Los Supervivientes de la Masacre del Mercado de Alicante: Testimonios de una Tragedia Olvidada
Un Recuerdo Doloroso que Nunca Desaparece
Hasta hace poco, Juan Ortiz solía visitar la misma plaza donde, el 25 de mayo de 1938, sobrevivió al bombardeo más devastador de la Guerra Civil Española. Aquel día, la aviación franquista y nazi atacó el Mercado Central de Alicante, dejando un saldo de 300 muertos, más que en el famoso bombardeo de Guernica. Juan recuerda vívidamente aquel horror: sus intestinos colgando, su hermano herido en el suelo y su padre gritando desesperado en medio de las explosiones.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!La Masacre en el Mercado de Alicante: Un Evento Ignorado
«Parece que lo estoy viviendo ahora mismo», contaba Juan a ABC hace una década, refiriéndose a una masacre que nunca obtuvo la notoriedad de Guernica, a pesar de ser más letal. La diferencia radica en la falta de una obra como la de Picasso que inmortalizara la tragedia. Durante los 40 años de dictadura, este episodio quedó relegado al olvido, y la democracia tampoco hizo mucho por esclarecer los hechos.
Contexto Histórico: Una Ciudad Alejada del Frente
Juan tenía nueve años cuando ocurrió el bombardeo. Alicante, inicialmente alejada de los frentes de batalla, sufrió las consecuencias de la guerra con la llegada de refugiados, movilizaciones militares y dificultades económicas. El primer ataque aéreo sobre la ciudad ocurrió el 5 de noviembre de 1936, perpetrado por un hidroavión alemán. A partir de entonces, la frecuencia de los bombardeos aumentó.
Los Depósitos de Campsa y la Venganza Nazi
El 28 de noviembre de 1936, dieciséis aviones Junkers Ju 52/3 bombardearon los depósitos de Campsa en Alicante, en represalia por la ejecución de José Antonio Primo de Rivera. Este ataque, conocido como «el bombardeo de las ocho horas», provocó numerosos daños materiales. La brutalidad de estos ataques llevó a la población a huir hacia las zonas rurales, en un éxodo conocido como «la columna del miedo».
La Tragedia del 25 de Mayo de 1938
La mañana del 25 de mayo de 1938, sin previo aviso de las sirenas, nueve aviones lanzaron unas noventa bombas sobre Alicante. Juan, al salir corriendo hacia el mercado, vio a su padre intentar advertirle antes de ser alcanzado por una bomba. Este ataque, que también afectó a varias calles y plazas de la ciudad, dejó a la población sin tiempo para resguardarse, aumentando significativamente la cantidad de víctimas.
El Horror del Bombardeo: Testimonios de los Supervivientes
Juan recuerda haber perdido el conocimiento tras una explosión y despertarse con los intestinos colgando. Fue llevado al hospital junto a los muertos y, gracias a un conocido de la familia, recibió atención médica que le salvó la vida. La escena de una niña abrazada al cadáver de su madre y otros recuerdos igual de terribles permanecen en su memoria.
Consecuencias y Negación de los Hechos
La masacre dejó entre 236 y 313 muertos, superando a Guernica. Sin embargo, la falta de reconocimiento y la negación de las autoridades franquistas dificultaron el esclarecimiento de los hechos. La Comisión Investigadora Británica concluyó que el bombardeo no tenía justificación militar, y Franco, en declaraciones a The Times, negó que los bombardeos afectaran a la población civil, atribuyendo las bajas a la propaganda republicana.
Memoria y Resiliencia
A pesar del trauma, la familia de Juan decidió quedarse en Alicante. La guerra continuó, con más bombardeos que dejaron cientos de muertos y heridos. La resiliencia de Juan y su familia es un testimonio de la fortaleza humana frente a la adversidad. Su historia, y la de los otros supervivientes, es un recordatorio de la brutalidad de la guerra y la importancia de mantener viva la memoria histórica para evitar que tragedias similares se repitan.