Naia, el esqueleto de 12.000 años de México revela hambrunas prolongadas
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!
Un estudio del esqueleto de más de 12.000 años de antigüedad de México-apodado Naia- encontrado en una cueva sumergida bajo el agua en Hoyo Negro, de la Península Yucatán, reveló que probablemente perteneció a una joven de origen asiático que sufrió prolongados periodos de hambre, y un embarazo antes de su mortal accidente a temprana edad.
Un estudio del esqueleto de más de 12.000 años de antigüedad de México-apodado Naia– encontrado en una cueva sumergida bajo el agua en Hoyo Negro,
Las últimas investigaciones presentadas el 29 de marzo de 2017, indicaron que en realidad Naia murió cuando tenía apenas entre 15 y 16 años. Su cuerpo de 152 centímetros de altura, presenta además signos de una fractura curada meses antes de fallecer.
El análisis de laboratorios de México, Estados Unidos y Canadá, reportados por el Instituto Nacional de Arqueología (INAH) de México, dice que la joven “pesaba un máximo de 50.4 kilos cuando estaba bien alimentada, ya que el estudio de sus dientes y sus huesos largos demostró que a menudo pasaba épocas de carencia extrema”.
Uno de los hallazgos más significativos, evidenciado por múltiples líneas, incluyendo la forma del interior de su hueso púbico, sugirieron además que “Naia pudo haber dado a luz meses antes de fallecer”.
La dueña del esqueleto, considerado por el INAH como el de origen humano más antiguo, más completo y genéticamente más intacto de América, murió al caer en el hueco del cenote Hoyo Negro, de 60 metros de diámetro y 55 metros de profundidad, Antes de morir se había roto un brazo, el cual había sanado.
“Tuvo una vida muy difícil, esto se ve a través de los huesos. Los especialistas verdaderamente hicieron estudios extraordinarios.. Tuvo hambrunas muy fuertes, periódicamente. Vivió en una ambiente muy distinto al que conocemos hoy aquí en la península de Yucatán, en un área del tipo de sabana”, comentó la maestra Pilar Luna Erreguerena, de la Subdirección de Arqueología Subacuática, en declaraciones del INAH.
Además destacó que no se alimentaba de los productos del mar a pesar de estar tan cerca, sino que más bien de tierra adentro.
Los especialistas, dirigidos por James C. Chatters, investigador principal del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, sitio ubicado en Tulum, Quintana Roo, concluyeron que “la vida de los primeros pobladores de América, o por lo menos de algunos de estos grupos que llegaron a través del Estrecho de Bering, procedentes de Siberia, no fue idílica por encontrarse en una tierra nueva y abundante, sino al contrario, fue sumamente difícil y llena de carencias”.
El esqueleto de Naia fue descubierto en 2007, por Alejandro Álvarez, Alberto Nava y Franco Attolini, miembros del Proyecto Espeleológico Tulum (PET), quienes trabajaron junto con Roberto Chávez Arce en la recuperación, no solo de los restos humanos sino de parte de un gran depósito de fauna pleistocénica extinta.
Junto a la joven, en el Hoyo Negro se encontraron huesos de gonfoterio, de tigre dientes de sable, el perezoso gigante, restos de cánido y de un oso prehistórico de más de 3 metros que en su momento de vida pesaba como 1,5 toneladas, además de otros animales que hoy sí existen, como el tapir, el puma con color y el murciélago, entre otros.
Origen asiático
Un estudio publicado en 2014, del ADN mitocondrial de Naia, heredado de la madre, señala que corrresponde al haplogrupo Beringianno derivado del subgrupo D1.
Se ha propuesto que el haplohrupo D es originario de Asia de hace unos 48.0000 años. y es uno de los cinco encontrados entre los pueblos nativos americanos; los otros son A, B, C y X. Pero este subgrupo particular D1, se produce sólo en las Américas, y el descubrimiento de este esqueleto añade peso a lo que se conoce como hipótesis de Standstill Beringia. Esta sostiene que los indígenas americanos ancestrales originales, por miles de años estuvieron aislados genéticamente de otras poblaciones, como se plantea en el artículo publicado en 2014.
Según la investigadora Erika Tamm, los asiáticos y americanos divergieron hace más de 25.000 años, pero este haplogrupo se dispersó en el Nuevo Mundo hace menos de 15.000 años. La edad del esqueleto del Hoyo Negro cae bien dentro de esta cronología.
En el reporte de 2014, se dijo que Naia, al igual que otros paleo-indios, y a diferencia de la mayoría de nativos americanos contemporáneos, tenía un cráneo pequeño, estrecho, y una cara proyectada fuertemente. Esto ha apoyado la idea de que todos los paleo-indios se derivaron de poblaciones de origen asiático similares, que llegaron a América a través del estrecho de Bering.
Un cuerpo casi completo
Un equipo de espeleobuzos recuperó entre 2014 y 2016 un total de 98 partes del esqueleto de la joven y de cada pieza se tomaron rayos X y tomografía,
El Sr. Chatters señaló en marzo de 2017, en una publicación en vídeo, que con ello obtuvieron gran parte del cuerpo: “la mitad de los huesos de sus manos, casi todas sus costillas, más de la mitad de su columna vertebral, tenemos solo una pierna completa, Es la primera vez que esto ha sido encontrado en una mujer de de América de más de 9.000 años”.
“Es la primera vez que hemos visto un brazo completo y una pierna completa, así que podemos entender las proporciones corporales en las mujeres de ese tiempo”, resaltó el especialista, advirtiendo que solo les faltó conocer su pies.
Mapa del lugar de los descubrimientos:
Origen: Naia, el esqueleto de 12.000 años de México revela hambrunas prolongadas