SEVILLA.- 159 kilómetros de Canal para abastecer la tierra de los señoritos andaluces. Una de las obras esclavistas más importantes del régimen franquista. La conocida infraestructura del Canal del Bajo Guadalquivir recibirá en pocas semanas, tras varios intentos de inauguración a causa del mal tiempo, la nomenclatura justa que merece para que sea reconocido como el verdadero “Canal de los Presos”. Esta señalización, como lugar de la Memoria de Andalucía, se incluye dentro de los 50 espacios reconocidos por la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía. Sin duda, un importante reconocimiento conseguido por la ardua tarea del grupo Recuperando la Historia Social de Andalucía del sindicato CGT, coordinado por Cecilio Gordillo.

¿Qué objetivo cumplía este Canal entre los grandes latifundios? Esta obra se consideraba una importante contrapartida a las clases altas que habían apoyado el golpe del 18 de julio de 1936. El catedrático, Premio Nacional de Historia, Antonio Miguel Bernal recuerda en el libro ‘Canal de los Presos’ (Crítica) que “lo que habían sido vastas extensiones de tierras de secano de escasa capacidad competitiva, se convirtió en una inmensa llanura de cultivos de regadíos con uno de los niveles de más alta productividad de la agricultura desarrollada en España y Europa en la segunda mitad del sigo XX”. Los beneficiarios tuvieron entrada gratuita de agua hasta el año 1986 por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Como renta, los propietarios de los cultivos alcanzaban una productividad hacia la tierra de casi un 300 por cien con respecto a su valor anterior.

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El historiador Daniel R.G así lo recuerda a Público. “El precio del agua se regula desde la ley de 1911, ampliada en 1933 pero que nunca especificó tarifa real, simplemente que se cobraría (sin especificar el cómo). No es hasta la ley de 1986 cuando se especifican las tarifas actuales que ofrece la web de la Confederación para este Canal”.

En cuanto a la lista de terratenientes no faltan las familias nobles de la época y que siguen siendo propietarias de grandes extensiones bañadas por el Canal como los Ybarra, los condes de Urquijo, la duquesa de Aracena o la familia Benjumea, fundadora de la actual compañía Abengoa, entre muchos otros.

Imagen del canal

Imagen del canal

2.000 presos esclavizados para su construcción

La mano de obra esclava, casi 2.000 presos, del régimen fueron los verdaderos artífices del Canal, a los que hoy se les rinde homenaje. Los penados participaron “con pico y pala” en su construcción. Mediante el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, fueron conducidos al conocido campo de concentración de los Merinales, en el término municipal de Dos Hermanas (Sevilla). Aquel espacio estaba lleno de barracones donde quedaban hacinados los trabajadores que cobraban de media dos pesetas mensuales. Otros subcampos, como el de La Corchuela, conformaban los campos del Bajo Guadalquivir, centrados en la “obligatoria construcción del Canal”, durante más de 23 años. Como bien señala Mari Villa Cuadrado en la investigación ‘Canal de los Presos’, “durante dos décadas, miles de hombres construyeron un canal para el bienestar social. Cada uno de los días de estos 23 años miles de hombres se preguntaban por qué y en nombre de quién estaban allí. Cuál había sido su delito”.

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En aquellos terribles circunstancias quedan también testimonios históricos como el de Alfonso Grosso, un niño entonces de una las localidades cercanas ,que vio en primera persona las durísimas condiciones de trabajo. “Dos mil hombres con turnos de día y turnos de noche. Recuerdo haberlos visto trabajar solo con taparrabos y custodiados por la Guardia Civil. Son cosas que no se olvidan. Al pasar con el tren camino a Málaga nos asomábamos a las ventanillas para mirarles. Una vez, un hombre que iba conmigo en el departamento dijo “Miren como trabajan los rojillos. Así aprenderán a no insultar a los señores”.

Señalización del canal de presos

Señalización del Canal de los Presos

Canal, lugar de la Memoria

La propuesta para señalar como Canal de los Presos, al oficial Canal del Bajo Guadalquivir, como “lugar de memoria de Andalucía” fue presentada por el grupo RMHSA de CGT Andalucía en el año 2011 y reiterada de nuevo en 2013. Sin embargo, no ha sido hasta la fecha actual cuando se va a ejecutar dicho acuerdo. 16 años después de iniciarse las investigaciones. Y es que, tal y como destaca el coordinador del grupo, Cecilio Gordillo a Público “se ha tardado demasiado. Lamentablemente han fallecido todos los presos que colaboraron en las investigaciones que se presentaron en 2002 en Sevilla y Barcelona y cuyos resultados se publicaron en 2004”.

La nueva cartelería de la Junta comenzará cubriendo cuatro de los siete puntos del paso de este Canal por la provincia de Sevilla. Las señales se ubicaran en puntos de Sevilla capital, Dos Hermanas , Los Palacios y Villafranca y Alcalá de Guadaira por parte de los responsables de la Dirección General de la Memoria Democrática.

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Una obra prevista desde hacía medio siglo

El Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas (SCPM) fue el organismo que gestionó la creación de esta obra faraónica que llevaba seis intentos de planes frustrados para su ejecución desde finales del siglo XIX. Su puesta en marcha se inició entre el otoño de 1939 y el invierno de 1940 y finalizaría en 1962.

El investigador Ángel del Río destaca que la Redención de Penas por el Trabajo en obras como el Canal “se ideó para solucionar el problema del hacinamiento de las cárceles que, en la primavera de 1939, albergaban a más de 250.000 presos políticos”.

La nueva indicación de la Junta no sustituirá la oficial del Canal del Bajo Guadalquivir para las administraciones. Gordillo apunta que “esta señal no significa cambiar el nombre oficial del Canal, que seguirá siendo el del Canal del bajo Guadalquivir, a pesar que otras instituciones (Guardia Civil, Iglesia e incluso algunos Ayuntamientos) ya lo denominen como Canal de los Presos».