Cuitláhuac, el poco recordado hermano de Moctezuma que mostró a los mexicas que los españoles no eran invencibles – BBC News Mundo
Poco mencionado en los libros de historia, este «guerrero invicto» fue el único que logró derrotar a las huestes de Hernán Cortés.
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La historia de la conquista de México por los españoles se ha contado muchas veces y de muchas maneras.
Los nombres del rey mexica Moctezuma o del conquistador castellano Hernán Cortés les resultan familiares a la mayoría, pero, paradójicamente, hay un personaje central del que se ha hablado y escrito mucho menos.
Se trata de Cuitláhuac, hermano menor de Moctezuma.
A la muerte de su hermano en junio de 1520, Cuitláhuac le sucedió en el trono mexica y se puso al frente de la resistencia contra los invasores europeos, a los que derrotó en la llamada Noche Triste, causándoles numerosas bajas y expulsándolos de Tenochtitlán, la Ciudad de México actual.
Para Patrick Johansson, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autor del libro «Cuitláhuac, señor de Iztapalapa y tlatoani de Tenochtitlán», el heredero de Moctezuma «es importantísimo para los mexicanos porque fue el único que logró derrotar a los españoles en la guerra de la Conquista».
En 2020 se cumplen 500 años de la muerte de Cuitláhuac, que sucumbió a la epidemia de viruela que se desató entre los mexicas tras la llegada de los españoles.
Aunque otra epidemia, la del coronavirus, ha ensombrecido la efeméride, se han organizado diversas actividades culturales para recordar y reivindicar su figura, descrita en un cómic reciente como «el guerrero invicto» del México prehispánico.
Quién fue Cuitláhuac
Sobre Cuitláhuac hay tantas dudas como certezas y los historiadores no han logrado rescatar completamente su biografía de entre la bruma del pasado.
Se sabe que nació en el último cuarto del siglo XV en Iztapalapa, hijo de Axayácatl, tlatoani o rey de los mexicas.
Fue tlatoani de Iztapalapa, una de las poblaciones que hoy conforman la Ciudad de México, cuya Alcaldía promueve ahora actos en su memoria y ha declarado 2020 como el año de Cuitláhuac.
Como capitán general de los ejércitos de su hermano Moctezuma, Cuitláhuac destacó en las campañas para someter a otros pueblos del actual México, algunos de los cuales se aliarían con las fuerzas de Cortés para luchar contra el dominio Mexica.
Al contrario que su hermano, Cuitláhuac receló desde el primer momento de los contingentes españoles y se mostró en contra de que Moctezuma, tlatoani de los mexicas, los recibiera en Tenochtitlán, la capital de su imperio. Pero Moctezuma se inclinó por no seguir sus consejos y recibió con honores a aquellos forasteros barbudos y provistos de armaduras.
Cómo venció Cuitláhuac a los españoles
Según el relato tradicional, en Tenochtitlán se vivió una revuelta general después de que el español Pedro de Alvarado ordenara matar a un grupo de guerreros locales aprovechando que se encontraban celebrando una fiesta en honor de sus dioses.
El episodio, ocurrido mientras Cortés combatía a otra expedición española enviada desde Cuba para capturarlo, pasó a la historia como la Matanza del Templo Mayor y provocó la ira de los mexicas, que sitiaron a los españoles en el Palacio de Axayácatl.
Igual que otros notables mexicas, Cuitláhuac había sido hecho prisionero por Cortés, que poco después lo habría liberado para que regresara con provisiones en un momento en que los españoles ya no encontraban qué comer. Cuitláhuac rompió su promesa de regresar y se puso al frente de la resistencia mexica contra los invasores.
Pero Johansson cree en otra versión: «Aunque las fuentes no lo digan, probablemente Cuitláhuac estuvo de manera anónima detrás de la sublevación y el ataque contra los españoles desde semanas atrás».
Las crónicas españolas señalan que Moctezuma murió como resultado de las pedradas que recibió de su pueblo cuando, siguiendo órdenes de Cortés, salió a lo alto del Palacio a intentar apaciguarlo, aunque todavía hoy los historiadores debaten sobre la veracidad de esta versión, que no coincide con la que aparece en las fuentes autóctonas.
Sea como sea, lo cierto es que Cuitláhuac rompió con la política de su hermano y se puso al frente de una feroz resistencia contra los conquistadores.
Con Cuitláhuac al mando, los mexicas se impusieron en lo que los españoles llamaron la Noche Triste y cada vez más en México empiezan a llamar la Noche Victoriosa del 30 de junio de 1520.
Los españoles y sus aliados indígenas tlaxcaltecas tuvieron que huir de la ciudad. Muchos perecieron al encontrar bloqueados los puentes que cruzaban los canales y acequias que la rodeaban.
«La estrategia de Cuitláhuac fue muy inteligente», concluye Johansson
Cuitláhuac fue proclamado sucesor como tlatoani de Moctezuma y a las pocas semanas se celebró su subida al trono en una Tenochtitlán de la que habían desaparecido las cruces cristianas colocadas por los conquistadores y engalanada de nuevo con ofrendas a los divinidades indígenas.
Según escribió el padre Francisco Javier Clavijero en su «Historia Antigua de México», publicada en 1780, «es de creerse que los sacrificios que se hicieron en la fecha de su coronación fueron de aquellos españoles que él mismo hizo prisioneros».
Pero su reino estaba ya herido de muerte. Solo una semana después del triunfo en Tenochtitlán, los mexicas eran derrotados en la batalla de Otumba, un episodio que, a juicio de Johansson, revela que «los mexicas tenían una idea ritual de la guerra», que no logró imponerse a la «guerra moderna de los españoles».
Cuitláhuac contrajo la viruela, enfermedad llegada con los europeos que diezmó a la población y a los ejércitos mexicas, y murió el 3 de diciembre, o a finales de noviembre según otras fuentes.
De personaje a oscuro a líder que reivindicar
En el Mexico actual, instituciones como la Alcaldía de Iztapalapa intentan que este indígena rebelde alcance por fin el papel que, a su juicio, le corresponde en el relato del pasado mexicano.
No será tarea fácil. La huella de Cuitláhuac en la historia se ha visto perjudicada por la escasa información que hay sobre él en las fuentes.
Son pocos los textos contemporáneos que hablan de él y son obra de los mismos españoles a los que combatió, como Bernal Díaz del Castillo, que lo menciona en su «Historia verdadera de la conquista de la Nueva España», o el propio Cortés, que lo cita en las célebres «Cartas de relación».
Para Beatriz Ramírez, cronista responsable del Archivo Histórico de Iztapalapa, «los escritores desde el siglo XVI, sobre todo los más españolizados, preferían hablar de los personajes que apoyaron al Ejército español antes que de alguien que le infligió una derrota».
Pero la investigadora recuerda que entre varios pueblos originarios se ha honrado su memoria con ofrendas florales y otros ritos que han llegado hasta hoy, y reivindica al guerrero mexica «como un ejemplo de la defensa de la tierra del que se puede tomar ejemplo».
Johansson destaca que «los textos españoles describen a un hombre inteligente y valeroso».
«Mucho antes que su hermano Moctezuma, supo ver la amenaza que suponían los invasores para toda una cultura y una forma de vida, y por eso quiso hacerles la guerra desde el principio».
Seguramente fue esa una de las razones que lo impulsaron a enviar embajadas a otros pueblos indígenas proponiendo una confederación contra los españoles, en una tentativa en la que Johansson aprecia el «primer proyecto nacional de los pueblos indígenas».
¿Por qué fracasó ese intento?
Responde Johansson: «Los mexicas habían sido terribles a la hora de someter a los otros pueblos del México prehispánico».