23 noviembre, 2024

Curiosidades históricas sorprendentes: los pedos en el mito y la leyenda

Llaman la atención, imponen el silencio en ambientes ruidosos y han sido asociados con manifestaciones de los dioses durante miles de años.

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Llaman la atención, imponen el silencio en ambientes ruidosos y han sido asociados con manifestaciones de los dioses durante miles de años. De hecho, se han diseñado rituales enteramente en torno a ellos. Son los pedos. ¿Puede creerlo?

Durante varios miles de años, los antepasados del pueblo Innu (o Montagnais) han estado habitando el nordeste de la que hoy son la provincia de Quebec y parte del este de Labrador, conformando un territorio conocido como Nitassinan (“Nuestra Tierra”). La estudiosa Marie Wadden, en su libro de 1991 The Innu Struggle to Reclaim Their Homeland (“La lucha de los Innu por recuperar su tierra”) nos dice de ellos: “el pueblo cazaba alces, caribúes, ciervos y presas más pequeñas, y también cultivaban y pescaban.”

Davis Inlet, agosto de 1903. Comerciantes Innu se reúnen en el exterior de un establecimiento de la Compañía de la Bahía de Hudson situado en Davis Inlet, Labrador. Public License.

Davis Inlet, agosto de 1903. Comerciantes Innu se reúnen en el exterior de un establecimiento de la Compañía de la Bahía de Hudson situado en Davis Inlet, Labrador. Public License.

Matshishkapeu, el dios de los pedos

La lengua conocida como Innu, forma parte del grupo de lenguas ‘Cree’, y el pueblo del mismo nombre adoraba a una serie de dioses de la caza y de los animales a un tiempo, venerando además a los espíritus de los animales. En 1987, el investigador Peter Armitage escribió “La ideología religiosa entre los Innu de Quebec oriental y Labrador”, donde estudiaba al dios Innu “Matshishkapeu”, comentando sobre su “omnipresencia inusual” que es algo que lo convierte en un ser mitológico especialmente único: “Él está en todas partes, tanto dentro de la tienda como fuera; Él está siempre contigo, no importa a dónde viajes.”

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Aunque Matshishkapeu estaba en todas partes, era mejor conocido por los Innu como “el dios de los pedos”, y este “espíritu anal conversaba con los Innu con gran frecuencia”, especialmente mientras cazaban, preparaban trampas, pescaban y recolectaban. (Armitage, 1987). Matshishkapeu era un dios humorístico, y sus “apariciones” eran un importante motivo de risas para los Innu cuando éstos se enfrentaban a una actividad peligrosa para la vida como es la caza, aunque este dios también era considerado uno de los espíritus más poderosos, capaz de controlar al “Amo de los Caribúes, así como a los seres humanos”.

La leyenda de Matshishkapeu (Dominio público)

La leyenda de Matshishkapeu (Dominio público)

Matshishkapeu (literalmente el “Hombre Pedo”) era el espíritu más poderoso del mundo Innu, y a menudo rugía cuando “El Amo de los Caribúes se negaba a dar a los Innu caribú para comer.” El experto B. C. Gordon escribió en el año 2003 Rangifer and Man: An ancient relationship (“Caribú y hombre: una antigua relación”), observando que dentro de los mitos Innu, Matshishkapeu “maldijo al Amo de los Caribúes con estreñimiento y luego lo curó de su dolencia.” Por otra parte, Armitage señalaba en su artículo de 1987 que “las declaraciones de Matshishkapeu son por lo general crípticas,” según dijo “un cazador Innu.” Los mitos y leyendas del pueblo Innu afirman que “tienes que concentrarte mucho para entender lo que se está diciendo”, pero también que “hasta el último pedo”, sin importar cuán glorioso o humilde fuera, era Matshishkapeu dando un mensaje importante. Un repentino estruendo sin previo aviso requería una traducción inmediata, y los pedos por sorpresa, liberados en un momento inadecuado, interrumpían la tranquilidad de la vida en el poblado, por lo que se llamaba a un intérprete especialista en estas lides para que interrogara a todos los testigos y se supiera qué estaban diciendo aquellos pedos.

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Danza Iñupiat cerca de Nome, Alaska, 1900, en la que se hacen ofrendas al dios de los pedos.

Danza Iñupiat cerca de Nome, Alaska, 1900, en la que se hacen ofrendas al dios de los pedos.

Los pedos en la antigüedad

Pitágoras creía que el alma (pneuma) era aire, y al estar los pedos formados en cierto modo por aire, mientras se peleaba con la mecánica de la trigonometría el filósofo meditaba también si un individuo podría ejercer la fuerza suficiente como para “peer su alma fuera del cuerpo”. Los antiguos orígenes del “temor a los pedos” se comprenden mejor si consideramos que varias guerras habrían sido provocadas directamente por los pedos. En el Libro II, Capítulo XI, de la obra de Josefo Guerras de los judíos leemos que fue “un pedo que se presentó fortuitamente” lo que desencadenó toda una serie de acontecimientos que condujeron a la rebelión contra el rey Apries de Egipto en el siglo VI a. C. Citamos otro caso mencionado por Josefo: “un soldado romano irreverente se bajó los pantalones, se inclinó hacia adelante y ‘habló las palabras que cabría esperar de dicha postura.’” Un silencio cortante se extendió entonces por Jerusalén, y al haberse producido este imprevisto incidente poco antes de la Pascua, estalló una revuelta para capturar al autor de la afrenta: “Esto condujo a la muerte de más de 10.000 personas,” señala el autor.

Busto del desafortunado rey Apries de Egipto (siglo VI a. C.) expuesto en el Museo del Louvre de París, Francia. ¿Podría este faraón haber imaginado que un pedo inoportuno estaría a punto de destronarlo? (CC by SA 3.0)

Busto del desafortunado rey Apries de Egipto (siglo VI a. C.) expuesto en el Museo del Louvre de París, Francia. ¿Podría este faraón haber imaginado que un pedo inoportuno estaría a punto de destronarlo? (CC by SA 3.0)

Curiosamente, el que es considerado por muchos historiadores el chiste más antiguo del mundo está relacionado con los pedos. Un antiguo proverbio sumerio datado en torno al 1900 a. C. dice así: “Algo que nunca ha ocurrido desde tiempos inmemoriales; una mujer joven que no se tiró un pedo en el regazo de su marido.” El historiador Robert Bartlett publicaba en el año 2000 England Under the Norman and Angevin Kings, 1075-1225 (“Inglaterra bajo los reyes normandos y angevinos, 1075-1225”), un libro en el cual Bartlett cuenta la historia de Roland le Sarcere, también conocido como Roland el Pedorro. Este juglar de la corte del rey Enrique II de Inglaterra realizó un famoso baile que terminó con la ejecución de “un salto, un silbido y un pedo.” Por sus logros anales, Roland fue recompensado con una mansión en Suffolk con 40 hectáreas de terreno. El pedo de Roland fue tan celebrado que cronistas posteriores repitieron su historia y ampliaron su biografía, “en un proceso que extendió inadvertidamente su vida hasta los 120 años.”

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Imagen de portada: Detalle del Rollo He-Gassen. Batalla de pedos, 1864 (dominio público)

Autor: Ashley Cowie

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Origen: Curiosidades históricas sorprendentes: los pedos en el mito y la leyenda

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