Un nuevo estudio arroja luz sobre el misterio de la expedición Franklin: el naufragio caníbal donde murieron 128 personas
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Durante mucho tiempo, la causa de la muerte de los 128 miembros de la tripulación en la Expedición Franklin ha desconcertado a los investigadores, sin embargo, un nuevo estudio arroja algo de luz al evento acercándose un paso más a la verdad de lo que ocurrió hace más de 170 años.
Durante mucho tiempo, la causa de la muerte de los 128 miembros de la tripulación en la Expedición Franklin ha desconcertado a los investigadores, sin embargo, un nuevo estudio arroja algo de luz al evento acercándose un paso más a la verdad de lo que ocurrió hace más de 170 años.
El trabajo, publicado el pasado 23 de agosto en PLOS One, reveló que el envenenamiento por plomo, una de las causas anteriores y más populares, no jugó un papel fundamental en la muerte de los marineros. Los descubrimientos realizados a lo largo de los años han ayudado a reconstruir parcialmente cómo los miembros de la tripulación pudieron haber encontrado ese final prematuro.
Para entender la historia hay que retroceder al verano de 1845, cuando dos barcos británicos, el HMS Erebus y el HMS Terror, salieron de Greenhithe, Inglaterra, hacia América del Norte con la esperanza de encontrar el legendario Paso del Noroeste. Liderados por el experimentado explorador Sir John Franklin, los dos barcos y sus 134 hombres fueron conocidos como la Expedición Franklin.
El equipo comenzó su viaje abastecidos con alrededor de tres años de provisiones para todos, sin embargo, la ruta sería fatal. A los pocos meses del viaje, algunos de los hombres fueron dados de alta y enviados a sus hogares por enfermedad. Lo que le sucedió al resto de la tripulación sigue siendo un misterio casi 175 años después.
Al poco tiempo, el barco quedó varado en el hielo en Victoria Sound, ubicado en el Ártico canadiense. Allí, aparentemente en medio de la nada, los miembros de la tripulación fueron pereciendo uno a uno.
Se encontraron algunas pistas poco después del desastre. En 1850 dieron con tres tumbas de marineros de la Expedición Franklin, y en 1854 el explorador escocés John Rae se encontró con residentes de los inuit que tenían en su poder algunas pertenencias de los miembros de la tripulación.
Además, también informaron a Rae de montones de huesos humanos encontrados en la zona, lo que llevó a la idea de que los hombres de Franklin probablemente recurrieron al canibalismo en sus últimos días desesperados.
Quizás el hallazgo más innovador en el caso de la Expedición Franklin fue el descubrimiento de un miembro de la tripulación excepcionalmente bien conservado, John Torrington. Lo encontraron en 1984, y su cuerpo estaba perfectamente momificado.
Después de analizar las muestras de huesos y tejidos, descubrieron que había niveles fatales de plomo en su sistema, posiblemente debido a que las tripulaciones tenían un suministro de alimentos enlatados de forma muy pobre.
Lo cierto es que estudios previos de muestras de huesos, pelo y tejidos de los cuerpos recuperados de los tripulantes revelaron que murieron por una amplia gama de causas, pero la intoxicación por plomo, en particular, parecía ser una de las principales causas.
Finalmente, el estudio recientemente publicado ha demostrado que esta teoría, creída durante mucho tiempo, es en su mayoría falsa. El equipo de investigadores formó tres hipótesis para probar la teoría del envenenamiento por plomo.
Todas postulaban que si la intoxicación por plomo era realmente la principal causa de muerte, los marineros que vivieran más tiempo tendrían cantidades mayores de plomo en sus sistemas, huesos, tejidos, y además en cantidades más altas que aquellos en la expedición que murieron antes.
Para probarlo, utilizaron imágenes de rayos X de los huesos y descubrieron que los niveles de plomo en ellos no respaldaban la primera y la tercera hipótesis, y solo apoyaban parcialmente la segunda. Por tanto, el envenenamiento con plomo no se podía considerar como la principal causa de muerte en los marineros de la expedición.
Para Tamara Varney, miembro del departamento de antropología de la Universidad de Lakehead y parte del equipo de investigación del estudio:
Aunque la segunda teoría tenía cierto respaldo, no era definitiva. No fue realmente consistente. Hubo una estructura ósea cercana al momento de la muerte que definitivamente mostró exposición al plomo. Pero luego hubo un número igual que no mostró exposición al plomo. Así que incluso eso no respalda por completo la idea de que estaban absorbiendo una gran cantidad de plomo hacia el final de sus vidas.
No obstante, a pesar de que se ha descartado el envenenamiento por plomo, los investigadores aún no tienen claro qué mató al resto de los hombres. Según Varney:
Sospecho que sus problemas probablemente se multiplicaron con el paso del tiempo. Su comida habría sido limitada, por lo que se hubieran estado muriendo de hambre. Tendrían deficiencias nutricionales. Y cualquier problema de salud que hubieran tenido al entrar en la expedición, que tal vez no era un problema en ese momento, me imagino que con el tiempo se habría ampliado y manifestado más.
No fue el plomo, poniendo fin así a la teoría más popular, aunque el misterio sobre cómo perdieron la vida sigue siendo una incógnita para todos. [Smithsonian, Wikipedia, ScienceDirect]