¿Y si Hitler sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial? . El Correo
La pregunta ha sobrevolado desde 1945: ¿Hitler sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial? La historia oficial afirma que se suicidó de un tiro en la sien en su búnker de la cancillería de Berlín el 30 de abril de aquel año, cuando las tropas soviéticas ya llamaban a su puerta. Sin embargo, siempre ha existido una tendencia a abonarse a hipótesis sobre confabulaciones que propiciaron su huida. Sobre ellas se han escrito millones de líneas en libros, periódicos o formatos digitales, casi siempre sin sustentarse en prueba alguna. Sin embargo, el interés nunca ha decaído. Es más, este tema vuelve a la actualidad cada vez que se publica un nuevo trabajo bibliográfico o se rueda otro documental.
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Investigadores de todo tipo o perfil han tratado de dar una respuesta definitiva a una de las grandes dudas de la historia. Ninguno lo ha conseguido de forma empírica. Sin embargo, han sido muchos los que están convencidos de que el Führer simuló su muerte para huir realmente a Sudamérica –Argentina, Colombia, Paraguay o Brasil–, donde vivió en secreto al amparo de las dictaduras locales. Allí esperó plácidamente su muerte por causas naturales.
Recientemente, las teorías confabulatorias han sido de nuevo reflotadas. Sobre todo desde que, a principios de 2014, el FBI desclasificó cerca de ochocientos documentos confidenciales que especulan con que, según los que han tenido acceso a ellos, Hitler escapó poco antes de la caída definitiva de Alemania.
Es más, J. Edgar Hoover, histórico director de la oficina federal de seguridad norteamericana, siempre mantuvo que el ejército estadounidense nunca llegó a localizar el cadáver del dictador nazi y que se carecía de fuentes fiables y de pruebas fehacientes que demostraran su muerte.
Casi de forma paralela, los forenses de la Universidad de Connecticut evidenciaron que el cráneo que durante años se creía era el del líder del Tercer Reich realmente pertenece a una mujer de entre 20 y 40 años. Esta afirmación se ha publicado tras el análisis de restos óseos almacenados en Moscú.
Al parecer, habían sido recogidos por los rusos en las inmediaciones del búnker y los doctores del Kremlin certificaron su autenticidad tras analizar la dentadura del fundador del nacional socialismo gracias a unas radiografías aportadas por su dentista. Sin embargo, ahora se sabe que los fragmentos eran de otra persona, aunque ello no signifique que el genocida pudiera escapar.
Literatura y cine
Los escritores que han dedicado especial atención a la Segunda Guerra Mundial se han mostrado muy promiscuos a la hora de analizar la muerte de Hitler. Por tanto, la literatura sobre el tema es amplia, sobre todo de la mano de autores argentinos.
La primera obra en castellano de la que se tiene constancia fue escrita en 1947 por el albiceleste Ladislao Zsabo, que especuló sobre la huida del führer a la Antártida en su libro ‘Hitler está vivo’. En aquella época había quien a la Patagonia la identificaba con la Antártida.
El periodista Juan Salinas y el escritor Carlos de Napoli, también albicelestes, investigaron la presencia de numerosos sumergibles nazis en la costa suratlántica del país. Su trabajo se plasmó en el libro ‘Ultramar sur’, de 2002, y contempla a los llamados ‘submarinos fantasmas de Hitler’, en los que supuestamente el criminal llegó al cono sur.
Su compatriota Pablo Allegritti publicó en 2015 ‘Hitler sigue vivo’, donde mantiene que el nazismo no terminó con la caída del Tercer Reich. Según él, la ‘Operación Paperclip’ propició que un gran número de científicos nazis fueran incorporados a distintos proyectos oficiales de investigación y desarrollo en Estados Unidos.
El asimismo argentino Julio B. Mutti pormenoriza en ‘Los verdaderos últimos días de la Segunda Guerra Mundial’, de 2016, sobre la llegada de submarinos alemanes a Patagonia durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, el alemán Erich Kempka, uno de los tres miembros de las SS que supuestamente hicieron desaparecer su cadáver, escribió sus memorias en 1951, bajo el título ‘Yo quemé a Hitler’, obra que recoge testimonios contradictorios y parciales.
El libro del británico Robert Harris‘Selling Hitler: The story of the Hitler diarious’, publicado en 1986 pero reeditado en varias ocasiones, habla de la polémica identificación del cadáver del Führer. Su éxito fue tal que incluso generó en 1991 una serie de televisión de cinco capítulos.
En numerosas ocasiones, la industria cinematográfica ha plasmado en la gran pantalla la controversia sobre el final de Hitler. La película ‘El hundimiento’ narra quirúrgicamente lo que de manera oficial se acepta como los últimos momentos del jerarca del Tercer Reich.
En el mundo documental se han realizado muchos trabajos sobre este tema tan comprometido. Es consistente el titulado ‘La huida de Hitler’, realizado por Canal Historia.
La misma cadena emitió a finales de 2015 la serie de ocho capítulos ‘Persiguiendo a Hitler’, dirigida por el investigador Bob Baer, que fue agente de la CIA durante veintiún años, y el especialista en crímenes de guerra John Cencich. Este estudio está basado en los documentos del FBI desclasificados un año antes.
Robert Harris, ya citado con anterioridad, lanzó al mercado en 1992 la novela ‘Patria’, una obra ucrónica ambientada en 1964 en una Alemania aún gobernada por Hitler después de que los nazis derrotaran a la URSS y Gran Bretaña, convirtiéndose en una superpotencia aliada de Estados Unidos para combatir el comunismo.
Su éxito propició que, dos años más tarde de la publicación del libro, la cadena de televisión norteamericana HBO produjera una adaptación al cine protagonizada por Rutger Hauer y Miranda Richardson.
El pasado año, en clave de comedia, se estrenó la sátira ‘Ha vuelto’ (‘Look who’s back’), adaptación cinematrográfica del best seller de mismo título escrito por Timur Vermes. El autor y la película especulan con qué ocurriría si el dictador resucitara en la actualidad, sin conocimiento de lo ocurrido desde la Segunda Guerra Mundial.
Como anécdota cabe destacar que hasta en un capítulo de ‘Los Simpsons’ aparece un Hitler anciano que reside en Argentina. Se dice que, tras las guerra, unos 250.000 nazis lograron escapar. Entre ellos, personajes como Joseph Mengele o Otto Adolf Eichmann. ¿Por qué no Hitler?
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