Segunda Guerra Mundial: Cuando George Bush padre estuvo a punto de ser devorado por caníbales japoneses
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El 41º presidente de Estados Unidos se salvó de caer en manos niponas durante la Guerra del Pacífico. Algunos de sus compañeros no tuvieron tanta suerte y acabaron sirviendo de alimento a los oficiales Hirohito
El ataque japonés a Pearl Harbor cambió, irremediablemente, el curso de laSegunda Guerra Mundial. La respuesta de Estados Unidos, hasta entonces neutral y algo reticente a entrar en la contienda, no se hizo esperar, y al poco de finalizar el bombardeo Franklin D. Roosevelt respondió con la declaración de guerra. Una decisión que fue apoyada por sus ciudadanos, especialmente por los más jóvenes, que acudieron en masa a alistarse. Muchos dieron su vida, algunos cayeron en olvido, y otros, los que tuvieron más suerte, todavía son recordados. Entre estos últimos se encuentra quien fuera el 41º presidente del país norteamericano: el recientemente fallecido George H. W. Bush.
Durante su servicio como piloto de la Marina, el dirigente tuvo tiempo de estampar su nombre en los libros de Historia. Su participación en el frente del Pacífico, especialmente en el bombardeo de Chichi Jima, le ayudó mucho a la hora de ganar votantes durante las elecciones a la presidencia de 1988, de las que salió victorioso frente al demócrata Michael Dukakis. Lo que no mucha gente sabe es que muchos de sus compañeros, al menos entre los que tomaron parte en el ataque contra Chichi Jima, acabaron siendo (literalmente) devorados por oficiales japoneses.
Servicio
Nacido en 1924 en Milton (Massachussets), la vocación por la administración pública al futuro dirigente le vino por parte de su padre, Prescott Sheldon Bush, quien había pasado un tiempo en el ejército antes de comenzar su carrera política, que culminó en la década de los cincuenta, cuando alcanzó el cargo de senador por el estado de Connecticut. Poco después de cumplir los 18 años, el joven George se decidió a comenzar su carrera en el ejército emulando a su progenitor. Para entonces, tan solo habían pasado 6 meses desde que la aviación japonesa atacase Pearl Harbor. Tras su paso por la Academia Phillips, en la que se graduó en 1942, se convirtió en el piloto más joven de la marina estadounidense.
Al poco de conseguir sus alas, en 1943, fue asignado al Torpedo Squadron 51 (Escuadrón Torpedo) como oficial de fotografía. «Skin» (Piel), como le llamaban sus compañeros debido a su estilizada figura, comenzó a ganarse un nombre dentro del ejército con cierta rapidez. Durante su estancia en el USS San Jacinto, tuvo la oportunidad de participar en la batalla del Mar de Filipinas (junio de 1944), que se saldó con victoria estadounidense. También tuvo tiempo, mientras permaneció sirviendo en el San Jacinto, de tomar parte en acciones como el bombardeo de Chichi Jima. La actuación más conocida entre las que llevó a cabo durante la contienda.
Canibalismo
Está sobradamente documentado que entre las tropas de Hirohito el canibalismo era una práctica relativamente habitual. Así ha sidoreconocido abiertamente por varios soldados después de la guerra. Ya desde los prolegómenos de la contienda global, es decir, durante la Segunda guerra chino-japonesa, varios civiles murieron para servir de alimento. Lo mismo ocurrió, más tarde, con algunos de los aliados que caían en sus manos. Entre ellos, parte de los aviadores que participaron junto al futuro presidente de Estados Unidos en el bombardeo a Chichi Jima.
A finales de 1944, el ejército japonés se encontraba cada vez más arrinconado. Con el objetivo de menguar sus fuerzas de cara a la deseada invasión de la isla en 1945, la Marina estadounidense entendía como clave lanzar ataques contra los suministros del enemigo. Precisamente, el bombardeo de Chichi Jima se encuentra encuadrado dentro de este grupo de acciones. Para entonces, George Bush padre tenía 20 años y acababa de ser ascendido a teniente. Pilotaba un bombardero Grumman TBM Avenger, y participó en la misión junto a otros cinco aviones del mismo tipo, así como de un grupo de cazas.
El ataque tuvo lugar el 2 de septiembre de 1944. Desde el principio, los pilotos estadounidenses tuvieron que hacer frente a un intenso fuego procedente de las defensas niponas. Precisamente, el futuro presidente recibió un impacto que, después de lanzar sus proyectiles sobre el objetivo, le obligó a abandonar la zona y, en última instancia, a lanzarse en paracaídas en aguas del Pacífico. Lo cierto es que tuvo suerte, ya que fue rescatado por un submarino estadounidense llamado USS Finback después de pasar varias horas a la deriva en una balsa.
Menos fortuna tuvieron buena parte de sus compañeros. Y es que nueve de ellos cayeron en poder de los japoneses. Todos fueron asesinados y torturados. Los más desgraciados, incluso, sirvieron de alimento para los oficiales o, al menos, así quedó en evidencia durante los «Juicios de Tokio» llevados a cabo después de la guerra.
Según recoge la página especializada en Historia Militar Columna 2, un testigo aseguró que el mayor Sueo Matoba ordenó cocinar a los prisioneros y organizar un festín con sus restos. Por lo visto, el oficial pidió que le sacasen las visceras y varios kilos de carne de las nalgas a uno de los reos para hacer canapés. Pero la cosa no quedó ahí, ya que repitió el proceso posteriormente con otros de los soldados estadounidenses que tenían en sus manos.