Un tercer brazo para Menna y un nuevo collar para Ramsés II: desvelan misterios ocultos en pinturas egipcias
La aplicación de una tecnología móvil que analiza la química de las capas pictóricas descubre correcciones que hasta ahora se creían raras
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A Menna, un alto funcionario del faraón Amenhotep III (1391–1353 a.C.), le sepultaron en Tebas, en una rica tumba que se había ordenado construir, la TT 69, decorada por unos magníficos murales con escenas de la vida cotidiana que hoy se pueden admirar virtualmente gracias a un proyecto impulsado hace unos años por el Gobierno egipcio en colaboración con el American Research Center in Egypt. Sin embargo, a simple vista no es posible apreciar en una de las pinturas el tercer brazo oculto de una representación de Menna que acaba de ser descubierto en un estudio realizado por Philippe Martinez, de la Universidad de la Sorbona, y colegas de la Universidad de Lieja (Bélgica).
Los investigadores, que han publicado sus resultados en la revista Plos One, analizaron con detalle una pintura de esta capilla con una tecnología portátil que mapea la química de los pigmentos. Así identificaron una corrección oculta en la posición del brazo de la figura. La rectificación apenas cambiaba la composición y se desconoce la razón de este pequeño cambio.
Al aplicar esta misma técnica de imágenes de fluorescencia de rayos X macro (MA-XRF) en la capilla de la tumba TT 341 de Nakhtamun, jefe del altar en el Ramesseum, posiblemente de la XX Dinastía (alrededor de 1100 a.C.), también en la necrópolis tebana, se observó un nuevo collar en un retrato de Ramsés II, así como otros ajustes en la corona y otros elementos reales. Sospechan que esta serie de alteraciones estarían relacionadas con algún cambio en su significado simbólico a lo largo del tiempo.
Hasta ahora se ha creído que las correcciones en las pinturas egipcias eran raras, al ser fruto de un trabajo muy formalizado, organizado y regulado. Se supone que se iniciaba con un boceto preliminar en ocre rojo sobre la pared enlucida y alisada, siguiendo unas pautas generales o incluso unas cuadrículas modulares dibujadas en el superficie. Después se cubría con fondos blancos o de colores, dejando en ocasiones espacios para los detalles pictóricos. A continuación aplicaban el color en capas, con mezclas de pigmentos, y en el último paso se dibujaban los contornos finales y los detalles, habitualmente con ocre rojo. En una etapa final, la pintura que se derramaba sobre el contorno se recubría con un blanco opaco.
Este método teórico de trabajo se ha estudiado en obras incompletas en capillas de tumbas y en ostraca, fragmentos de cerámica utilizados para bocetos que datan de las dinastías XVIII y XIX, un período percibido como el apogeo de la pintura egipcia antigua. Por eso los autores de ‘Misterios ocultos en pinturas egipcias antiguas de la necrópolis tebana observados mediante mapeo XRF in situ’ creen que en los demás periodos hay que tomar esta generalización con cautela. «Sería ingenuo, por ejemplo, suponer que las técnicas utilizadas no difieren según el sustrato de pintura o incluso con cada pintor y ‘estudio’», apuntan.
La punta del iceberg
En estudios anteriores, llevados a cabo a través de la observación visual directa de las pinturas, se había informado de algunos cambios en detalles, durante o después de su ejecución. Parecían ser inusuales, pero tras su investigación Martinez y sus colegas creen «muy posible que esto no sea más que la punta del iceberg». La tecnología portátil de imágenes químicas podría revelar más elementos hasta ahora ocultos en las pinturas del antiguo Egipto.
Si bien admiten que es desaconsejable sacar conclusiones generales a partir de solo dos ejemplos, los investigadores sostienen que «estos descubrimientos requieren claramente una inspección más detallada y sistematizada de estas superficies pintadas mediante caracterización fisicoquímica«.
Consideran, además, que el uso de MA-XRF «es posible y muy gratificante en el campo», más allá de experimentos en laboratorios y museos. «Ningún otro método móvil es capaz de detectar la superposición compleja de capas», sostienen los investigadores, que animan a su uso en las campañas de excavación de la misma manera que ahora han encontrado su lugar en la investigación de pinturas históricas.