Mitsubishi, la empresa que usó esclavos americanos para construir cazas en la Segunda Guerra Mundial
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La compañía se disculpará oficialmente con James Murphy, un estadounidense que trabajó de forma forzada para ellos durante el conflicto
Casi siete décadas después de que Estados Unidos lanzase las bombas atómicas que pusieron fin a la guerra con Japón, «Mitsubishi Materials» ha decidido expiar los pecados que cometieron sus directivos en la Segunda Guerra Mundial. Y es que, la famosa compañía ha enviado a uno de sus directivos a Estados Unidos para que pida perdón a James Murphy, un veterano de la contienda que -tras ser capturado por los nipones- fue esclavizado por la empresa y se vio obligado a participar en la fabricación de los cazas que eran enviados al frente para combatir contra los aliados. Así lo afirma un comunicado del «Centro Wiesenthal», dedicado a recordar a las víctimas del Holocausto.
Aunque no es la primera ver que «Mitsubishi Materials» se ve salpicada por su pasado (hace poco fue condenada a compensar a cinco trabajadoras surcoreanas que fueron obligadas a trabajar para la compañía durante la contienda), lo cierto es que la compañía siempre se ha enfrentado a su pasado de frente. En este caso, de hecho, ha decidido enviar a Estados Unidos a uno de sus ejecutivos más veteranos –Hikaru Kimura– para que presente sus disculpas en persona tanto a Murphy como a varios familiares de soldados que fueron esclavizados durante la contienda.
Mitsubishi, en la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial fueron muchas las empresas que colaboraron con uno u otro régimen. Un claro ejemplo fue la firma «Hugo Boss», la cual fue contratada por el Tercer Reich para fabricar los uniformes de las soldados germanos. El caso de «Mitsubishi» es algo más escandaloso pues, durante la contienda que enfrentó a su país con los Aliados, utilizó a más de 900 prisioneros estadounidenses como esclavos en sus cuatro fábricas y minas para elaborar las piezas de los cazas que, posteriormente, combatirían contra los Estados Unidos en el aire.
Ese total formaba parte de los 12.000 reos que llegaron al país. Estos, a su vez fueron enviados a más de 50 fábricas y minas pertenecientes a otras tantas compañías (todo ello, para apoyar el esfuerzo de guerra del Imperio). Cerca de un 10% murieron, según explicó Kinue Tokudome, uno de los personajes que más ha favorecido que las empresas se disculpen con los damnificados.
El caso de Murphy es uno de los más destacados. Después de ser capturado en Filipinas mientras trabajaba como operador de radio para el Cuerpo Aéreo de los Estados Unidos, fue enviado a Japón. Como tantos otros, se vio obligado a caminar 100 kilómetros sin ninguna ayuda hasta llegar al campo de prisioneros en el que estaba destinado. Posteriormente, pasó un año en una mina de cobre cerca de Hanawa junto a otros 500 reos, algo que describió como un horror total.
«Fue una esclavitud en todos los sentidos. No había comida, no había medicina, sin ropa, sin saneamientos…», señaló en una entrevista recogida por la «CBS». Aunque posteriormente declaró que perdonaba a sus captores, hace algunos años participó en una demanda colectiva que sólo tenía un objetivo: recibir una disculpa oficial del gobierno japonés.
Llega la disculpa
Aunque esta iniciativa llega 70 años después de la guerra, ya ha causado euforia en muchos colectivos, los cuales lo consideran un signo de acercamiento increíble por parte de las compañías. Y es que, aunque el gobierno japonés se ha disculpado en los últimos años (en 2009 y en 2010) con los esclavos, las empresas no lo habían hecho hasta ahora.
«Es la primera vez que una compañía japonesa importante ha hecho un gesto como este. Ojalá esto estimule a otras a hacer lo mismo», ha señalado Abraham Cooper, un directivo del Museo de la Tolerancia de los Ángeles.
El ejecutivo de la compañía viajará así hasta Estados Unidos para solicitar el perdón a este veterano, que actuará como portavoz de los 900 soldados que trabajaron para la entonces «Mitsubishi Mining Co» (predecesora de la actual). Al parecer, la compañía trató de ponerse en contacto con todos los supervivientes, pero solo dos pudieron ser localizados. De ellos, Murphy era el único que se encontraba lo suficientemente bien físicamente para realizar el viaje a Los Ángeles (donde se celebrará el acto).
En palabras de Masato Otaka, portavoz de la embajada de Japón en Washington, la iniciativa ha sido promovida por la propia empresa y el gobierno no ha participado en ella, lo que le da todavía más valor.
Origen: Mitsubishi, la empresa que usó esclavos americanos para construir cazas en la Segunda Guerra Mundial