28 abril, 2024

Segunda Guerra Mundial: El supuesto complot de dinamiteros españoles para matar a Hitler y Franco en Hendaya – Archivo ABC

Franco y Hitler, durante la entrevista en Hendaya en octubre de 1940
Franco y Hitler, durante la entrevista en Hendaya en octubre de 1940

ABC publicó en 1968 el relato del periodista ruso Víctor Alexandrov sobre un plan comunista para volar el tren donde se celebró la histórica entrevista

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Franco debió de leer con interés y quién sabe si con una medio sonrisa el relato de cómo unos dinamiteros quisieron matarle a él y a Adolf Hitler durante la entrevista que mantuvieron en Hendaya en octubre de 1940. El periodista ruso Victor Alexandrov así lo aseguró en 1968 en su libro sobre los servicios secretos de Stalin y ABC adquirió los derechos para publicar en España esta «página prácticamente desconocida» del histórico encuentro.

«¿Se sabe que el tren especial que conducía a Hitler a la frontera franco-española en octubre de 1940 debía ser dinamitado en la estación de Hendaya por comunistas españoles? Franco, el Caudillo de España, habría perecido también en el mismo atentado», aseguraba en aquel artículo el reportero ruso, que había investigado las operaciones secretas soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial.

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El organizador de esta operación, «que falló por poco», según Alexandrov, fue un ucraniano llamado Sacha G., titular de tres pasaportes, uno de ellos soviético, que había brujuleado por el mundo entero. «Este hombre fuera de serie fue sin duda uno de los pocos comunistas que colaboraron a partir de 1940 con los hermanos enemigos de la F.A.I. (Federación Anarquista Ibérica)», explicaba el periodista ruso en su obra, que se publicó en España al año siguiente con el título «O.S.1. La orquesta roja».

Según su relato, en octubre de 1940, un tal Hermann Isbutzky, miembro de las organizaciones secretas «Kent» en Bruselas y «Hilda» en Amsterdam, se detuvo ante el número 89 del Boulevard Haussmann de París. En una placa de mármol en el portal se anunciaba la sociedad Simex. Subió al tercer piso y escribió unas líneas en una hoja en blanco que le tendió una secretaria. Unos segundos después, le recibió un joven llamado André Katz, adjunto del famoso agente secreto soviético Leopold Trepper, alias «Gilbert», Mickler, «Otto»…

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Leopold Trepper+ info
Leopold Trepper

Tras ametrallar a preguntas a Isbutzky, quiso saber si hablaba español. El visitante tenía sobre sus hombros «algunos meses de guerra civil» y conocía la frontera de los Pirineos como la palma de su mano. Satisfecho, el secretario de la Simex le ofreció un cigarrillo antes de que Leopold Trepper entrara en la habitación.

«Tengo una misión delicada que confiarle, Isbutzky», le dijo entonces Katz y sacó de una carpeta una hoja con un mensaje descifrado que informaba sobre un futuro encuentro de Hitler con Franco en Hendaya. «Necesitamos un informe exacto sobre la entrevista», le encargaron. Con documentos a nombre de Rademacher, Isbutzky se haría pasar por representante de Simex y negociaría un contrato con la intendencia de la Wehrmacht.

El 21 de octubre de 1940, mientras el tren especial en el que viajaba Hitler atravesaba de incógnito Francia, Rademacher llegaba a Toulouse. Allí se reunió con Sacha, el representante de la Simex en Dax y quien le había arreglado sus documentos. Le acompañaba Francisco Sabaté Llopart. «Es el mejor dinamitero de la F.A.I. El Gobierno de Franco ha puesto su cabeza a precio», relató Alexandrov.

Un proyecto «demencial»

El proyecto de Sacha era «demencial». Harían volar a Hitler con una buena carga de dinamita. Sabaté tendría a su lado a cuatro dinamiteros españoles de la Resistencia de Tarbes. El asunto estaba en marcha. En una carreta de bueyes les esperaban dos de ellos que les llevaron junto a un camino donde les esperaba un coche. En el camino hacia Ascain, Sacha le detalló su plan.

El encuentro entre Franco y Hitler debía celebrarse el 23 de octubre, al mediodía. En una vía muerta, un tren de mercancías procedente de Bayona esperaría las formalidades de la aduana. Cuatro españoles disfrazados de ferroviarios aguardarían a que comenzara el banquete en el que se reunirían las delegaciones española y alemana y harían un cambio de agujas. Desengancharían la locomotora del tren de mercancías y ésta, cargada de dinamita, sería lanzada contra el tren «Erika» de Hitler. En medio de la confusión que seguiría al estallido, una docena de españoles de la F.A.I. rociarían con granadas el vagón del Führer. La guardia de honor y la Policía serían mantenidas a distancia durante toda la operación y las baterías antiaéreas y las ametralladoras del tren quedarían neutralizadas con explosivos.

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Hitler esperando la llegada del tren que conducía a Franco
Hitler esperando la llegada del tren que conducía a Franco

El 23 de octubre de 1940, el tren de Hitler entró en la estación de Hendaya con puntualidad germánica, entre fuertes medidas de seguridad. Pero el tren de Franco se retrasó y, según Alexandrov, obligó a los jefes de protocolo a alterar el horario previsto.

Tampoco para Sacha fueron las cosas como hubiera deseado. El periodista ruso explicó que había sido capturado en la frontera un contrabandista vasco con una carta comprometedora en la que se aludía a a la inminente intervención de los dinamiteros en Hendaya.

Si el tren de Franco se retrasó fue debido, en opinión de Alexandrov, a las draconianas medidas de seguridad impuestas por la Segunda Bis, los servicios de información y contrainformación militares españoles. Toda la región de Hendaya, en un perímetro de 10 kilómetros, quedó rodeada y agentes alemanes, franceses y españoles controlaron todos los movimientos. Todos los trenes, incluido el de mercancías del plan de Sacha, tuvieron que dejar libres las vías. Francisco y sus hombres no llegaron a colocar sus explosivos. El complot que contó Alexandrov se frustró en los primeros compases.

Despedida de Hitler y Franco en Hendaya+ info
Despedida de Hitler y Franco en Hendaya

No se sabe si Franco leyó aquel reportaje, pero sí que lo hizo Ramón Serrano Suñer. Ocho años después, en una serie de artículos que publicó ABC sobre el encuentro de Hendaya, criticó las «inexactitudes» que se repetían en la prensa y que se contaran «toda clase de disparates y fantasías» sobre aquel episodio histórico.

El exministro de Exteriores, que acompañó a Franco a la entrevista con Hitler, restó importancia al retraso del tren español ya que a su juicio era normal que quien la había convocado llegara antes que sus invitados y los esperase algunos minutos. En concreto, descalificó el artículo firmado por Alexandrov que insistía en la tardanza del tren, «con la novedad de combinarlo ahora con la noticia de que el tren donde nos reunimos en Hendaya estuvo a punto de ser volado por la acción de un grupo de dinamiteros y con otras manifestaciones igualmente falsas y absurdas».

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Origen: Segunda Guerra Mundial: El supuesto complot de dinamiteros españoles para matar a Hitler y Franco en Hendaya – Archivo ABC

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