Descubren los secretos del maestro samurái más letal para aplastar a sus enemigos
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!El intérprete Eric Shahan ha traducido un texto del siglo XVII en el que los alumnos de Ito Ittosai recogen las enseñanzas de su profesor, un guerrero que obtuvo la victoria en 33 combates singulares
La gran y la pequeña pantalla nos han hecho creer que conocemos la cultura de los samuráis. La realidad, sin embargo, es que poco sabemos de estos soldados más allá de la imagen idílica que les muestra como una suerte de caballeros andantes rebosantes de honor y valor. Independientemente de que esta instantánea sea o no real (un tema que trataremos a fondo el próximo lunes), esta misma semana hemos podido descubrir un poquito más sobre su entrenamiento y sus costumbres gracias a Eric Shahan.
Este traductor especializado en el mundo nipón ha conseguido descifrar un manuscrito del siglo XVII en el que se explican los secretos de un maestro samurái para llevar a sus alumnos hasta la victoria. Shahan, que tiene una amplia trayectoria como intérprete de tratados de artes marciales, es además cinturón negro de Kobudo (disciplina en la que se estudia el uso de armas tradicionales de madera y metal) y un gran interesado en la historia de los soldados del país del sol naciente.
Tal y como ha desvelado la revista especializada «Live Science» en su versión telemática, el texto traducido se llama «Doce reglas de la espada» y fue elaborado por los discípulos del maestro Ito Ittosai en el siglo XVII. Nacido alrededor de 1560, este experimentado guerrero (obtuvo 33 victorias en duelos individuales durante su vida) regentó una escuela en la que extendió sus enseñanzas entre sus alumnos hasta que falleció a los noventa años. Aunque no las dejó por escrito, los descendientes de sus pupilos las recopilaron décadas después y las pusieron sobre blanco para que no cayeran en el olvido.
Reglas de combate
La primera norma que el maestro Ittosai enseñaba a sus alumnos era que debían guiarse por los «ojos del corazón». Según la traducción de Shahan, implicaba «no mirar a tu oponente con los ojos, sino con tu espíritu». «Si miras con tus ojos puedes distraerte, sin embargo, si lo haces con tu mente permaneces concentrado», afirma el texto.
El experto, no obstante, considera que no deberíamos entender estas palabras de forma literal. En sus palabras, lo que el maestro trataba de enseñar es que «se reacciona mucho más rápido ante una amenaza si tienes visión periférica y no te centras en un punto concreto» como la espada de tu contrincante.
«Mirar directamente al arma, registrar conscientemente un movimiento y luego intentar responder no suele terminar bien en un duelo de espada. Buscaba que el cuerpo reaccionase de forma inconsciente al ataque del enemigo», explica Shahan. Mediante la técnica de Ittosai, el guerrero ganaba agilidad y rapidez hasta tal punto que, según el traductor, no sería extraño que los profanos en el arte del combate creyeran que sus alumnos tenían poderes sobrenaturales.
Otra de las reglas más destacadas era no tener un «corazón de zorro». Con la misma, Ittosai buscaba que sus discípulos no fueran demasiado cautelosos, pues era algo que «podía hacer que los matasen». «Los zorros, en lugar de huir del cazador en una dirección, se detienen aquí y allá para comprobar qué hay detrás de ellos. Durante una de estas paradas, el cazador puede matarles. La lección aquí es que un exceso de precaución te puede llevar a la muerte», se lee en el texto.
Shahan hace su propia interpretación de esta norma. Según su creencia, lo que Ittosai intentaba transmitir era que, si un samurái dudaba, «el oponente elegiría ese momento para atacar».«Por lo tanto, lo esencial era que eliminaran toda duda de su técnica. Debían entrenarse una y otra vez para estar vacíos de dudas», añade.
Entre el resto de normas destacaban las de ser como un «pino en el viento» (no quedar atrapados por el ritmo de sus oponentes en batalla), «prevenir pensamientos extraños» (dejar la mente en blanco durante un combate y reaccionar de manera automática), o «reducir los movimientos» a una fracción de segundo. Según Shahan, los alumnos de Ittosai «entrenaban toda su vida en el arte de la espada, de modo que las técnicas estaban arraigadas en su cuerpo y en su mente». Así, lograban que su cuerpo respondiera sin dudas y casi «adivinaran lo que iba a hacer su enemigo» durante la lucha.
Oraciones
Además de las doce reglas para vencer al enemigo, el manuscrito incluye también dos oraciones «mágicas» para reconfortar la mente y el espíritu de los samuráis. Aunque, siempre según Shahan, son vagas y difíciles de entender. A nivel oficial, el maestro las enseñaba como una suerte de conjuros capaces de aumentar las capacidades de sus alumnos.
Sin embargo, el traductor cree que, simplemente, permitían a los guerreros ganar en contración a través de la meditación. «Si tu mente está confusa antes de la batalla, la derrota es segura», explica en declaraciones recogidas por la revista «Live Science».
La primera oración incluye también un curioso ritual. En el mismo, el samurái debe dibujar varios símbolos japoneses en sus manos. Entre ellos destacaba un Oni, un famoso ogro de la cultura nipona. A continuación, el guerrero tiene que unir sus palmas, decir una oración, girar las muñecas y aplaudir varias veces.
Origen: Descubren los secretos del maestro samurái más letal para aplastar a sus enemigos