20 abril, 2024

Ni Armada Invencible ni Felicísima Armada: el error histórico interminable sobre la flota de Felipe II

Retrato de Felipe II, por Sofonisba Anguissola. ABC
Retrato de Felipe II, por Sofonisba Anguissola. ABC

Denominar ‘Invencible’ a la Armada Española en el mundo anglosajón no es siquiera lo habitual, sino algo propio de España

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El término de Armada Invencible, referido a la flota que envió Felipe II en 1588 con destino Flandes y luego Inglaterra, se suele atribuir a una carta de William Cecil (1520-1598), Barón de Burghley, consejero y mano derecha de Isabel I, que lo usó para mofarse de la empresa que los españoles apodaban, según él, como ‘invencible’, pero que resultó muy vencible. No porque la armada fuera derrotada, sino porque sin apenas trabar combate con los británicos tuvo que regresar por la escarpada costa irlandesa con graves consecuencias…

No en vano, Pedro Luis Chinchilla en su recomendable obra ‘Los prisioneros de la Armada Invencible’ (Ediciones B) aclara que la carta que se suele citar de Burghley es una copia hecha por el toscano Petruccio Ubaldini, calígrafo al servicio de Isabel I, que incorporó frases y sentencias de su propia cosecha que no aparecían en el original inglés, enfatizando el apelativo de ‘invencible’ con sorna.

Ensalada de términos

El controvertido origen del término hace que a nivel popular en España se pida recurrentemente reemplazarlo por uno más castizo. Lo que pocos suelen reparar es que denominar ‘Invencible’ a la Armada Española en el mundo anglosajón no es siquiera lo habitual, siendo el término ‘Spanish Armada’ el más utilizado, mientras que en España, a fuerza de repetir coletillas como ‘la mal llamada Armada Invencible’ o pedir que no se use, se ha terminado por convertir en un término generalizado. Incluso se puede decir que, más que la carta copiada, quien más contribuyó al popularizar el concepto de invencible fueron fuentes españolas. El padre Pedro de Ribadeneira en su ‘Tratado de la tribulación’ de 1589 escribió sobre el sentir popular:

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«Una armada grande y poderosa, y que parecía invencible, aprestada para volver por la causa de Dios y su santa fe católica, y acompañada de tantas oraciones y plegarias y penitencias de sus fieles y siervos, se haya deshecho y perdido por una manera tan extraña que no se puede negar, sino que es azote y severo castigo de la mano del Muy Alto».

No ayuda a buscar alternativas más historiográficas y menos propagandísticas el que términos como ‘Gran Armada’, ‘Felicísima Armada’ o ‘Grande y Felicísima Armada’ no estén en realidad documentados como propios de la época. Como también explica Chinchilla en su obra y en su web Armada Invencible.org estos apelativos no aparecen en ningún documento original del periodo para designar de manera específica a esta flota. «Ateniéndonos a los documentos originales, la Armada Española de 1588 es llamada ‘el armada’ (casi siempre en masculino). En toda la correspondencia y documentos referidos a la Armada Española escritos tanto por Felipe II, el Duque de Medina Sidonia, Recalde, Leyva y todos los participantes españoles en la contienda el nombre empleado es ‘el armada’», explica este autor en su web.

Derrota de la armada invencible, pintura de Philippe-Jacques de Loutherbourg (1796) ABC

Chinchilla menciona que de todas las relaciones de la gente embarcada en esta flota en una fechada en Lisboa el 9 de mayo de 1588 sí se la llamó ‘Felicísima Armada’, denominación que desapareció en la reedición de ese documento en Madrid y que ya habían recibido antes otras flotas españolas del periodo. Lo mismo ocurre con otro documento fechado el 5 de septiembre de 1588 en el que se le denomina ‘felice Armada en que yva por general el Duque de Medina, en la conquista de Inglaterra’. Dos menciones aisladas que no permiten defender que a la flota se la conociera de manera generalizada con ese apelativo o que fuera un adjetivo distintivo.

Lo mismo ocurre con la denominación de ‘Gran Armada’, que tampoco es exclusiva de esta armada en concreto. Felipe II habló en sus escritos de ‘una gruesa armada’ o de ‘una gran armada’ apelando exclusivamente a su tamaño y nunca junto al término feliz. También los ingleses en algunos grabados hicieron referencia a ‘The great Spanish Armada’ (la enorme Armada Española), a pesar de que ellos contaban con más barcos y casi el mismo tonelaje que los españoles, en contra del mito propagado de un David contra Goliat.

Por último, el concepto ‘la empresa de Inglaterra’ o ‘jornada de Inglaterra’ se puede usar para todo tipo de acciones y maniobras de lo que fue una rivalidad recurrente entre España e Inglaterra, pero no se puede delimitar solo a la campaña de 1588.

«Como solución, animo a todos aquellos a los que chirríe el término ‘Armada Invencible’ a usar simplemente el de ‘Armada de 1588’ o, aun mejor, ‘Real Armada y ejércitos de Su Majestad de 1588’, apelativo que utilizó el duque de Medina Sidonia y que, además, no olvida a los tercios embarcados, los otros grandes protagonistas de esta historia», concluye Chinchilla.

Origen: Ni Armada Invencible ni Felicísima Armada: el error histórico interminable sobre la flota de Felipe II

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