Tres ANARQUISTAS de Gijón, ALFREDO DÍAZ GONZÁLEZ, MARCELINO OVIES CABO y JOSÉ TOURMAN ALVAREZ, FUSILADOS por franquistas en Gijón el 14 de Julio de 1938 | RecueRda RepúBlica, documento memoria
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Marcelino Ovies Cabo, 49 años, ebanista. Casado con María Luz García, tuvo varios hijos. Nacido en Avilés, vecino de Gijón, veterano luchador, durante mucho tiempo secretario general de la Federación Local de Sindicatos de la CNT. Estuvo encarcelado en Gijón en 1935 con otros dirigentes de la CNT. Al estallar la guerra el comité local de la CNT le encargó el reparto del pan en la Cocina Económica, después continuó con su trabajo de carpintería.
José Tourman Alvarez, 49 años, ebanista, natural de Gijón, casado con Consuelo García, tenía 2 hijas. Veterano de la CNT, encarcelado e incomunicado en Oviedo en 1918 y en 1921 sin acusación ni proceso. Exiliado en Francia, al comenzar la guerra, se trasladó a Gijón desde París. Fue consejero de Industria del gobierno de Asturias y León y secretario general del Sindicato de la Construcción de la CNT.
Alfredo Díaz González, 31 años, natural y vecino de Gijón, casado, tenía varios hijos. Trabajador de La Industria y Laviada, dirigente del Sindicato del Vidrio de la CNT. Durante la República, estuvo detenido en varias ocasiones. Tras la Revolución de Octubre de 1934 fue detenido en Gijón. Al estallar la guerra estuvo adscrito a la Consejería de Industria, y fue comisario político en un batallón de milicias.
A José Tourman le hicieron prisionero cuando trataba de huir de Gijón a bordo del Mont-Seny la noche del 20 de Octubre de 1937. Marcelino Ovies se había embarcado en el Gaviota, también fue capturado por la flotilla nazional de bloqueo. Alfredo Díaz fue detenido en Gijón, el 26 de Noviembre. Mala suerte tuvieron los tres.
El agente de Investigación y Vigilancia vecino de Gijón Juan Sánchez Pérez, declaró que Marcelino Ovies era un destacado y veterano dirigente de la CNT, que había “estado detenido infinidad de veces”. El juez no encontró a nadie que quisiera firmar una declaración acusatoria contra él. Un informe de la guardia civil calificaba a Alfredo Díaz de “indeseable en todos los conceptos para la Nueva España, un anarquista de alta escuela dirigente del grupo que atacaron los cuarteles”. Suposiciones que valían como pruebas. Un informe de orden público decía que José Tourman era uno de los anarquistas más peligrosos de la FAI. La declaración indagatoria no generó nada. Los testigos citados, el ingeniero industrial Alfredo Avello Menéndez y el arquitecto Manuel García no aportaron prueba acusatoria alguna.
En consejo de guerra celebrado en Gijón el 31 de Marzo de 1938 comparecieron 32 ciudadanos. Alfredo Díaz fue condenado a muerte por delito de rebelión militar. El 18 de Abril se celebraron 3 consejos de guerra que afectaron a 27 personas, José Tourman fue condenado a muerte. En el consejo de guerra del 27 la pena de muerte le tocó a Marcelino Ovies. No se practicó prueba alguna en ninguno de los juicios.
Sin embargo, ni Alfredo ni Tourman ni Ovies fueron ejecutados con los demás de su tanda. El 10 de Julio fusilaron en el paredón del cementerio de Ceares a 30 presos, y el día 20 fueron 32 los fusilados. Al Amanecer del 14 de Julio de 1938, los 3 hombres fueron atados por la muñecas, brazo con brazo, con alambres. En el autobús camino del cementerio pudieron ver la zanja de la fosa que cada día se alargaba unos metros más.
Les colocaron contra el paredón, hoy lleno de grietas y agujeros: 2 tiros a la cabeza y 3 al corazón, 15 fogonazos, 3 cuerpos sin vida se desplomaron y su sangre pintó la tierra. Unos labriegos cargaron en unas angarillas hasta la zanja los cuerpos de los que en vida habían sido Alfredo Díaz González, Marcelino Ovies Cabo y José Tourman Alvarez. Tres veteranos cenetistas de Gijón, que lo dieron todo en la lucha por un mundo mejor. Junto con tantos otros, combatieron por la Libertad y la Justicia Social, enfrentados a una patronal ayuna de toda preparación intelectual, y con un lastre de ideas regresivas que le impedía asomarse a la realidad del mundo nuevo en marcha.
¿De que mente retorcida saldría la idea de matarles juntos el día que se conmemora el triunfo de la Revolución francesa, la toma de la Bastilla, el día de la Libertad, la Fraternidad y la Igualdad? El enterado de franco se había recibido telefónicamente, no por correo ¿Quién sabe? Fue algo meditado y planeado. Los franquistas quisieron dejar claro que las bayonetas habían derrotado a la razón y la fuerza, a la justicia.
Si la clase política de este país tuviera un poco más de decencia y de sentido de la justicia, ya debería de haber figurado en la constitución de 1979 un apartado en el que se revocasen todas las sentencias dictadas por esos tribunales militares permanentes. Pero cuando 30 años después, las Cortes aprobaron la Ley de la Memoria Histórica, no creyeron conveniente incluir en su articulado la anulación de la que fue la obra más criminal del franquismo.