Segunda Guerra Mundial: Desvelan el pasado oculto del gran héroe inglés de la IIGM: «Era un homosexual obsesionado por los niños»
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Un nuevo libro, basado en documentos desclasificados por el FBI, afirma que Lord Mountbatten sentía debilidad por los niños y los jóvenes de uniforme
Analizar la vida de Louis Francis Albert Victor Nicholas George Mountbatten (más conocido como Lord Mountbatten) supone repasar, de forma pormenorizada, los grandes hitos históricos del siglo XX. Militar y político de raza, este británico de ascendencia alemana participó en la Primera Guerra Mundial; fue un héroe de la Segunda Guerra Mundial (sus conocimientos resultaron claves para elDesembarco de Normandía) y, como gobernador de la isla de Wight, sufrió en sus propias carnes la campaña del terror perpetrada por elIRA Provisional a partir de los años 70. De hecho, falleció en un atentado organizado por dos miembros de esta organización el 27 de agosto de 1979.
Su importancia militar y política es solo comparable a su reconocido linaje. No en vano fue tío del duque Felipe de Edimburgo. Un currículum extenso para un personaje igual de memorable. Sin embargo, es posible que el cuarenta aniversario de su muerte se vea ensombrecido por las últimas revelaciones que ha hecho el FBI. Y es que, tal y como han afirmado varios medios anglosajones como el «The Sun» o el «The Times», la agencia ha publicado varios informes en los que se confirma que este héroe de guerra era un «homosexual» con «una perversa atracción por los chicos jóvenes».
Más allá de las últimas investigaciones, autores de la talla de Jesús Hernández (uno de los historiadores que más han indagado sobre la Segunda Guerra Mundial en nuestro país con una veintena de libros como «Grandes Atrocidades de la Segunda Guerra Mundial») no niegan su importancia en la contienda. Todo lo contrario. En sus palabras, Mountbatten fue una figura clave del enfrentamiento que, además, impulsó proyectos como el mítico portaaviones de hielo de Winston Churchill o las no menos clave unidades de comandos.
Documentos y testigos
Los documentos, recopilados de forma secreta por la agencia estadounidense durante tres décadas (incluyendo la misma Segunda Guerra Mundial), han sido recabados por el investigador Andrew Lownie y serán publicados en su próxima obra, «Los Mountbattens: sus vidas y amores». Aunque, como una suerte de aperitivo, se han dado a conocer los más llamativos.
«Lord Louis Mountbatten es conocido por ser un homosexual con una perversa atracción por los chicos jóvenes. En opinión de lady Decies, esta condición le incapacita para dirigir cualquier clase de operación militar», afirma uno de ellos.
A su vez, la obra de Lownie incluye una entrevista con Ron Perks, su chófer personal en Malta a finales de los años cuarenta. Lejos de atajar estas afirmaciones, confirma que uno de los negocios favoritos del héroe de la Segunda Guerra Mundial era la Casa Roja de Rabat, un «burdel de lujo para homosexuales frecuentado por oficiales navales». Este personaje no ha sido el único que ha prestado su testimonio. La obra cuenta también con las palabras de un hombre que asegura haber sido el amante de Mountbatten en los años setenta.
Niños y uniformes
Todos estos testigos suponen la confirmación de lo que, hasta ahora, eran solo suposiciones: que Mountbatten mantuvo relaciones homosexuales de forma clandestina en un momento en que esta era ilegal.
Pero no son los únicos. En los expedientes desclasificados (y en el nuevo libro de Lownie) también se puede leer una controvertida entrevista que el FBI realizó, en febrero de 1944 (en plena Segunda Guerra Mundial) a Elizabeth de la Poer Beresford, baronesa Decies y amiga de la Reina Madre. Esta afirmó a uno de los altos cargos del FBI en Nueva York que «Lord Mountbatten y su esposa son considerados personas de moral extremadamente baja».
Por si fuera poco, el informe del FBI añade que la baronesa Decies insistió en que Lord Mountbatten era conocido en la corte por ser un «homosexual con gran obsesión por los niños pequeños». «En opinión de Lady Decies, es un hombre no apto para dirigir cualquier tipo de operaciones militares debido a esta condición», añadía el informe. En este sentido, el FBI también afirmaba que Lady Mountbatten era también una persona de «conducta errática». El encargado de las declaraciones, EE. Conroy, escribió que la aristócrata no tenía entonces ningún motivo para atacar a la pareja y que su testimonio no se basaba en el odio.
Una vez más, este texto confirma la idea, extendida, de que no respetaban su matrimonio. Algo que él mismo admitió: «Edwina y yo pasamos toda nuestra vida de casados metiéndonos en las camas de otras personas».
Otro tanto sucede con las declaraciones de Anthony Daly, un famoso chapero de los años setenta. Este sujeto, que afirma haber mantenido varias relaciones sexuales con Mountbatten, ha desvelado que el militar y aristócrata sentía verdadera atracción por los «chicos jóvenes con uniforme militar y botas altas» y los «niños con uniforme escolar». En este sentido, corrobora que era conocido como «Mountbottom», un juego de palabras que mezcla su apellido con el término que se utiliza para denominar al amante que, en una relación homosexual, ocupa la posición pasiva.
Las revelaciones en la obra son incontables. De entre todas, destacan también una serie de documentos en los que se documenta la presunta relación homosexual que mantuvo Mountbatten con su tutor cuando apenas sumaba 13 primaveras a sus espaldas.
Leyenda en vida
Nacido el 25 de junio de 1900 en Windsor, y emparentado con las familias reales británica y alemana, el aristócrata accedió a la Royal Navy con apenas trece años. Poco después combatió en la Primera Guerra Mundial sobre la cubierta de dos bajeles ingleses. Luchar en el mar le dio una perspectiva de la lid que, años después, le permitió convertirse en uno de los primeros espadas de Winston Churchill.
Sin embargo, donde realmente destacó como militar y oficial fue en la Segunda Guerra Mundial. Aunque comenzó sus andanzas como comandante de un buque de guerra, pronto ascendió hasta lo más alto gracias a su valor. Ejemplo de ello fue su actuación durante el hundimiento de su navío, el «HMS Kelly», en la Batalla de Creta. Como buen capitán, Mountbatten se negó a abandonar el buque y se fue a pique. Según las crónicas, él y el resto de supervivientes estuvieron en el agua varias horas hasta ser rescatados; y, durante todas ellas, nuestro protagonista no paró de cantar para que sus subordinados estuviesen animados.
De la mano de su gran amigo, Winston Churchill, accedió a partir de 1941 a altos escalafones del mando. Ejemplo de ello es que fue jefe de Operaciones Combinadas y General y Mariscal del Aire. En estos puestos se convirtió en uno de los defensores de las temidas unidades de comandos británicas (especialistas en el ataque tras las líneas enemigas y el sabotaje). Con todo, también tuvo una mancha en su expediente: el denominado desastre de Dieppe.
Bajo su dirección, el intento de tomar este puerto francés en 1942 acabó en carnicería. Más de cuatro mil de sus hombres (la mayoría canadienses) murieron o fueron capturados. El mismo Adolf Hitlerse burló del ataque y dio las gracias a Churchill por enviar, directo a sus mejores defensas, a sus soldados.
Con todo, el premier no se lo tuvo en cuenta y le dio responsabilidades elevadas en el Día D, donde hizo aportaciones técnicas útiles. Entre ellas, el diseño de un oleoducto para transportar combustible hasta Francia; la creación de varias innovaciones para las lanchas de desembarco y, entre otras tantas cosas, la construcción de un puerto artificial en Arromanches para desembarcar a los vehículos aliados.
Poco antes, en 1943, se había convertido en Jefe del Comando Aliado del Sureste Asiático. En este cargo tuvo que afrontar la pérdida de Manila ante el enemigo japonés, aunque a la postre dirigió la reconquista de Birmania y aceptó la rendición nipona dos años después.
Mountbatten también se hizo famoso por sus excentricidades. Junto a Churchill, fue uno de los máximos defensores de la construcción deportaaviones elaborados con un material basado en la arena y el hielo.Todo ello, para ahorrar metal y que este fuese destinado a la fabricación de aeroplanos y armas. A su vez, también fue el inventor de un extraño camuflaje de color rosa que, según se creía durante la contienda, impedía que las naves fuesen vistas desde la lejanía.
En los setenta, mientras se hallaba de vacaciones, un atentado acabó con su vida.