25 abril, 2024

De héroe paracaidista de Hitler a superestrella del fútbol tras la Segunda Guerra Mundial – Archivo ABC

Paracaidista alemán - ABC
Paracaidista alemán – ABC

Bert Trautmann defendió durante quince años la portería del Manchester City, aunque su pasado nazi hizo que no fuese llamado jamás por su selección nacional

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Fallschirmjäger’. El nombre imposible de los paracaidistas alemanes resonó por los campos de batalla durante toda la Segunda Guerra Mundial. De Carentan –en Normandía– a Montecassino –el famoso monasterio italiano–, los Aliados padecieron los sinsabores de lo que suponía tener en frente a unas de las tropas mejor entrenadas de Adolf Hitler. «Son fuerzas de temerario valor, heroicas y disciplinadas», escribía ABC en 1941, durante la invasión de Creta. Cierto es que no rezumaban ideología nazi, pero también lo es que no dejaban de ser las unidades de élite del Tercer Reich y que su líder último era el ‘Führer’.

Por eso sorprende que un tal Bert Trautmann consiguiese el hito de convertirse en jugador del Manchester City tras haber militado en los ‘Fallschirmjäger’ durante la Segunda Guerra Mundial.

Más aún cuando a Inglaterra todavía le escocían los bombardeos lanzados sobre Londres –el llamado ‘blitz’– y, algo más atrás en el tiempo, la evacuación de Dunkerque en 1940. Pero este germano arquetípico –alto, pelo rubio y ojos azules– no solo consiguió dar el salto al futbol profesional, sino también ganarse el corazón de los ‘blues’. Las amenazas iniciales pronto tornaron en aplausos y el odio en devoción durante los 15 años que estuvo en activo.

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Paracaidista nazi

Si alguna vez se rodara una película sobre su vida, esta comenzaría en Bremen. Cuentan los autores de ‘The legends of Manchester City’ en su obra que fue allí donde vino al mundo el 23 de octubre de 1923. Ya por entonces practicaba el noble arte del balompié, aunque lo hacía como delantero. A los diez años se unió a las Juventudes Hitlerianas. «A esa edad solo quieres aventuras. Era una organización como los ‘Boy Scouts’. Era divertido, hacíamos mucho deporte. Decir que tan pequeño eres un nazi es una tontería, el adoctrinamiento venía mucho después», explicó en una entrevista en la década de los noventa.

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El oficio con el que buscó ganarse la vida fue el de mecánico, y le fue bien. Tanto, como para alistarse en la ‘Luftwaffe’, la fuerza aérea germana, en 1941 para hacerse cargo de los aviones. Aunque su complexión física y la escasez de soldados hicieron que no tardara en pasar a los ‘Fallschirmjäger’. Dentro de la maquinaria de destrucción del Reich, Bert Trautmann participó en la ‘Operación Barbarroja’, el plan maestro de Hitler para hacerse con la Unión Soviética. La realidad, sin embargo, le dio una bofetada cuando vio a los ‘Escuadrones de la Muerte’ de su país asesinar a miles y miles de hombres, mujeres y niños. «Si no hubiese sido tan joven, me habría suicidado», desveló tiempo después.

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La vida de ese chaval de menos de una veintena de primaveras cambió para siempre después de que los británicos le capturaran en el frente occidental durante los estertores de la Segunda Guerra Mundial. Los ingleses le llevaron a un campo de concentración en Lancashire, y fue allí donde comenzó la historia de amor con su tierra adoptiva un 9 de abril de 1945. Entre las alambradas empezó a jugar de nuevo al fútbol; como delantero, eso sí. Al menos, hasta que se lesionó y se puso bajo los palos para rebajar la exigencia física. Ya nunca dejó la portería.

Más inglés que la reina

No debía dársele mal, pues pasó al equipo de St. Helens Town como ‘amateur’. De ahí, al estrellato. El 7 de octubre de 1949, el antiguo ‘Fallschirmjäger’ firmó por el Manchester City cuando un ojeador le recomendó ante la plana mayor del equipo. Y apenas un año después ya era profesional a un precio de 550 libras esterlinas. Alto, fuerte y con los reflejos de un gato, el bueno de Trautmann era una joven promesa, pero también alemán. «El club recibió muchas cartas hostiles. Los aficionados amenazaron con que quemarían sus pases de temporada y nunca volvería al estadio si debutaba», explican los expertos en su obra.

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Para más desgracia, su carrera arrancó con un traspiés de 3 a 0 frente al Bolton. Aquello fue la excepción que confirmó la regla ya que, a partir de entonces, fue una pieza clave del equipo. Durante seis temporadas –de 1950 a 1955– solo se perdió cinco partidos. Las paradas hicieron olvidar pronto su pasado y le permitieron hacerse un hueco en los diarios de todo el mundo. Uno de ellos fue ABC donde, el 18 de mayo de 1952, el redactor hizo referencia a él durante la previa de un encuentro contra el Sevilla. «Ya han llegado los jugadores del Manchester City. No todos son ingleses, pues su portero, Trautmann, es alemán. De él se cuentan grandes cosas. Se dice y no se acaba…».

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A pesar de que la noticia no superaba las dos columnas, ABC dedicó varias líneas para dejar constancia de la historia de Trautmann.

«El guardameta Trautmann es el más popular de las Islas inglesas. Fue movilizado en la pasada guerra con diecisiete años. Era paracaidista. Cayó herido en el frente de Rusia. Es agilísimo. Su especialidad es la ‘palomita’. No se olvide que fue paracaidista… Como prisionero de guerra estuvo en Inglaterra. Practicó el fútbol y al quedar libre los técnicos del Manchester lo ficharon. Antes no lo había querido el Everton. Pronto este gran portero se hizo famoso. Y con su gran actuación logró que el Manchester City volviera a la primera división, de la que había descendido en la temporada 1949-1950».

Si ya era reconocido, su actuación durante la FA Cup de 1956 le convirtió en un héroe de los ‘blues’. Aquella jornada, y nada menos que ante 100.000 personas, Trautmann se arrojó contra los pies del delantero del Birmingham CityPeter Murphy. El golpe le fracturó una vértebra del cuello. Con todo, siguió en el campo y realizó dos paradas clave. Años después, cuando le preguntaron si recordaba los minutos finales del encuentro, respondió que no. Solo tenía en la mente la niebla que le generó en la vista el dolor. Permaneció siete meses fuera de los terrenos de juego, pero fue recibido con más cariño aún en su regreso.

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El antiguo paracaidista jugó durante una década y media en los ‘blues’. Récord solo superado por tres jugadores. En total, 545 partidos. Colgó los guantes en 1964 arropado por casi 50.000 personas. «Ha anunciado su retirada Bert Trautmann, que durante quince años defendió la puerta del Manchester City. Es alemán», explicaba ABC. Su mayor tragedia personal fue no poder defender los colores de su selección nacional, que jamás le llamó por su pasado a las órdenes de Adolf Hitler. Nada que ver con el cariño que recibió en su equipo, donde los homenajes se generalizaron hasta que falleció el 19 de julio de 2013.

Origen: De héroe paracaidista de Hitler a superestrella del fútbol tras la Segunda Guerra Mundial – Archivo ABC

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