27 abril, 2024

El desconocido resurgir de España como gran potencia militar que desmonta la leyenda negra sobre Felipe V

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El hispanista Christopher Storrs acaba de publicar en España ‘El resurgir español’ (Desperta Ferro) para matizar la mala imagen que persigue al monarca, reivindicar el valor de muchas de las armas que heredó de la anterior dinastía y revelar los aciertos que dejó la estrategia europea

La Guerra de Sucesión terminó con la victoria de Felipe V, pero también con su derrota. Los Borbones accedieron al trono español al precio de que la Corona española renunciara a sus territorios en Italia y Países Bajos, según estipuló el tratado de Utrecht. Todo lo que había logrado mantener sin grandes turbulencias la monarquía Habsburgo, catalogada de decadente hasta la saciedad, lo perdieron en un pestañeo los nuevos reyes. Lejos de contentarse con esta puñalada clavada en su dinastía, la España de los Borbones se convirtió en un elemento disruptivo para la paz en Europa, en la potencia más agresiva de su tiempo, deseosa de recuperar el territorio perdido.

La tradición ha presentado esta guerra del Rey de España contra el mundo como la propia de un demente irracional que se pasó años resentido dando golpes de ciego.

No obstante, el hispanista Christopher Storrs acaba de publicar en España ‘El resurgir español’ (Desperta Ferro) para matizar la mala imagen que persigue al monarca, reivindicar el valor de muchas de las armas que heredó de la anterior dinastía (por una vez, prestigiar a unos no se ha hecho a costa de desprestigiar a los otros) y revelar los aciertos que dejó la estrategia Borbón, que logró gran parte de sus objetivos en Italia y puso los cimientos para que la Armada y el Ejército del Rey fueran fuerzas bien calibradas en los siguientes reinados.

«El éxito de España es ciertamente impresionante y hasta cierto punto sorprendente. Nuevamente, la explicación es compleja», apunta este profesor de la Universidad de Dundee sobre un periodo que nunca ha obtenido suficiente atención y que ha sido tradicionalmente visto como un tiempo perdido para España. El secreto de este inesperado resurgimiento militar estuvo tanto en adoptar medidas puramente francesas como en impulsor la propia originalidad hispánica, lo que incluía el gran talento de los italianos que servían a la Corona española y en aprovechar los avances Habsburgo, tantas veces denostados.

–¿Por qué España y sus historiadores han mostrado tan poco interés en la primera parte del siglo XVIII?

–Creo que la principal razón de este olvido es que parece un período menos inspirador entre dos épocas de mucha mayor significación, es decir, el imponente, colorido y dramático ascenso y posterior supuesta decadencia de la España de los Habsburgo antes de 1700, y el igualmente colorido y dramático colapso del Antiguo Régimen de España después de 1808, con sus orígenes a menudo situados por los historiadores en el reinado de Carlos III. De modo que la época de Felipe V y de su hijo Fernando VI, aún menos respetado, parecen ser menos importante que otras. ¡Pero, por supuesto, fueron importantes para los españoles que vivieron esos reinados!

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Portada del libro 'El resurgir español'.
Portada del libro ‘El resurgir español’.

–Los Borbones insisten en hablar de resurgir tras la decadencia Habsburgo, pero la realidad es que cuando se pierden territorios es con ellos en la Guerra de Sucesión. ¿Era un imperio de cartón piedra?

–Fueron los Borbones quienes perdieron Flandes, que había absorbido gran parte de los recursos de España en los dos siglos anteriores, y la Italia española, a la que se había aferrado el último Habsburgo, Carlos II, a pesar de las muchas dificultades que enfrentaba España. El éxito de Carlos II se debió en parte al hecho de que las otras potencias (Inglaterra, Holanda, Francia), que querían aprovechar el extenso imperio global de España en una era de comercio colonial en auge, no querían asumir la carga del imperio y prefirieron ver ese imperio en manos de España antes que en manos de un rival.

–Pero, ¿solo fue una cuestión supervivencia pasiva?

–No, por un lado, hubo una generación de diplomáticos muy capaces y otros muy hábilmente explotaron su percepción de la situación internacional, en la que España, su imperio y sus recursos, eran una contribución bienvenida a cualquier coalición que intentara frenar la agresión de Luis XIV. Pero quizás lo más importante de todo fue el hecho de que España, a finales del siglo XVII, se benefició de un grado de lo que considero una resiliencia sistémica fundamental que vemos en muchos imperios supuestamente en declive; mira, por ejemplo, el largo y lento declive del Imperio otomano, imperio en el otro extremo del Mediterráneo. El declive y la caída de los imperios pueden ser inevitables, pero no necesariamente rápidos o lineales.

«El declive y la caída de los imperios pueden ser inevitables, pero no necesariamente rápidos o lineales»

–En el libro combates la imagen de Felipe V como un Rey indolente, ¿cómo fue su labor en materia militar?

–Es bien sabido que Felipe tenía un carácter extraño, y no es tan sorprendente. A los 17 años, cuando la mayoría de los jóvenes no han terminado la escuela, se convirtió en responsable de lo que todavía era el imperio más grande que el mundo había visto, una posición para la que no estaba preparado. Entre las consecuencias del desafío al que se enfrentó estuvo una notable dependencia emocional y psicológica de sus dos esposas, María Luisa de Saboya e Isabel Farnesio, y alguna que otra profunda depresión que también se manifestó en el deseo de abandonar la vida pública y en la abdicación de 1724. Pero la guerra animó a Felipe; en sus últimos años, incluso cuando no participó personalmente en la campaña, leyó con entusiasmo los informes en Madrid y siguió el progreso de sus tropas en Italia a través de los mapas.

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–¿Cómo lograron los Borbones un ejército y una armada renovada en tan poco tiempo?

–En cierta medida se inspiraron en modelos franceses, pero también aprovecharon una estructura militar heredada de los Habsburgo y por supuesto un compromiso con la causa borbónica en varios puntos de España, y un grado de recuperación económica -incluso demográfica- tal que había más hombres que podían movilizarse tanto para el ejército desplegado en el extranjero como para una milicia revivida.

Milicias provinciales e infantería ligera (1718-1750).
Milicias provinciales e infantería ligera (1718-1750).

–¿Es un ejército de inspiración francesa o tenía su propia originalidad española?

–En cierta medida, el ejército borbónico y la armada borbónica, tan importante para un imperio global, fueron reformados siguiendo las líneas francesas, pero al mismo tiempo no podemos ignorar la persistencia de las actitudes, instituciones españolas y prácticas. El ejército borbónico fue más un compromiso, más híbrido que las imágenes tradicionales de un ejército totalmente afrancesado. Tampoco debemos olvidar que el elemento extranjero significaba mucho más que el francés, pero incluía, por ejemplo, a irlandeses y suizos.

«La guerra ciertamente dio forma al Estado bajo Felipe V, pero lo hizo también bajo los Habsburgo»

–Los Borbones se centraron sobre todo en el Mediterráneo, ¿qué se jugaba la Monarquía en este escenario?

–Los Borbones prestaron mucha atención al Mediterráneo con Felipe V e Isabel Farnesio, aunque hubo una reacción en contra con Fernando VI, que priorizó el Atlántico y las Américas. El Mediterráneo tenía un elemento dinástico en la medida en que se centraba en Italia. Felipe también sintió la obligación de recuperar la herencia que le encomendó el testamento de Carlos II, lo que significaba Nápoles, Sicilia, Cerdeña, incluso Milán. Además, hubo muchos exiliados en España de lo que había sido la Italia española que apoyaron su política revanchista. Pero el Mediterráneo era algo más que Italia; también incluía el norte de África español. Aquí es donde la visión de Felipe realmente difería de la de su esposa Isabel y donde podría pensarse que la política de Felipe -asegurar Ceuta, reconquistar Orán- lo revelaría como un guerrero de un tipo diferente, casi un cruzado. Quizás subestimamos la importancia continua de la religión en los asuntos internacionales después de 1648.

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–Los Estados hacen la guerra tanto como la guerra hace estados, ¿se da un salto con Felipe V en la creación de una administración y unas estructuras fiscales realmente modernas?

– La guerra ciertamente dio forma al Estado bajo Felipe V, pero lo hizo también bajo los Habsburgo. Hubo un grado de modernización en el sentido de cambios administrativos y de otro tipo que imitaron las formas más efectivas en otras partes de la Europa contemporánea. La creación de departamentos de Estado en lugar de consejos y la elaboración de una red de intendentes provinciales representaron desarrollos notables, modernización si se quiere. Pero, como muchos historiadores españoles han demostrado en las últimas décadas, algunas de las «nuevas» instituciones fueron anunciadas antes de 1700, mientras que no todas las instituciones más antiguas fueron reemplazadas; el consejo de Castilla siguió siendo como antes el vínculo crucial entre el gobierno real y las localidades. En cuanto a las prácticas fiscales de los Borbones, antes del reinado de Carlos III muchas de ellas habrían sido muy familiares para los contribuyentes en la España de los Austrias.

Fotografía de Christopher Storrs
Fotografía de Christopher Storrs

–Con muy pocos efectivos militares, en comparación con las colonias británicas, España mantuvo su imperio en América sin apenas amenazas, ¿cuál es el secreto de una defensa tan eficaz?

–Como dije antes, muchos de los poderes extranjeros se contentaron con tratar de beneficiarse del imperio global de España pero dejando a España en posesión formal. Pero al mismo tiempo, Hispanoamérica fue, al menos superficialmente, notablemente leal a España, en parte debido al control relativamente ligero de Madrid. Así, lo que se ha llamado (John Lynch) la «americanización» del imperio español en el siglo XVII, paradójicamente, vinculó más a América con España; fue lo que se ha llamado la «segunda conquista» bajo Carlos III lo que -de nuevo paradójicamente- alimentó un anhelo de mayor autonomía, aunque fueron los hechos posteriores a 1789, sobre todo a partir de 1808, los que transformaron el resentimiento en independencia.

Origen: El desconocido resurgir de España como gran potencia militar que desmonta la leyenda negra sobre Felipe V

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