo que al fascismo. Algunas huidas son de película, como la Florián García Velasco “Grande”, que atravesó media península caminando en 15 o 20 días hasta pasar la frontera, ya en el 52. Eso tiene otra película.
7-¿Hasta qué punto se convirtieron en una pesadilla para Franco antes y después de la guerra?; ¿cómo se les combatió desde la cúpula franquista?
Por mucho que Franco quisiera acallar la situación para la opinión pública, podemos afirmar que muchas zonas de España seguían estando en guerra varios años después del 39. A partir del 44, con la entrada de más armamento, el peligro para el régimen fue aún más notable. El problema es que un ejército organizado no tenía ninguna oportunidad en monte abierto, aunque quemaran miles de hectáreas (como hicieron muchas veces), por lo que decidieron ir contra las redes de apoyo. La mayoría de las veces, los guerrilleros habitaban cerca de sus familias y hogares, y contra estos se dirigió la represión. Decenas de mujeres y chavales que hacían de enlaces no salieron vivos de los cuarteles. Miedo, silencio y terror: de esa manera acabaron con el maquis. También crearon las escuelas antiguerrilleras, que hicieron estragos en la población, robando y matando, haciéndose pasar por maquis para poner a los campesinos en su contra. Fue una guerra sucia que duró muchos años.
8-¿Eran héroes, villanos o ambas cosas? Parece que, en la sociedad maniqueísta en la que vivimos, escasean los grises en favor de los blancos y los negros…
Bueno, me he criado en la familia de un anarquista que salvó la vida a miles de sus enemigos. Eso imprime una manera de pensar. Fueron héroes por su persistencia, su supervivencia frente al terror y sus ganas de liberar a España del fascismo. Quizá no supieron ver las oquedades del comunismo y muchas veces no fueron demasiado escrupulosos con sus ajusticiamientos. Algunos de ellos acabaron siendo meros bandoleros, como los llamaba el régimen. Pero es muy fácil opinar desde nuestra perspectiva, con la información que ya tenemos, sobre aquellos tiempos. Hay que estar acorralado durante años para tener perspectiva. Alemania, en los 50, hizo un verdadero ejercicio por olvidar enjuiciando ellos mismos a sus criminales nazis para construir una sociedad mejor, nosotros no hemos hecho lo mismo y estamos llenos de mitos y lugares comunes que nos separan como sociedad.
Como decía Benjamin, la historia son un conjunto de retales, y las ideas políticas no deberían ser como seguir a un equipo de fútbol, hay que tener pausa y crítica. Todos somos todo a la vez. Hace falta razón, empatía, escucha y tranquilidad. Siempre trato de preguntarme: ¿puedo entender a los que no piensan como yo y construir algo con ellos? A veces cuesta, pero es tan reconfortante hacerlo. ¿Héroes o villanos?, mientras estén en el olvido no sabremos qué son y no podremos explicar muchas cosas que todavía arrastra ese conflicto que fue muy complicado en algunas provincias. Lo interesante del maquis es que formó parte de la construcción social y personal de nuestros antepasados cercanos. Una de mis abuelas fue anarquista, la otra monja misionera, de las dos he aprendido muchas cosas.
10-¿Cuál fue el papel de las mujeres en el maquis?
La mayoría de las mujeres conformaban la guerrilla del llano, las que conseguían comida, ropa, medicinas, y un largo etcétera. Establecían unas redes muy complejas ya que debían seguir con su vida sin que nadie sospechara. El papel histórico de la mujer casi siempre ha sido el silencio, el sufrimiento y el maltrato. Algunas, como Celia, fueron guerrilleras en el monte, pero la mayoría luchaban desde sus casas para proteger a sus familiares. Muchas sufrieron las torturas, las violaciones, la pobreza por no poder trabajar al ser mujeres o hijas de “rojo”. Otras abarrotaron las cárceles. No hay que olvidar de las mujeres del bando ganador a las que el maquis les arrancó a sus maridos, padres o hermanos; las muertes de militares y guardias civiles fueron ocultadas por el régimen. También fue duro para ellas. Todas convivían en los pueblos. Teatralmente es un conflicto difícil de imaginar.
11-¿Qué supone para usted estrenar en Filmin?
Yo soy un seguidor de Filmin desde hace muchos años. Filmin apoya el cine de autor desde siempre. Cuando les presentamos el proyecto y les gustó fue un piropo. El COVID ha traído un nuevo ordenamiento frente al tema audiovisual, los espacios públicos, etc. Ahora queremos elegir desde casa y tener una oferta muy concreta. El cine llamado de autor requiere del espectador un ejercicio intelectual o estético, es un toma y daca: la película propone una visión y el espectador construye la suya frente a la obra. Es muy interesante. Poco a poco Netflix o Amazon están introduciendo obras de autor también. Quién sabe lo que nos deparará el futuro…
12-¿Qué busca este proyecto?
De momento dar una visión de la mujer en los años 40, dar a conocer esos conflictos de las olvidadas de los olvidados. Se ha hablado de los maquis, pero parece que nunca hemos sentido el sufrimiento de nuestras abuelas, las de izquierdas y las de derechas. Ahora que muchas están muriendo con el COVID, la mía se fue en marzo con esta maldita enfermedad, podríamos recordar por todo lo que pasaron. Han sido las abandonadas de los historiadores, de los libros. ¿Qué busco?, construir diálogo para que no haya dos Españas, solo una que quiera escuchar a la otra y destruir juntos las falsas verdades.
13-¿Quiénes son las protagonistas de la historia?, ¿existieron en realidad, o sus historias han nacido de cero?
A partir de mi amistad con el investigador Alfonso Domingo tuve la suerte de conocer muchos testimonios. Para construir a Adela me fijé en una mujer que había sido guerrillera, Amada, que conocí hace unos años. Luego dejé que las historias orales y las personales me llenaran el contexto. He trabajado mucho con los recuerdos de las actrices, de enlaces, también con la gente de Luzón (donde hemos grabado la película) que me contaban las experiencias de sus abuelas. Ha sido muy gratificante ver como nuestro pasado no tiene ideas políticas definidas sino una conjunción de todo. Por eso digo que hay que regenerar el vocabulario político y enterrar de una vez el siglo XX, pero para olvidarlo necesitamos recordarlo antes y darle un punto y final.
Rubén Buren estrena el próximo viernes 28 de agosto en Filmin su nuevo largometraje, «Maquis», una revisión del fenómeno de la guerrilla tras la Guerra Civil. Hoy, nos desvela los secretos de estos combatientes
Origen: Maquis: la cruel vida en los montes de los bandoleros que querían aplastar a Franco