El ejército secreto de soldados renegados que aterrorizó a Stalin hasta su muerte
La que fue una de las mayores pesadillas de Iósif Stalin arribó desde lo más profundo de los bosques de los países bálticos. Durante dos décadas, un grupo de guerrilleros conocido como los ‘Hermanos del bosque’ sembró el caos entre las tropas del Camarada Supremo. ¿Su objetivo? Luchar contra la sangrante represión que el dictador ejercía en Lituania, Letonia y Estonia. No exentos de controversia –Vladimir Putin ha recalcado una y otra vez el paso de algunos de sus miembros por el ejército alemán– sus miembros se han convertido en un símbolo de libertad para sus respectivas regiones. Aunque, como suele pasar, depende de a qué fuente se acuda.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Represión
La historia nos sitúa el nacimiento de este grupo en los comienzos del siglo XX. Por entonces fueron muchos los jóvenes que se negaron a presentarse a filas para combatir por el Imperio ruso, y una buena parte de ellos decidieron crear ‘Los hermanos del bosque’. La guerrilla, siempre presente en la zona, cayó sin embargo en el olvido hasta 1940, año en que volvió a recuperarse después de que Iosif Stalin expandiera sus tentáculos por las regiones de Lituania, Letonia y Estonia tras aprovechar el pacto de no agresión firmado con la Alemania nazi de Adolf Hitler.
En la práctica, Stalin se hizo en el verano de 1940 con los tres países, viejas joyas del imperio perdidas tras la Primera Guerra Mundial, e inició una represión que favoreció el regreso de ‘Los hermanos del bosque’. Los autores Ken Cole, John Cameron y Chris Edwards recuerdan en sus estudios sobre el tema cómo el puño soviético trató de aplastar Lituania: «En agosto de 1940 fue incorporada a la URSS como república constitutiva. Varios líderes locales fueron detenidos o deportados, mientras otros huyeron a Europa Occidental». Y otro tanto sucedió en Estonia y en Letonia, como bien explica el historiador Álvaro Lozano en ‘Stalin, el tirano rojo’: «La ocupación fue desastrosa para los pueblos bálticos. El total de ejecutados o deportados fue impresionante: en Letonia, unas 34.250 personas; en Estonia, 75.000; y en Lituania, 75.000».
El NKVD, el servicio secreto soviético, llegó a extremos tan absurdos como a asesinar a ciudadanos de estas regiones por cantar canciones populares de sus tierras en público. Sabedores de estas barbaridades, muchos ciudadanos dejaron sus casas y, como antaño hicieran sus padres y abuelos, se marcharon a los bosques para dar cuanta más guerra posible a los hombres de Stalin. Así comenzó a gestarse en la región un grupo de guerrilleros formado, de manera mayoritaria, por guardias de fronteras, antiguos soldados y exoficiales de los países bálticos. Todos ellos acompañados por ciudadanos cansados de soportar la represión soviética.
El capitán Olavi Punga, del ejército estonio, recuerda en su artículo ‘Estonia’s Forest Brothers in 1941: goals, capabilities, and outcomes’ este hecho y señala que, con el paso de los meses, «más personas reaccionaron convirtiéndose en fugitivos y escondiéndose en los bosques y pantanos para escapar de cualquier deportación posterior». A su vez, es partidario de que, en la actualidad, todavía se cultiva la idea de que los países bálticos se unieron a la URSS de manera voluntaria. Algo que declara falso.
Cambio de chaqueta
La lucha de los ‘Hermanos del bosque’ continuó en solitario hasta mediados de junio de 1941, la misma fecha en la que Adolf Hitler rompió el pacto de no agresión con Stalin y atacó a la URSS en la denominada Operación Barbarroja. Durante ese verano, en julio, los alemanes llegaron hasta los países bálticos y se esforzaron por expulsar al Ejército Rojo de la región. A partir de entonces, y hasta 1943, algunos miembros de este grupo quedaron adscritos al ejército alemán. Así lo explica el historiador Kevin O’Connor en ‘The History of the Baltic States’: «Muchos miembros de la resistencia lucharon en las Waffen SS que fueron organizadas a partir de 1943».
El grupo pasó a un segundo plano a pesar de que, durante algunas semanas, colaboró en la expulsión de los pequeños reductos de soldados de Stalin que quedaban en la zona. Sin embargo, el destino fue esquivo con los países bálticos; y en especial con Letonia. En 1944, tras la batalla de Stalingrado, la URSS volvió a conquistar la región mientras sus soldados perseguían al ejército alemán.
Deportaciones
Con el gobierno soviético llegó de nuevo el terror rojo. De 1944 a 1951, más de 600.00 personas de origen báltico fueron deportadas a Siberia. Los datos avalan la crueldad del camarada supremo. En 1959 la población de letones en Letonia había descendido de un 80% a un 62%. Y otro tanto había sucedido en Estonia, donde había bajado de un 88% a un 75%.
La reacción local ante las deportaciones masivas fue activar de nuevo a los ‘Hermanos del bosque’. Carlos Flores Juberías así lo explica en ‘España y la Europa oriental: tan lejos, tan cerca’. Lo mismo que el político lituano Vytautas Landsbergis, este último, en el discurso que pronunció en 1994 al recibir el IX Premio Internacional Ramón Llul:
«El ejército soviético irrumpió por la fuerza en Lituania. A los que intentaban escaparse se les fusilaba. Muchos hombres se escondieron en los bosques y se convirtieron en ‘Hermanos del bosque’. Se incorporaron a las guerrillas que estaban decididas a resistir contra el invasor rojo».
La resistencia se dilató casi una década. «Muchos jóvenes universitarios iban al bosque a morir, aunque nadie les obligaba a hacerlo. […] Pero las esperanzas de que la lucha se ganaría se extinguieron a causa del terrible aislamiento y la indiferencia del mundo», explica el político local en su discurso. Aunque el número de combatientes variaba atendiendo a la zona, los ‘Hermanos del bosque’ se contaron por miles. Solo en Estonia los datos apuntan a que se enfrentaron a Stalin entre 14.000 y 15.000 de estos combatientes.
Con todo, para todos estos ‘Hermanos del bosque’ la lucha no fue sencilla. De 1944 a 1953 fueron cercados por el NKVD. Este servicio secreto, junto al ejército rojo, escudriñó los bosques para encontrar y aniquilar a los enemigos de Rusia. Además, infiltraron a sus agentes en algunos grupos guerrilleros. Cuando no lograban encontrar a sus enemigos recurrían a tácticas más viles si cabe. «Grupos especiales de provocadores formados por el NKVD hacían pasar a sus hombres por guerrilleros, matando familias enteras de campesinos para fomentar la hostilidad contra los verdaderos luchadores», señala Landsbergis.
La visión de este político ha sido criticada por Rusia, desde donde se ha especificado en multitud de ocasiones que los ‘Hermanos del bosque’ asesinaban a todo aquel hombre, mujer o niño que hubiera colaborado con los soviéticos. El grupo permaneció activo hasta 1953, año en el que falleció Stalin. A partir de entonces disminuyeron sus actuaciones hasta disolverse.
Origen: El ejército secreto de soldados renegados que aterrorizó a Stalin hasta su muerte