El asesinato del alcalde republicano Emiliano Bajo Iglesias (1889-1936) –
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!El 18 de septiembre de 1936, el alcalde republicano de Miranda de Ebro, Emiliano Bajo Iglesias, era asesinado en la cárcel de Burgos junto a otras 42 personas.
Emiliano Bajo Iglesias, había nacido en la ciudad burgalesa de Miranda de Ebro el 20 de julio de 1889. Hijo de Zoilo y de María. Durante su juventud trabajó algunos años en Cuba y posteriormente se asentó en su ciudad natal para ejercer el oficio de la sastrería, donde confeccionaba trajes a medida. Estaba casado con Natalia Quecedo, con la cual tuvo dos hijos. Entre sus aficiones destacaba su pasión por el teatro y la cultura, lo que le animó a participar como actor en diversas obras de teatro que se representaron en Miranda.
Además de ejercer la profesión de sastre, su inquietud por solventar los problemas que afectaban a la ciudad, le encaminaron a iniciar una vocación política desde muy joven. En 1912, con apenas 23 años, Emiliano Bajo presidía el órgano de la Juventud Socialista en Miranda, vinculada al PSOE y la UGT (1). Autodidacta, se convertiría en uno de los mejores oradores políticos de su tiempo.
En diciembre de 1929 Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Félix Gordón Ordás crearon el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) un partido al que Emiliano Bajo figuró como un destacado miembro. La aspiración del PRRS era representar a la izquierda republicana, desde un planteamiento jacobino, defendiendo la democracia, el socialismo no marxista, el pacifismo y un Estado federal republicano con autonomía local y regional. También defendía el sufragio universal, el laicismo, la igualdad de clases y sexos, la reforma del Código Penal y la reorganización del Ejército. El PRRS participó en el Pacto de San Sebastián y en las elecciones del 14 de abril de 1931 estaba adherido a la candidatura radical-socialista.
Con la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, Emiliano Bajo Iglesias resultó elegido concejal del Ayuntamiento de Miranda de Ebro, cargo que ocupó hasta su destitución en 1934.
En 1934, se funda el partido Izquierda Republicana, como resultado de la fusión de los partidos de Manuel Azaña, la antigua Acción Republicana (AR), el sector izquierdista escindido de los radical-socialistas (el Partido Republicano Radical Socialista Independiente dirigido por Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz) y la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA), de Santiago Casares Quiroga. A partir de entonces, Emiliano Bajo se inscribe como militante de Izquierda Republicana.
Con la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, Emiliano Bajo es repuesto de su cargo de concejal y elegido alcalde de la ciudad.
Sus primeras palabras como alcalde fueron: “Agradezco el nombramiento y comprendo la responsabilidad que adquiero, pero estamos obligados a cumplir el compromiso del pueblo. Hasta la fecha no rectifiqué por mi labor y actuación anterior y ya que me debo al pueblo, por él lucharé y trabajaré”. (2)
Durante su mandato sus principales premisas políticas fueron la forma de paliar el enorme paro obrero que entonces sufría Miranda, y la construcción del Instituto de Enseñanza Media. Otras no menos importantes fueron la parcelación del “Prado”, construcción del alcantarillado de la calle Pi y Margall y Castillo, aceras en las de Ramón y Cajal y Joaquín Costa, dotación de aguas corrientes para los barrios de las Matillas y Californias, preocupación por mejorar la iluminación pública, potenciación de las ferias de marzo y mayo (organizando por primera vez en Miranda una feria del automóvil), mejoras en las dotaciones del cuerpo de Bomberos y cuidado en lograr una estabilización en los precios de los artículos de primera necesidad (3).
El 23 de mayo de 1936, Emiliano Bajo sufrió un atentado por parte de un militante de Acción Popular (CEDA) quien trató de asesinarle clavándole un cuchillo en la espalda. Lo que provocó que unos incontrolados como represalia quemaran la Iglesia de San Nicolás junto al puente Carlos III.
El 18 de julio de 1936, al iniciarse el golpe militar fascista contra el Gobierno de la República, el alcalde Emiliano Bajo mantuvo la serenidad, ese mismo día por la mañana, tuvo lugar un Pleno en el Ayuntamiento al que no acudieron los concejales de derechas. Por la tarde, ya conociéndose la insurrección golpista de Franco y Mola, el alcalde participó en el Comité de defensa de la ciudad que se organizó desde la Casa del Pueblo con el fin de hacer frente a los facciosos. Entre las decisiones que adoptaron fue la de ir a comprar armas a la ciudad de Eibar, pero este intento fracasó, ya que los responsables de traer las armas fueron interceptados por los golpistas a su regreso en Vitoria, entre ellos se encontraba el concejal Isidoro García de Albeniz, que fue fusilado junto a otros dos mirandeses tras un Consejo Sumarísimo el 8 de agosto de 1936.
Emiliano Bajo mandó proteger los edificios emblemáticos, escuelas e Iglesias. Sin embargo, durante aquellas aquellas horas previas al golpe militar, se produjo un hecho relevante y es que el Gobernador Civil de Burgos, Julián Fagoaga Reus, solicitó ayuda a la ciudad de Miranda de Ebro, donde golpe no se había producido. El alcalde Emiliano Bajo, acató la orden y envió la guarnición de la Guardia Civil, quedando los edificios desprotegidos, motivo por el cual, durante la madrugada del 19 de julio, unos incontrolados prendieron fuego a la Iglesia de Santa María y al Convento de la Magdalena regentado por la Orden de Monjas Agustinas Recoletas, sin que se produjeran afortunadamente ninguna víctima.
A primeras horas de la mañana del 19 de julio, tuvo lugar el enfrentamiento en Miranda de Ebro entre los leales a la República y los golpistas que venían desde Burgos, comandados por el capitán de la Guardia Civil Emilio Quintana Caicedo. Tras un intenso tiroteo que duró hasta la media tarde, los militares facciosos tomaron la ciudad. Algunos republicanos huyeron por la orilla del Ebro y fueron tiroteados por falangistas comandados por el cura de Zambrana a la altura del paso de la Revenga.
Como consecuencia de los altercados fallecieron algunos milicianos y un guardia civil. También hubo varios guardias civiles heridos que fueron atendidos en el Hospital con heridas de bala. Algunas mujeres que hacían cola para comprar pan resultaron heridas de bala al sorprenderles el tiroteo y requirieron de atención médica.
La represión sobre la población mirandesa comenzó el mismo día en que los militares facciosos tomaron el control de la ciudad. En este sentido, algunas personas fueron ejecutadas en el paraje de La Arboleda. El alcalde Emiliano Bajo sería detenido junto a varios concejales del Frente Popular y milicianos que defendieron la ciudad, el día 24 de julio los trasladaron a la Prisión Central de Burgos.
Durante las semanas siguientes, las autoridades franquistas persiguieron, detuvieron y asesinaron a varias personas, entre las más conocidas el diputado por Vizcaya Vicente Fatrás Neira, el concejal socialista Isidoro García de Albéniz, el concejal socialista Ricardo Barrio y el concejal de Izquierda Republicana Francisco Mardones. La represión se extendió por diversos pueblos cercanos a Miranda, los detenidos eran llevados al cuartel de la Guardia Civil, donde inicialmente se les tomaba declaración mediante una brutal paliza. Tras el interrogatorio los prisioneros eran trasladados a la cárcel que estaba situada en los bajos del ayuntamiento. Allí permanecían dos o tres días, hasta que las autoridades fascistas decidían que iban a hacer con ellos, era entonces cuando los sacaban de la cárcel y los trasladaban en camiones, para posteriormente ser fusilados y enterrados en fosas comunes, como La Pedraja, Estepar, Pancorbo, Zambrana, Sobrón, La Pilastra, Bayas, Armiñon…
El día 7 de septiembre se celebró el juicio sumarísimo contra el alcalde Emiliano Bajo y otras 51 personas (entre ellas 5 mujeres). En el mimo, el alcalde y otros 42 serian condenados a muerte por “Auxilio a Rebelión”; otros dos hombres fueron condenados a reclusión de 15 y 20 años respectivamente; las cinco mujeres serían condenadas a 7 años de cárcel en Saturrarán, entre las presas se encontraba Natalia Quecedo, la mujer de Emiliano Bajo.
En la mañana del viernes 18 de septiembre de 1936, Emiliano Bajo y los 42 condenados, serían sacados de las celdas de la Prisión Central de Burgos y conducidos al patio donde fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento. Sus cuerpos ensangrentados fueron trasladados en camiones hasta el cementerio de San José, donde fueron enterrados en una fosa común, donde hoy en día permanecen.
Durante años, las autoridades franquistas negaron a las viudas el poder llevar flores rojas a las tumbas de sus seres queridos, tan sólo podían llevar flores blancas. Han transcurrido ochenta y tres años desde aquel horrendo crimen contra Emiliano Bajo y otros 42 mirandeses que siguen en una fosa común. Ochenta y tres años después, ninguno de los Gobiernos llamados «democráticos» ha hecho nada por tratar de recuperar sus restos y devolverlos a sus familias. Ochenta y tres años después, el Estado Español tampoco ha anulado el juicio ilegal por el que fueron condenados a muerte y conseguir reparar su honor, cuando precisamente estas personas que representaban lo más digno que ha traído España se movilizaron para defender la libertad y la democracia. Ochenta y tres años después de aquel crimen nadie ha sido juzgado ni condenado, el tiempo pasa y la impunidad permanece.
Para paliar parte de este desagravio, en el año 2006 se inauguró un parque en Miranda de Ebro en honor del alcalde republicano fusilado y que lleva el nombre de Parque Alcalde Emiliano Bajo. Los cinco concejales asesinados: Ricardo Barrio, Isidoro García de Albéniz, Miguel Giral Arbairzar, Francisco Mardones y José Trueba, también fueron conmemorados y cinco calles en la ampliación de la Ronda del Ferrocarril fueron llamadas de la misma forma que ellos. En el año 2008 se instaló en el centro del Parque Alcalde Emiliano Bajo, un monumento a todas las víctimas de la represión franquista.
Luis Egea