«Si Magallanes hubiera vivido y regresado deshaciendo el camino, no sería tan famoso como es hoy»
Cuando se conmemoran cinco siglos de los distintos hitos de la ruta, Mazón publica el libro «Elcano: Viaje a la historia» (Ediciones Encuentro) para dar voz a los protagonistas de la primera circunnavegación
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Tomás Mazón Serrano, ingeniero de profesión, empezó a dar la vuelta al mundo por casualidad. A modo de pasatiempo, le dio por estudiar los detalles de la expedición de Magallanes-Elcano y no tardó en comprobar, asombrado, la enorme precisión tecnológica que manejaron aquellos hombres. Desde entonces ha convertido su web, Rutaelcano.com, en el gran referente digital para académicos, curiosos y aficionados que se quieren embarcar en la gran aventura del siglo XVI y descubrir sus secretos.
«No es que haya un gran misterio aunque, de haberlo, para mí sin duda sería cómo Elcano y sus compañeros de la nao Victoria fueron capaces siquiera de plantearse aquel viaje de retorno absolutamente terrorífico. Eligieron un modo de volver durísimo de forma
consciente, y lo hicieron porque solo así serían los primeros en dar la vuelta al mundo.», explica Mazón en una entrevista con ABC Historia.
Cuando se conmemoran cinco siglos de los distintos hitos de la ruta, Mazón publica el libro «Elcano: Viaje a la historia» (Ediciones Encuentro) para dar voz a aquellos hombres que se dejaron la vida, la carne y la imaginación en mostrar al mundo su redondez.
–¿Qué supuso para el mundo la primera circunnavegación?
–Hubo partes del mundo en que se pasó de un día para otro de la Prehistoria a la Historia, lo cual no es poca cosa, pero eso mismo ocurría también con otras expediciones. Lo que hizo especial a esta en particular fue que se tomó conciencia por primera vez de que el mundo entero estaba interconectado por mar. Fue un gran paso hacia la futura globalización, hacia el comercio y hacia la mezcla entre culturas posterior. También supuso un nuevo y gran golpe de prestigio para España ante el resto de reinos europeos.
–Si hacemos caso a la Leyenda Negra, España ha sido siempre un país atrasado a nivel científico. ¿Cómo fue posible que llevara a cabo una gesta naval de esta naturaleza?
–Incluso a día de hoy dar la vuelta al mundo a vela tiene mérito, y sería absurdo atribuirlo a la suerte o a la casualidad. Está claro que esta proeza no está al alcance más que de gente muy capaz, que llevó al límite los avances tecnológicos del momento. Para optar al puesto de piloto de Su Majestad había que acreditar conocimientos técnicos y matemáticos mediante examen, es decir, lo que hoy llamaríamos una oposición. En la expedición embarcaron nada menos que cinco de estos pilotos, de los mejores expertos del mundo en navegación. Esto está muy lejos de esa idea tan común de que se embarcaban cuatro buscavidas ignorantes que no tenían nada mejor que hacer. Además aquí cuando alguien moría, como ocurrió con esos pilotos, quien venía a sustituirle resultaba ser igual o mejor, lo que nos da idea de cuál era el nivel.
–Sebastián Elcano es un personaje bastante poco conocido fuera de España, ¿por qué la historia ha sido tan injusta con él?
–Eso me cuentan muchos lectores de la web desde otros países, que descubrían a Elcano sorprendidos de que allí solo se hable de Magallanes. Pero tampoco en España es bien conocido. Muchas veces se le tiene como quien acabó el viaje de Magallanes, sin más, y eso le resta mérito. Aquella expedición debía descubrir el camino hasta las islas de la Especiería, en el extremo oriental de Asia, pero no zarparon para dar la vuelta al mundo. Elcano y sus compañeros supervivientes fueron quienes adoptaron esta iniciativa, pese a que implicaba unos riesgos mayores, con tal de conseguir este hito. Además, Elcano afrontó la vuelta con intención de alejarse de la costa para evitar ser detectado por los portugueses, recorriendo medio mundo sin escalas. Y no lo hizo pensando que fuera un camino mejor, sino porque le llevaría a ser el primero en dar la vuelta al mundo, a entrar en la Historia. Comprender esto es fundamental y, mientras no se explique bien, el mérito de Elcano quedará ensombrecido.
–¿Qué sabemos sobre su carácter y su vida anterior al viaje?
–Ginés de Mafra, uno de sus compañeros, dijo de él que era «discreto». El resto lo debemos suponer nosotros por sus obras. Por ejemplo, apenas un mes después de su regreso pedía a Carlos V embarcarse de nuevo hacia el otro lado del mundo, pese a haber conseguido honor y fortuna. Este dato me resulta especialmente revelador sobre el carácter de Elcano. No solo era un consumado marino, sino alguien con un gran sentido del deber. Su motivación no era enriquecerse.
Por otro lado, debió ser un líder carismático, dado que sus compañeros le eligieron como capitán e incluso varios de ellos le acompañaron de nuevo en el siguiente viaje a la Especiería. También parecía ser de carácter tolerante y dialogante, puesto que sometió a votación alguna de las decisiones más difíciles, aunque cuando tocaba imponerse lo hacía. Hizo prevalecer su criterio frente al de sus dos principales oficiales a la hora de elegir el mejor modo de afrontar el regreso.
Declaró tener 32 años cuando se inició esta expedición. Era todavía joven y, pese a ello, había participado en las campañas de África e Italia con un navío de su propiedad. Pertenecía a una familia numerosa bien posicionada de Guetaria (Guipúzcoa), con un padre desaparecido, pero con una madre a la que Elcano respetaba muchísimo. Nunca se casó, aunque tuvo dos hijos de sendas mujeres. Y un detalle más, gustaba vestir bien.
–Parece claro que a Pigafetta no le caía muy allá, ¿cuál crees tú que pudo ser el motivo de esta hostilidad, si es que la hubo?
–Pigafetta nunca mencionó a Elcano en su famosa relación, pero no estoy seguro de que eso fuera motivado por algún problema entre ellos. En todo caso, pienso que, de existir, sería solo de Pigafetta hacia Elcano, porque el italiano fue el primero que cobró su sueldo y, probablemente, Elcano no lo habría consentido si hubiera tenido alguna cuenta pendiente con él. Sobre esto cada uno tiene su opinión, y ahora que en mi familia todos conocemos bien esta historia y debatimos sobre ella, me convenció el punto de vista de mi primo Celso: Pigafetta buscaba ganar fama para sí, «pasar a la posteridad», como él mismo decía. Por eso se olvidó de mencionar a otros con quienes debía compartirla, salvo a quienes ya habían fallecido, como Magallanes, San Martín y pocos más.
–¿Qué opina de los intentos portugueses de atribuir a su país el proyecto?
–«Determinamos morir antes que caer en manos de portugueses». Quien decía eso era Elcano, siempre resolutivo. El Rey de Portugal envió armadas a la caza de los de Magallanes, porque se pugnaba por el control de las islas de las especias. El proyecto fue español y contra los intereses de Portugal. No se entiende la historia de aquel viaje sin la rivalidad entre ambos reinos.
Ahora bien, dicho esto, creo que debemos ser justos y ponderar el tratamiento de esta polémica. Igual que en España, en Portugal también hay políticos nefastos, como los que lanzaron aquella propuesta tan vergonzosa a la UNESCO, y no por ello hay que caer en el error de generalizar. Hay en Portugal instituciones y personas que no pretenden atribuirse nada, sino solo participar de las conmemoraciones y celebrar en común una época de éxito para ambos países en el V centenario del viaje que supuso el colofón de todo aquello. Para mí es como si dentro de 500 años la U.R.S.S. se sumara a las conmemoraciones de EE.UU. por el primer viaje a la Luna. Sería bonito. Así me gustaría que fuera ahora con Portugal, país hermano, que fue fundamental en el desarrollo técnico y naval que permitió un viaje tan colosal —y tan español— como este. A eso yo me sumo.
–Magallanes, naturalizado castellano, fue quien inició la ruta, ¿de qué forma convenció a Carlos V?
–Magallanes lo sabía todo acerca de los descubrimientos portugueses en el extremo oriental de Asia. Él mismo había estado en la conquista de Malaca, pero además, estando allí recibió cartas de su amigo, quizás pariente, Francisco Serrano, quien descubrió las islas Molucas o de la Especiería. En ellas le explicaba dónde estaban, contándole además que, por lo alejadas que se encontraban, quedaban del lado castellano según el reparto del mundo que sellaron en el Tratado de Tordesillas los reinos portugués y castellano. Cuando Magallanes vino a España, mostró esas cartas a Carlos V como aval para su proyecto de alcanzar la Especiería navegando hacia poniente, por el lado castellano del mundo. Era una idea muy atrevida. El valor de Magallanes resulta extraordinario.
–De haber regresado con vida a España, ¿cree usted que hubiera sido procesado por la Corona debido a su comportamiento despótico?
–En mi opinión, si Magallanes hubiera vivido, descubierto la Especiería y regresado a España deshaciendo el camino recorrido durante la ida, posiblemente no sería tan famoso como es hoy. Debe parte de su fama a que Elcano convirtió su expedición en la de la primera vuelta al mundo. Por otro lado, dudo que de haber cumplido su misión terminara siendo castigado pese a sus excesos de autoridad, porque habría sido ya de un enorme mérito conseguir todo eso.
–¿Qué le puede sorprender más a un lector que se acerque a su obra que no imagina posible en esta expedición?
–La abundancia de datos es por sí misma sorprendente. Sabemos los nombres de todos los tripulantes, de dónde eran, los de sus familiares, conocemos hasta el más mínimo detalle de lo que se embarcó en las naos, lo que se trajo y el coste que supuso. Conocemos con un grado alto de precisión por dónde fueron día a día, y muchísimos detalles sobre lo que ocurrió.
Pero además, comprobamos lo bien organizados que estaban y la manera de actuar que tenían. Llegamos a veces incluso a sentir sus emociones gracias a los textos que nos dejaron, su orgullo por saberse donde nadie antes se había hallado, sus lágrimas al despedirse las tripulaciones de las naos Victoria y Trinidad, sus miedos ante un temporal o la posibilidad de que les mataran en tierra, y cómo se sobreponían gracias a su arrojo, su fe y su determinación. Nos dejaron un legado escrito tan amplio que nos permite llegar a conectar con ellos, y eso es lo más fascinante.
–Rastreando en esos detalles se conocen historias tan curiosas como la de Vasquito, un niño. ¿Qué sabemos de él?
–Vasquito era un niño, hijo de Vasco Gallego, uno de los esos pilotos de la Casa de Contratación a los que me refería antes. Fue uno de los supervivientes, del grupo de 13 personas que quedaron apresadas por los portugueses en las islas de Cabo Verde, y que fueron liberadas más tarde. Su padre había fallecido enfermo en el Pacífico. La edad de Vasquito no quedó registrada, pero me resultó conmovedor comprobar cómo quedó anotado que su sueldo fue pagado a su madre. Fue el único superviviente al que no se le pagó directamente, sino que se hizo a su madre. Entonces comprendí que aquel era verdaderamente un niño, y eso me hace pensar bien de quienes iban con él. Cuando terminó el viaje, Elcano tuvo además el gran detalle de decir que una de las cajas llenas de clavo que portaba era de su padre, por lo cual la madre de Vasquito se pudo embolsar una fuerte suma.
Origen: «Si Magallanes hubiera vivido y regresado deshaciendo el camino, no sería tan famoso como es hoy»