28 marzo, 2024

Parados y ocupados asisten cada día a 100.000 cursos de formación

Son gratis para los participantes y el preferido es, con gran diferencia, el del idioma inglés

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Varón, de entre 36 y 45 años, y empleado cualificado de los sectores de sanidad, educación, banca, transporte y comunicaciones. Este es el perfil medio de los 3,6 millones de trabajadores que el año pasado asistieron a alguno –o varios– cursos de formación impartidos en más de 439.000 empresas, según los datos de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo, organismo público en el que están representados la Administración del Estado, las comunidades autónomas, la patronal CEOE y Cepyme y los sindicatos CC.OO., UGT y CIG y que se encarga de gestionar esos cursos.

Estos se imparten tanto a trabajadores ocupados como a desempleados, son totalmente gratis para los asistentes y siempre han de celebrarse dentro de la jornada laboral o, si no fuese así, se deben compensar las horas empleadas.

El año pasado, esa Fundación Estatal destinó 2.082,4 millones de euros a la formación para el empleo. Los mayores recursos procedían de las cuotas que pagan tanto el empresario (0,6% de la base de cotización) como el trabajador (0,1%). A través de esta vía ingresó 1.848,3 millones de euros, el 88,6% del total. El Estado aportó otros 134 millones (6,5%) y el Fondo Social Europeo 100 millones más (4,9%). Desde el Ministerio de Empleo y Seguridad Social destacan que la formación para el empleo en España «está ya muy cerca de la autosuficiencia económica». Y subrayan «la solidaridad» del sistema tanto de los trabajadores que pagan cuota con los que no la pagan (desempleados y autónomos), así como entre grandes empresas (que pagan más de lo que reciben en forma de bonificaciones) y las pymes para que estas puedan dar formación a sus trabajadores por mayor valor del que supone su aportación.

Del total de 2.082,4 millones de euros, 1.512,8 millones (72,6%) fueron gestionados por el Estado y 569,6 millones (27,4%) por las comunidadesautónomas. El destino de este dinero fue en un 51,4% (1.069,4 millones de euros) para la formación de trabajadores ocupados y un 47,5% (990,2 millones) para desempleados.

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Las empresas comunican el día, horario, lugar de impartición, modalidad, número de participantes y contenido de cada curso para sus trabajadores antes de su inicio. Esta semana, por ejemplo, se han impartido unos 100.000 cursos diarios. Desde el 1 de enero de este año, 326.240 empresas ya están haciendo uso de su crédito de formación para este ejercicio. El 50,1% de los cursos se imparten con la modalidad de teleformación, el 47,1% de forma presencial y el 2,8% son mixtos.

Esas empresas disponen este año de 731 millones de euros para formar a sus trabajadores, según la Fundación Estatal.

El ranking de los contenidos impartidos en esos 100.000 cursos de media está encabezado por el idioma inglés, que supone el 33,11% del total. El resto se sitúa a gran distancia. En segundo lugar está el de prevención de riesgos laborales (6,86%), seguido del idioma francés (3,16%), ofimática (2,54%), manipulación y control de alimentos en general (2,47%), habilidades personales e interpersonales en el entorno laboral (1,85%), informática de usuario (1,77%), legislaciones y normativa (1,50%), marketing (1,36%), habilidades directivas (1,34%), alemán (1,32%), gestión de recursos humanos (1,32%), contabilidad (1,29%), higiene alimentaria (1,04%) y atención al cliente (1,01%).

El Ministerio de Empleo llevó a cabo hace un año una profunda reestructuración de esta Fundación, la más importante en sus 20 años de historia, «que contó con la aprobación de más del 90% de representatividad de ambas Cámaras», destaca el departamento que dirige Fátima Báñez.

Los objetivos más destacados de esa reforma son «el enfoque hacia las necesidades formativas de la economía, la implantación de procesos y herramientas para la anticipación, la planificación y la evaluación, las medidas para la eliminación de las malas prácticas, la incorporación de las comunidades autónomas a la gobernanza del sistema y la generalización de la libre concurrencia como instrumento de mejora de la eficiencia y de la calidad de la formación».

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Esta libre concurrencia supone romper el monopolio que históricamente han detentado la patronal y los sindicatos sobre la formación para el empleo.

Origen: Parados y ocupados asisten cada día a 100.000 cursos de formación

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