La extraña sociedad secreta a la que pertenecen todos los presidentes de Estados Unidos desde 1872
Cada julio desde hace un siglo y medio, los hombres más ricos e influyentes del país se reúnen en el campamento Bohemian Grove en una pequeña localidad de California, en la que celebran ceremonias misteriosas entre fuertes medidas de seguridad
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Escritores como Mark Twain o Jack London; multimillonarios de leyenda como William Randolph Hearst o David Rockefeller; destacados políticos conservadores como Dick Cheney, Donald Rumsfeld o Henry Kissinger, y presidentes del Gobierno como Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y George Bush padre e hijo. Desde que se fundó en San Francisco en 1872, la exclusiva sociedad secreta del Club Bohemio ha contado entre sus miembros con los hombres más ricos, poderosos e influyentes de la historia de Estados Unidos. Y como posiblemente ya sospechen, entre ellos no hay ninguna mujer. Su ingreso está absolutamente prohibido.
En realidad, los orígenes de esta institución fueron mucho más modestos. Tal y como explica Robert Goodman en ‘Cien años de poder en la sombra: claves secretas de la historia’ (Robinbook, 2020), fue creada por un grupo de periodistas, artistas y músicos ante la necesidad de obtener fondos para financiar sus actividades culturales. Su primera sede fue un «edificio bohemio» de la calle Taylor de San Francisco, de ahí su nombre, pero pronto comenzaron a aceptar como socios a hombres de negocios y empresarios que aportaran el dinero que necesitaban para sus eventos.
Hoy en día, se ha transformado en una sociedad de multimillonarios elitistas que cada mes de julio se reúnen en el campamento del Bohemian Grove, un terreno de 11.000 metros cuadrados situado junto a la pequeña localidad de Monte Río, en el norte de California. En realidad se trata de un exclusivo bosque de secuoyas de mil años de antigüedad, al que de vez en cuando permiten la entrada a algunos conocidos artistas por su estatus social o su capacidad para entretener al resto.
Entre ese resto, a lo largo de este siglo y medio, se han encontrado todos los presidentes del Gobierno republicanos y muchos de los demócratas. Sin embargo, todo ha estado rodeado siempre de un gran secretismo y unas estrictas medidas de seguridad. Se cree que en la actualidad cuenta con unos 2.500 socios, aunque nunca se ha hecho público su número exacto ni sus nombres. Según contaba hace una década a la BBC Peter Phillips, profesor de la Universidad de Sonoma especializado en sociología política, la espera para convertirse en miembro del Club Bohemio puede alargarse entre 15 y 20 años y su cuota de entrada asciende a unos 25.000 dólares.
Nuevo orden mundial
Cuenta la leyenda que el Proyecto Manhattan, el mismo que condujo a la creación de la bomba atómica caída sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, tomó forma en el Bohemian Grove –como se conoce en inglés– durante una reunión celebrada tres años antes. Y que fue también ante los miembros de esta sociedad secreta donde Richard Nixon dio el discurso que le abrió la puerta a la presidencia en 1967. No han faltado tampoco numerosas teorías de la conspiración, alguna de las cuales tan difíciles de creer como que los «bohos», nombre por el que se conoce a sus socios, trabajan en secreto para establecer un nuevo orden mundial y celebran rituales paganos con connotaciones satánicas.
Su reunión anual comienza con un ritual llamado la «cremación de Case», que consiste en quemar una efigie de la mascota del club delante de una estatua de diez metros de alto de un dios con forma de búho, el cual simboliza la despreocupación y la liberalidad. Durante los días que pasan en el campamento, todo rodeado de una gran camaradería, sus socios actúan en varias obras de teatro y beben vinos caros. Anthony Sutton, editor de ‘Phoenix Leiter’, escribió en 1996 las siguientes palabras sobre las actividades del Club Bohemio:
«Hasta hace unos meses nuestros conocimientos del ‘Bohemian Grove’, ese escondite exclusivo de la élite para estadistas de Washington y personas prominentes, todas masculinas, eran mínimos. Interpretamos sus comportamientos como inmaduros, incluso vergonzosos, ya que actúan como adolescentes con problemas emocionales. Este lugar es donde Kissinger, Ford, Nixon, Bechtel, Bush, Cheney, Hoover y sus amigos vienen para relajarse y, si quieren comportarse como niños, es su privilegio porque están en una finca privada. No obstante, informaciones recientes podrían cambiar esta percepción.
Parece ser que sus actividades no solo incluyen emborracharse y drogarse, sino también participar en secuestros, violaciones, pedofilia, sodomía y asesinatos rituales. Cualquier investigación de estas denuncias está prohibida por la Ley de Seguridad Nacional de 1947. Durante décadas, ha habido rumores vagos de extrañas actividades en las zonas más apartadas de la finca. Informes fiables hablan de rituales druidas con personas que llevan ropa roja con capucha y desfilan y cantan al Gran Búho, delante de una pira funeraria de cadáveres».
«Esclavas mentales»
Los testimonios de denuncia sobre esta sociedad han ido mucho más allá en los últimos años, aunque muchos de ellos no hayan sido tomados en serio por las autoridades. En su libro de investigación ‘Trance-Formation of America‘, David Icke recogía el siguiente testimonio de Cathy O’Brien, una supuesta «esclava mental» del Club Bohemio obligada a satisfacer las perversiones de los socios. «Las de edad avanzada o aquellas cuya programación había fracasado eran asesinadas ritualmente en las zonas boscosas de la finca. Y yo presentí que pronto iba a terminar de manera similar».
Por su parte, el polémico periodista estadounidense Alex Jones, uno de los principales promotores de las teorías conspirativas en torno al Club Bohemio, logró grabar el que es el evento más controvertido del campamento, la conocida como ‘Quema de las Preocupaciones’. La ceremonia se celebra el primer fin de semana del campamento, de noche, frente a un pequeño lago. Un grupo de hombres con antorchas y vestidos con togas y capuchas prenden fuego a una efigie cubierta por un manto frente a la estatua gigante de un búho de más de 12 metros de altura.
Cuando el vídeo se hizo público, Icke advertía: «Estas son las personas que dirigen nuestro mundo. El presidente George W. Bush, igual que su padre y abuelo, va a las reuniones del Bohemian Grove, llegando pocos minutos después de filmar la ceremonia». En un comunicado, el Bohemian Club aseguró que tan solo se trataba de una representación teatral que simbolizaba el adiós a las preocupaciones diarias de los socios.
Origen: La extraña sociedad secreta a la que pertenecen todos los presidentes de Estados Unidos desde 1872