Guerra Civil China (1ª Parte) | Eurasia1945
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Una nueva época para Asia fue el I Milenio d. C.: la de la China Imperial. Durante 2.000 años numerosas dinastías de emperadores reinaron el Imperio, siendo la última la de los Qing, en la cual la China Imperial alcanzó una gran extensión y prosperidad. A principios del siglo XIX la dinastía Qing comenzó a venirse abajo, entre las causas estaban las constantes hambrunas, las revueltas populares, el aumento demográfico de la población o las luchas contra las potencias extranjeras en la Guerra del Opio (1839-1842) que China perdió contra Gran Bretaña, la I Guerra Chino-Japonesa (1894-1895) que perdió contra Japón y la Guerra de los Bóxers (1899-1901) que perdió contra todo Occidente. Por si fuera poco, el último Emperador Guanxu, murió sin descendencia en 1908, algo que supuso un duro golpe para la dinastía Qing, pues tuvo que acceder al trono el Emperador de origen manchú Pu-Yi, sobrino del fallecido, de tan sólo dos años de edad bajo la regencia de su padre Chun Zaifeng. Cuatro años después la inestabilidad del Imperio Chino llegó a un punto crítico, cuando en 1912 estalló la Revolución China en la ciudad de Wuchang, provincia de Hubei junto al Río Yang-Tse, que derrocó a la dinastía Qing implantando la República de China.
República de China
Nanking fue la capital de la nueva República de China en 1912. Todas las fuerzas políticas republicanas y antimonárquicas se fusionaron en el Kuomintang (KMT) liderado por Sun Yat-Set. La implantación de la democracia republicana al país fue llevada a cabo por el recién elegido Presidente Yuan Shikai, hasta que él mismo destruyó ese proyecto al autoproclamarse Emperador de China en 1915. Sin embargo la nueva monarquía sólamente duró hasta 1916, ya que Shikai abandonó el cargo tras sufrir una enfermedad de afección renal que le costó la vida poco después. La fracasada experiencia inicial republicana en China hizo que muchos señores de la guerra, funcionaros, militares y oligarcas se agruparan en clanes sobre la zona norte del país para enfrentarse a los aperturistas. Debido a esta situación la capital se trasladó a Beijing, donde se constituyó nuevamente la República de China.
Dentro de la joven democracia china, nació en 1921 el Partido Comunista Chino (PPCh). Como Sun Yat-Set necesitaba mantener unido el país ante el peligro de los señores de la guerra en el interior, logró en 1923 una unión política entre el Kuomintang y del Partido Comunista Chino, recogido en un manifiesto junto al Río Yang-Tse.
El Partido Comunista Chino, bajo liderazgo de Chen Duxiu, empezó a tomar medidas contra los cambios que Chiang Kai-Shek estaba llevando a cabo en la nación. Lo primero que hizo fue realizar purgas en su propio partido y después abrir una vía de inteligencia y suministros que le proporcionó la Unión Soviética gracias a su dirigente Iósif Stalin, que fundó en Moscú la “Comisión para China”. Los comunistas chinos comenzaron a dar golpes de mano por todo el país y a proclamar la revolución. Sin una previa declaración de hostilidades, China se había sumido en una guerra civil y en un proceso revolucionario.
Guerra Civil en China
Una de las primeras acciones de la Guerra Civil China fueron las rebeliones, normalmente agrícolas, que fácilmente resultaron derrotadas por el Kuomintang. La insurgencia en las ciudades duró todavía menos, pues a excepción de Cantón donde los comunistas fusilaron a 100 nacionalistas, en el resto la situación fue controlada rápidamente por las tropas gubernamentales.
Por aquel entonces un miembro de segunda fila del Partido Comunista Chino, Mao Tse-Tung, había ideado una doctrina militar que le estaba aportando mucha fama: se trataba de presentar lucha en zonas montañosas y en el interior de la China profunda donde los campesinos y proletarios estaban hartos del Kuomintang, regiones desde las que realizaban ataques sorpresa con el fin de provocar todos los daños posibles y capturar el material necesario al enemigo para luego escapar de nuevo a las cordilleras; además todo el terreno arrebatado al enemigo se explotaba al máximo para estar siempre los guerrilleros suministrados. Aunque el estilo era muy similar al del general alemán del siglo XIX Karl Von Clausewitz, Mao redactó una obra explicando su táctica llamada De la Guerra, cosa que a los comunistas chinos les resultó muy útil.
Inesperadamente la suerte cambió para el Partido Comunista Chino el 1 de Agosto de 1927, pues la 24ª División del Kuomintang al mando del general Zhu De, se cambió de bando incorporándose a los comunistas en Nachang. La reacción de Chiang Kai-Shek fue aplastar la traición. Durante más de 600 kilómetros a través de la costa de China los sublevados sufrieron un fuerte hostigamiento por parte del Kuomintang, comenzando las tropas de Zhu De a enfermar de malaria, desmoralizarse, morir por heridas o bien desertar. La victoria de Chiang Kai-Shek se produjo con la toma de Beijing, que poco antes había caído en manos de la guerrilla, algo que coincidió con la derrota de los señores de la guerra al norte del país, lo que supuso para el Kuomintang el reconocimiento internacional por parte de potencias como Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos o Alemania, entre otras.
A partir de 1930 la Guerra Civil China sufrió una internacionalización del conflicto. Los comunistas de Mao Tse-Tung fueron apoyados con gran cantidad por suministros, alimentos y armas enviados por la Unión Soviética, además de dotarse una red de espionaje muy especializada con el veterano agente comunista alemán Richard Sorge que consiguió descifrar los códigos criptográficos del Kuomintang. Chiang Kai-Shek y el Kuomintang recibieron ayuda armamentística por parte de Francia, Estados Unidos y la Alemania de la República de Weimar.
Tras la retirada de las tropas de Mao de la Cordillera de Jinnggangshan, los comunistas adoptaron nuevas tácticas que castigaron continuamente a las tropas de Chinag Kai-Shek, las cuales consistían en hacer penetrar por amplios territorios a las tropas del Kuomintang, para que una vez estuvieran divididas, lanzarse al asalto en una rápida emboscada y retirarse rápidamente robando todo el equipo posible, acciones que de manera asombrosa minaron la moral de las tropas nacionalistas.
Grandes costes le estaba costando la lucha antipartisana al Kuomintang, por eso Chiang Kai-Shek decidió que lo mejor era sustituir la táctica de incursiones por otra en forma de grandes ofensivas. En 1930 se desató la primera ofensiva de Chiang Kai-Shek, aunque en un principio todo marchó bien, los comunistas vistieron a sus hombres con uniformes del Kuomintang, lo que produjo confusión entre las filas nacionalistas que acabó en la destrucción de la 5ª División y en la victoria de Mao. La segunda ofensiva resultó todavía peor para Chiang Kai-Shek, pues el V Ejército del Kuomintang fue destruido por los comunistas y la 53ª División puesta fuera de combate. Antes de que el Kuomintang se lanzase a la tercera ofensiva, un hecho venido desde Japón lo impediría.
Sorprendentemente el fin de las hostilidades entre el Kuomintang y los comunistas se produjo desde que Japón comenzó la invasión de Manchuria y el ataque sistemático a otros lugares de China. Durante la pequeña paz provisional el Ejército del Partido Comunista Chino pudo reorganizarse, mientras que el Ejército del Kuomintang se desangró luchando contra los japoneses. El incidente de Mukden que llevó a una paz temporal a la Guerra Civil China, se saldó con la independencia de Manchuria en 1932 como Estado títere de Japón.
Bibliografía:
Santiago Fuertes Bermúdez, La Guerra Civil China I Caída del Imperio, nacimiento de la Revolución, Revista Serga Nº48 (2007), p.14-24.
Santiago Fuertes Bermúdez, La Guerra Civil China II Caída del Imperio, nacimiento de la Revolución, Revista Serga Nº49 (2007), p.15-24.
José Martínez Carreras, El Polvorín Asiático. “La China del Kuomintang”, Ediciones Iberoamericanas Quorum (1986), p.12-29