Von Stauffenberg, el militar nazi que casi mata a Hitler en pleno Holocausto
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Corría el 20 de julio de 1944 cuando, en la conocida como «Guarida del lobo» (uno de los cuarteles generales de Führer ubicado en Prusia), y durante una reunión de suma importancia, una bomba estallaba a los pies de Adolf Hitler. La endiablada suerte del dictador hizo que no sufriera más que unos rasguños. La operación «Valkiria», uno de los intentos de acabar con la Segunda Guerra Mundial asesinando a su instigador, había fallado. Con todo, y a pesar del fracaso, fue tan importante que hasta Angela Merkel quiso recordar en 2014 a los héroes que, aquel día, trataron de combatir al nazismo desde el interior.
«No hay obediencia incondicional, sino que cada uno debe actuar de acuerdo con su conciencia», fueron las palabras que la canciller alemana pronunció en honor del que fue el cabecilla del golpe, el coronel del Estado Mayor Claus Schenk von Stauffenberg. Este oficial alemán, antiguo seguidor de Hitler, se encontraba en aquellos momentos hastiado por todo el daño que la Segunda Guerra Mundial estaba haciendo a su país. Por ello, no lo dudó y organizó una operación para acabar con el dictador en pleno Holocausto y la Segunda Guerra Mundial en uno de sus peores momentos.
Concretamente, von Stauffenberg aprovechó que aquel día Hitler iba a dar una conferencia en el búnker subterráneo de la «Guarida del Lobo» (en la que iba a tratar el estado de sus tropas y el devenir de la contienda) para organizar un plan sencillo pero efectivo. Sin levantar sospechas, se adentraría en el edificio como un asistente más, se acercaría lo más posible al líder nazi y, posteriormente, le dejaría a sus pies un «regalito» antes de marcharse: dos artefactos explosivos que acabarían con su vida. A su vez, las gruesas paredes del lugar agravarían la onda expansiva y asesinarían a todo los seguidores de la esvástica que se hallaran por allí cerca.
Antes de comenzar la reunión, Von Stauffenberg se excusó y acudió a una sala privada en la que pretendía preparar los explosivos. Sin embargo, finalmente sólo pudo disponer uno, pues fue interrumpido por un compañero que le informó de que le esperaban en la sala para comenzar la reunión. El segundo revés a la operación había llegado, pero nada iba a detener a este golpista. Así pues, cuando entró en el salón, se sentó a menos de un metro de Hitler y ubicó bajo la mesa su maleta «sorpresa». Al poco, salió del complejo afirmando que tenía que atender una llamada telefónica, aunque lo que pretendía era huir del lugar y viajar a Berlín para, después de la muerte del dictador, organizar el nuevo estado alemán.
Instantes después, una explosión retumbó mientras Von Stauffenberg se alejaba pensando que el plan se había cumplido a la perfección. Craso error. Y es que, la fortuna quiso que la mesa bajo la que estaba la bomba hiciera las veces de escudo para Hitler, que únicamente tuvo que lamentar algunas heridas y quemaduras. A pesar de que la estancia fue reducida a cenizas y habían muerto varias soldados, el Führer se había salvado. Ese mismo día, el líder golpista y sus seguidores fueron detenidos y fusilados. La operación «Valkiria» había fracasado.
Hace cinco años, la canciller alemana rindió un sentido homenaje a von Stauffenberg y sus seguidores, subrayando que de aquella etapa dominada por el terror se pueden aprender varias lecciones. Una de ellas es «la gran importancia» que tiene tomar decisiones en conciencia «tanto en la democracia parlamentaria como en el Ejército». A su vez, Merkel inaugurará el próximo martes una nueva exposición permanente en Berlín en recuerdo de las actividades de la resistencia frente al nazismo, una exhibición que tratará de transmitir la importancia que tuvieron en la historia las «personas que, en una situación extremadamente difícil, tomaron una decisión en conciencia» por encima de una lealtad incondicional.
Origen: Von Stauffenberg, el militar nazi que casi mata a Hitler en pleno Holocausto